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Animales Más Iguales - El Arte Sutil de la Verdadera Democracia


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Animales Más Iguales
El Arte Sutil de la Verdadera Democracia.
Escrito por Daniel Larimer.


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Este libro argumenta contra el monopolio intelectual; por lo tanto, para poder practicar lo que predican, pueden utilizar y reproducir esta obra sin más restricción que su atribución, siempre y cuando acepta permitir que otros hagan lo mismo con todas y cada una de sus obras, las cuales podrían ser protegidas por derechos de autor.

Para los que todavía creen en los derechos de autor, todos los derechos están reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación, o transmitida, de cualquier forma y por ningún medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopiado, grabando o uso de otros métodos, sin autorización escrita previa del titular de los derechos de autor.


Dedicada a mi querida y solidaria esposa, quien se encuentra siempre a mi lado y
sacrifica para que yo pueda seguir trabajando la obra de mi vida, y a nuestros
hijos y nietos de generaciones por venir, para que puedan
disfrutar de una abundancia de libertad.


Avance

Escrito por Mike Maloney

Hay una diferencia entre los significados de inteligente, listeza, lógico y sabio.

La inteligencia es algo con lo que se nace. Es su coeficiente intelectual. Es la capacidad de acumular conocimientos y comprenderlos.

Ser listo es la capacidad de utilizar ese conocimiento previamente adquirido y aplicarlo para solucionar problemas que te encuentras en la vida cotidiana. Seguro que has conocido a personas super inteligentes que tienen problemas para hacer frente hasta a las cosas más sencillas. El profesor despistado o el ratón de biblioteca que carece de habilidades sociales. En cambio, alguien espabilado puede tener menos inteligencia, pero sabe utilizar cada parte de ella.

La lógica es el proceso de análisis, valoración y desarrollo de un argumento válido. Implica el razonamiento y el juicio para poder desarrollarlo, y luego la persuasión para convencer con éxito a los demás. A veces alguien puede tener un argumento tan convincente y completo que la gente ni siquiera tiene que considerarlo, simplemente lo acepta como una verdad inexorable.

La sabiduría se adquiere, ya sea a través de la experiencia directa o mediante la observación de las experiencias de los demás. Una persona inteligente puede elaborar un plan utilizando su inteligencia y lógica, pero una persona sabia también puede prever las consecuencias. Tengo una gran admiración por las personas inteligentes, listos, lógicos, sabios… y Daniel Larimer es cada uno de lo anterior. Tienes en tus manos uno de los libros más importantes jamás escrito. No es a menudo que alguien venga con una nueva idea que pueda literalmente cambiar el mundo, y Dan lo ha hecho. Cuando leas este libro una cosa quedará inmediatamente clara, Dan pasó mucho tiempo pensando en algunos de los mayores problemas que enfrenta la humanidad, y luego usó su inmensa inteligencia, listeza, lógica y sabiduría para crear soluciones que nadie había pensado antes. Soluciones que funcionan. Sin embargo, no enfranta cada problema individualmente, sino que se centra en la raíz de los problemas - la forma en la que organizamos nuestras sociedades, y luego propone nuevos sistemas.

Aunque un buen tercio de este libro trata de la política, no es un libro político, y no persigue ningun agenda ideológico. En cambio, propone nuevos sistemas para ayudarnos a alcanzar un consenso sobre cómo organizar la sociedad. El tipo de gobierno que queremos, el tipo de líderes que queremos, las leyes que aprobamos y los métodos que utilizamos para aprobarlas.

Personalmente, me siento traicionado y asqueado por todo el proceso político. Hoy en día son las contribuciones de campaña por intereses especiales, las grandes corporaciones y Wall Street quienes seleccionan los candidatos. Luego, durante varios meses, montamos un circo para entretener e indignar a todo el mundo, donde todos podemos alentar por los miembros de nuestro equipo mientras denunciamos los males de la oposición. Cuando finalmente, los medios de comunicación nos ignoran a todos y eligen a un ganador.

Aquí Dan ha creado una solución. Una solución que quita poder de los intereses especiales, las grandes corporaciones, las altas finanzas, y los medios de comunicación, y lo devuelve a los votantes… empoderando a cada individuo.

Realmente creo que si estas ideas pueden difundirse, eventualmente barrerán el mundo. Lea este libro y escuche la lógica. Yo lo he leído tres veces. Si crees que hay algo que no entiendes del todo, entonces busca a la persona más inteligente que conozcas, háblale de ello, hazle algunas preguntas, y luego dale el libro. Si haces buenas preguntas, te garantizo que ellos también lo leerán.

Podréis mantener una animada discusión. Porque discutir y digerir un nuevo concepto siempre aporta una mayor comprensión del tema.

Entonces, ayuda a Dan a cambiar el mundo. En primer lugar, tómese este libro de corazón, y luego empieza, participando. Háblale a la gente de él. Envíales el enlace para que descarguen su propio ejemplar. Encuentra otras personas que también crean que es el sistema político que nos ha defraudado a todos.


Capítulo 1 - Introducción

En este libro exploraremos nuevos procesos democráticos diseñados para fomentar la creación de consenso en lugar de dividirnos en grupos políticos. Imaginemos por un momento una sociedad democrática gobernada sin política de partidos, sin campañas de políticos ni enfrentamientos, sin políticas de identidad, relleno de bolletos, manipulación de las circunscripciones, ventajas de los titulares, intereses especiales, o debates con la autenticidad de un combate de lucha libre estilo WWE.

Imaginemos por un momento que hubiera una manera de cambiar el sistema sin una revolución violenta y sin la necesidad de cooperación de los partidos políticos establecidos. Todas estas cosas pueden conseguirse con un sistema que otorge a la gente el poder para mantener responsable a su gobierno.

El consenso político es el proceso por el que la gente llega a un acuerdo sobre la naturaleza y la estructura del gobierno. La intención de este libro es ofrecer enfoques prácticos para mejorar su vida y la de su comunidad local, para las generaciones por venir. Los males de la sociedad son una propiedad emergente de la filosofía del pueblo, por lo que en este libro enmarcamos un nuevo enfoque y filosofía de una verdadera democracia.

Una vez explicado los principios, presentaré una estrategia para obtener muchos beneficios con la aplicación de esta filosofía en tu vida hoy, sin tener que conseguir que todos los demás personas en el mundo se suban a bordo primero. ¿Es necesario el gobierno? En caso de que sí, ¿cómo se debe juzgar la legitimidad de un gobierno? ¿De dónde obtienen los gobiernos su poder?
¿Cómo nos ponemos de acuerdo sobre la finalidad y los poderes del gobierno? Suponiendo que nos pongamos de acuerdo con uno de las propuestas ¿quién juzga la eficacia de un gobierno para lograr esta propuesta y cómo deshacemos de un gobierno que no cumple con el trabajo necesario para el que fue creado? Estas son las preguntas a las que busco respuesta y les invito que se unan a mí.

Mientras escribo este libro en el verano de 2020 el mundo está en llamas. La gente está más dividida que nunca y temo que los disturbios civiles seguiran empeorando a menos que todo el mundo se den cuenta de nuestra humanidad común. Si no podemos ponernos de acuerdo y respetamos un proceso de resolución de disputas sociales, ¿qué resultado alternativo podemos esperar?

No puedo evitar recordar una escena de la serie de televisión de la ABC “Lost”. Los supervivientes de un accidente de avión están varados en una isla con misteriosos monstruos y nativos que los atacan mientras esperan su rescate. Las tensiones aumentan y los sobrevivientes comienzan a pelear entre ellos cuando un personaje llamado Jack interviene y hace una apasionante discurso para que la gente trabaje juntos, diciendo: “Si no podemos vivir juntos… encontes vamos a morir solos”.

Este libro es mi llamada a dejar de luchar y encontrar una forma de vivir juntos. Es hora de darse cuenta de que todos tenemos un interés común interés común en la paz, la prosperidad y el futuro de nuestras familias. Les pido que se tomen un momento y dejen de lado sus ideologías y lo que les haga sentir ofendido, y se acerquen a este libro con un espíritu humilde y una mente abierta.

Considere por un momento que todo lo que cree saber puede ser equivocado o incompleto.
Le aseguro que sus enemigos ideológicos tienen preocupaciones que haría que usted fuera tonto si las ignorara. ¿Cómo exactamente espera tratar con aquellos con los que no está de acuerdo si/o cuando su facción/partido gane el poder? ¿Cómo exactamente responderá si se resisten? ¿Usted se resistirá si su facción pierde el poder? Si no abrimos las líneas de comunicación y establecemos una nueva forma de trabajar juntos, entonces la lucha acabará escalando hasta la esclavitud y el genocidio.

Esperemos que nos quede suficiente humanidad compartida para acordar que tanto la esclavitud y el genocidio son resultados indeseables. Durante los últimos 15 años he buscado medios no violentos
de organizar la sociedad, he adoptado y descartado muchas ideologías y filosofías diferentes. En el proceso he descubierto los primeros principios que me han permitido integrar las verdades escondidas en el capitalismo, el libertarismo, el socialismo, el marxismo, el cristianismo y el ateísmo.
En consecuencia, puedo garantizar que algo de lo que escribo puede ofender o desafiar sus ideas preexistentes.

Con un poco de suerte, este libro nos reunirá a todos.

Les pido que consideren que nuestra lengua está siendo atacada y que las mismas palabras que usamos para comunicarnos están siendo sutilmente redefinidas o incluso defindo con
significados contradictorios. Ya no hay acuerdo sobre cosas fundamentales como Dios, los derechos naturales o la moraleja. Ni siquiera nos podemos poner de acuerdo sobre cuántos géneros hay.

Las mismas palabras “capitalista”, “socialista” y “comunista” significan cosas muy diferentes para diferentes personas. Todo se ha vuelto subjetivo, y en el proceso nuestra capacidad de comunicación y compromiso está disminuyendo rápidamente. Es por ello que intento hacer el mínimo de suposiciones posibles con la esperanza de que todavía haya alguna base sobre la que podamos construir la paz. Cuando dos personas tienen un desacuerdo pueden luchar hasta la muerte, vivir y dejar vivir, o acordar un proceso de resolución de conflictos.

Si no podemos vivir y dejar vivir, es preferible acordar un proceso de resolución de disputas antes que un conflicto sangriento en el que matamos y nos matan. La crisis a la que nos enfrentamos hoy es una crisis de nuestro proceso de resolución de conflictos, nuestro proceso “democrático”. Ya no confiamos en nuestros procesos políticos para llegar a un consenso de forma aceptable. Nuestras elecciones se han convertido en una elección entre lo malo y lo peor, o lo más tonto y lo más estúpido.

La mitad de la población no confía en que los votos se cuenten con exactitud. Una encuesta que publiqué en Twitter reveló que más del 14% de los 533 encuestados admitiría públicamente estar dispuesto a facilitar la manipulación de las elecciones, y más del 20% apoyaría amañar unas elecciones al menos en algunas ocasiones. Los principales medios de comunicación y las redes sociales censuran activamente al presidente y cualquier noticia políticamente inconveniente. Nosotros, el pueblo, hemos perdido el control de nuestro gobierno que ha sido capturado por una élite que maneja los hilos detrás entre bastidores.

Esta élite sólo puede mantener el control fomentando la división e impidiendo la creación de consenso. Nosotros, debemos trabajar juntos para reclamar nuestro poder de los que subvierten la democracia.

Tanto como si eres anarquista, voluntarista, capitalista, socialista, comunista, cristiano, marxista, ateo o racista. Te pido que dejes de lado tus agendas políticas utópicas y el miedo a otras ideologías para considerar una nueva manera de llegar a un consenso con el que todos podamos vivir. Les pido
que consideren que la verdad nos elude a todos y que poner cualquier ideología (cualquiera que sea) en el poder más absoluto, es probable que esto sea lo más contraproducente y en formas que nunca podríamos imaginar.

Incluso más importante que nuestras ideologías y filosofías es nuestro proceso de construcción y medición del consenso. Si no podemos llegar al consenso y mantenerlo, cualquier utopía es inestable ya que una persona convencida contra su voluntad seguirá todavía con la misma opinión. Se supone que el gobierno legítimo se deriva del consentimiento de los gobernados.

Se supone que la democracia es el proceso por el que se obtiene ese consentimiento. Para otorgar
consentimiento se debe tener la capacidad de negociar para alcanzar dicho consenso. Para negociar hay que tener la capacidad de decir “no”. Una vez alcanzado el consenso, cada individuo debe tener la capacidad imponer el consenso, y, por último, si no se puede hacer cumplir el consenso (o si no estás de acuerdo con él) debes tener la capacidad abandonar.

No basta con declarar un “consenso”, como les gusta a los medios de comunicación y los “científicos”; la gente debe creer que el consenso es una verdadera reunión de las mentes y no una opinión encubierta por una minoría que se presenta como un falso consenso de la supermayoría. La sociedad fracasa cuando cualquier aspecto del consenso se rompe o se corrompe.

Esto es lo que está ocurriendo hoy en día y el resultado de hoy se deriva previsiblemente de los fundamentos, las matemáticas, los algorítmicos y errores teóricos en nuestra aplicación de los principios democráticos. No es suficiente para “drenar el pantano” y “expulsarlos”.

Las reglas del juego aseguran que el gobierno evolucionará hacia la corrupción y se aleja de los principios democráticos.

Mis Antecedentes

Soy programador informático, economista, teórico de juego y empresario. Durante los últimos 15 años he convertido la misión de mi vida en crear soluciones de mercado libre (voluntarias) para
asegurar la vida, la libertad, la propiedad y la justicia para todos. Mi hipótesis es que las soluciones no violentas serían increíblemente valiosas para asegurar nuestros derechos contra los criminales públicos y privados y, por lo tanto, quienes las ofrezcan pueden ayudar a la gente y al mismo tiempo ganar mucho dinero. En 2009 intentaba inventar mi propia moneda digital cuando descubrí Bitcoin y la tecnología blockchain. Pensé: “¡Fantástico! El problema ya está resuelto” y me involucré inmediatamente con la comunidad de Bitcoin y empecé a trabajar en la educación mientras aprendía a escribir mi propio software de blockchain.

Fue durante este tiempo que converse directamente con Satoshi Nakamoto, el misterioso creador de Bitcoin. Le planteé preocupaciones sobre la escalabilidad de Bitcoin y Satoshi respondió con una cita ahora infame: “Si no me crees o no lo entiendes, no tengo tiempo para intentar convencerte, lo siento”.

Con el paso del tiempo mis preocupaciones sobre la escalabilidad de Bitcoin resultaron ser correctas. Pasé a crear tres de las plataformas de blockchain con mayor rendimiento en el espacio:
BitShares (bitshares.org), Steem (steemit.com / hive.blog) y EOSIO (eos.io).

Los tres sistemas alcanzaron valoraciones de varios miles de millones de dólares en su punto más alto y estuvieron entre los cinco mejores proyectos de blockchain de su época.
Mientras todo el mundo intentaba entender qué era el Bitcoin, yo fui la primera persona en el espacio de blockchain en describir las cadenas de bloques como empresas autónomas descentralizadas (comunidades, corporaciones u organizaciones). Desde entonces, el concepto de DACs (DAOs) ha sido ampliamente adoptado en la industria.

Fue esta perspectiva la que me llevó a inventar uno de los algoritmos de consenso más utilizados, conocido como Delegated Proof of Stake (DPOS). DPOS permite un bajo coste y alto rendimiento con una gobernanza descentralizada. Estas características de la cadena de bloques eran necesarias para construir la primera bolsa descentralizada (BitShares) y la primera plataforma de medios sociales descentralizada del mundo del mundo (Steem). Mi última arquitectura blockchain fue EOSIO, una plataforma diseñada para permitir a otros construir aplicaciones basadas en blockchain e implementar contratos inteligentes.

Cada uno de estos proyectos fue un experimento social en construcción de comunidades, gobernanza, incentivos económicos y la teoría de juego. Aprendí mucho sobre la naturaleza humana,
problemas de coordinación, gobernanza comunitaria y sistemas de votación.

Durante este tiempo también se me concedieron patentes para sistemas de votación honesta y de validación de identidad descentralizada. Por desgracia, también me enteré de que nuestro gobierno prohíbe efectivamente la “votación probadamente honesta” a través de reglas obligatorias que hacen que la manipulación de las elecciones sea imposible de detectar. En lugar de tomar medidas para mejorar la integridad del proceso electoral, los poderes están sistemáticamente eliminando las protecciones “en nombre de la democracia”. Es casi como si quieren que la gente desconfie del proceso electoral. Lo archivo en el apartado de cosas que te hacen decir “hmmmm”.

Construí mi carrera desafiando los dogmas en el espacio de la criptodivisa e identificando los principios fundamentales de juego. Fue la comprensión de estos principios lo que me permitió crear las primeras comunidades globales autofinanciadas, autogestionadas y descentralizadas.
También apliqué mi hábito mental de desafiar los dogmas a todos los ámbitos de la vida. Como resultado, pasé de ser un cristiano republicano, a un anarco-capitalista-ateísta, a un voluntarista-espiritualista, y finalmente tropecé con una posición que integra aspectos del socialismo, el apoyo al gobierno y, con las ideas de Jordan Peterson, una nueva apreciación del valor del cristianismo. Se podría decir que he viajado por el mundo de las filosofías y puedo relacionarme con todo el mundo como si estuviera en algún lugar de mi viaje.

Es a través de esta experiencia que descubrí y destilé los primeros principios que unificaron estas filosofías aparentemente contradictorias y me llevaron a las ideas presentadas en este libro.


Capítulo 2 - La Tiranía del Status Quo


Capítulo 3 - La Verdadera Democracia (1ª parte)

Capítulo 3 - La Verdadera Democracia (2ª parte)


Capítulo 4 - Reglas del Poder Relativo


Capítulo 5 - Acoplamiento y Encapsulación


Capítulo 6 - El Poder de la Aleatoriedad


Capítulo 7 - El Desempate Político


Capítulo 8 - Independencia por Diseño (1ª parte)

Capítulo 8 - Independencia por Diseño (2ª parte)


Capítulo 9 - La Cisma del Ismo


Capítulo 10 - El Riesgo Moral


Capítulo 11 - El Corporativismo


Capítulo 12 - La Riqueza vs. El Poder


Capítulo 13 - La Asignación de Recursos Naturales


Capítulo 14 - Los Contratos Inteligentes (1ª parte)

Capítulo 14 - Los Contratos Inteligentes (2ª parte)


Capítulo 15 - La Justicia Democrática


Capítulo 16 - La Integridad Financiera (1ª parte)

Capítulo 16 - La Integridad Financiera (2ª parte)


Capítulo 17 - El Monopolio Intelectual


Capítulo 18 - Transformar a la Sociedad


Capítulo 19 – Transformar a Sí Mismo


Estáis todos invitados a participar en la discusión del libro tanto aquí en el foro como en Telegram.

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¡Me gustaría agradecer a todos los que participaron en la traducción! Su contribución tendrá un gran impacto en el mundo y ayudará a hacer crecer la comunidad EOS.

Me honra que todos valoren mi trabajo lo suficiente como para contribuir a esta traducción.


I would like to thank everyone who participates in the translation! Your contribution will make a huge impact in the world and help grow the EOS community.

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Por el grupo de eos_espanol colocaremos las colaboraciones de los siguientes capítulos

Capítulo 2 - La Tiranía del Status Quo

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La Tiranía del Status Quo

Vivimos en una época de extrema división política y cada día crece la aparente polarización. El índice de aprobación del Congreso de los Estados Unidos ha sido en promedio menos del 30%, lo que significa que una supermayoría no aprueba de la situación actual. Aparte de un breve momento después de los ataques del 11 de septiembre, la aprobación nunca ha estado por encima del 50%.
Sospecho que, retrospectivamente, después de que el dolor emocional se alivió, las acciones tomadas por el Congreso durante ese tiempo son en su mayor parte desaprobadas.

Me parece que un gobierno legítimo tendería hacia un índice de aprobación del 70% o más. La pregunta es por qué ha sido tan malo durante tanto tiempo y qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo hemos llegado a donde estamos? Si vamos a considerar algo nuevo, primero debemos entender
los problemas del statu quo para no repetir los mismos errores.

Presumido objeto del gobierno

El preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos declara el supuesto objeto del gobierno de los Estados Unidos:

“Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos, con el fin de formar una Unión más perfecta, establecer la Justicia, asegurar la tranquilidad interna, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar las bendiciones de la libertad, a nosotros mismos y a nuestra posteridad, ordenamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América”.

~ Preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos

Muchas personas argumentarán que esta Constitución representa lo que todos hemos acordado y, por lo tanto, debería definir el objeto y los límites del gobierno. Esta llamada al statu quo es una falacia atractiva porque nos libera de la responsabilidad de justificar la Constitución. Para los que están a favor de los límites teóricos que la Constitución impone al gobierno, la idea de redefinir la base de nuestro gobierno es aterradora porque hay un temor legítimo de que una constitución redactada por los políticos modernos derribará los derechos que creen que protege la Constitución actual. En este punto estoy de acuerdo; no se puede confiar en que los políticos modernos tengan la integridad filosófica para redactar una nueva Constitución.

El mero hecho de que muchas personas teman una nueva convención constitucional demuestra que creen que sus valores no son sostenidos por las masas o que los políticos que eligen son irremediablemente corruptos. Si los políticos son perpetuamente corruptos, entonces la estructura de la Constitución ha permitido a los corruptos políticos obtener las riendas del gobierno. Si en cambio los políticos representan realmente al pueblo, entonces la Constitución es una opinión minoritaria que se impone a la mayoría. En cualquier caso los que se resisten a construir un nuevo consenso pretenden imponer una tiranía del statu quo.

Lysander Spooner observó:

“Pero si la Constitución realmente sea una cosa u otra, esto es cierto - ha autorizado un gobierno como el que hemos tenido, o ha sido impotente para evitarlo. En cualquiera de los casos es incapaz su existencia”.

Teniendo en cuenta un promedio de aprobación del 30% a largo plazo, la conclusión es obvia: nuestra Constitución y sistema de gobierno ha fracasado. Se han escrito libros enteros documentando el fracaso de la Constitución de los Estados Unidos en el intento de lograr su objeto declarado. Si tuviéramos que empezar de nuevo, borrando todas las leyes, y deshaciendo todas las organizaciones gubernamentales existentes y empezando con sólo la Constitución, ¿cómo irían las cosas? ¿No acabaríamos justo donde estamos ahora y en un tiempo récord?

Dada esta situación está claro que la Constitución debe desaparecer y con ella toda nuestra estructura de gobierno. El gobierno ya no representa ni sirve al pueblo, si es que alguna vez lo hizo. Pero, ¿por qué fracasó? ¿Con qué deberíamos sustituirlo? ¿Cómo nos pondremos de acuerdo?

La Locura de los Partidos Políticos

El fracaso de nuestro sistema se predijo en el discurso de despedida del primer presidente de los Estados Unidos, George Washington.

“Al reflexionar sobre las causas que pudieran perturbar nuestra unión, se presenta como un
riesgo el que hubiese algún fundamento en la naturaleza de nuestro territorio para
caracterizar a los diferentes distritos por medio de distinciones o zonas geográficas, tales
como: septentrional y meridional, atlántica y occidental, merced a las cuales algunos
hombres malintencionados intentasen persuadir a las gentes de que existe una oposición de
intereses y de miras entre unas y otras regiones. Uno de los medios que utilizan los facciosos
para lograr influjo en los distritos particulares consiste en desfigurar las opiniones y deseos de
los otros. Toda cautela será escasa contra los celos y discordias que originan estos manejos,
dirigidos a disociar el afecto mutuo de los que deben estar unidos como hermanos.”


“Sin embargo de que a veces [partidos políticos] puedan satisfacer las necesidades populares, esas asociaciones y combinaciones están expuestas a que las mudables circunstancias del tiempo las conviertan en poderosos instrumentos susceptibles de servir a hombres ambiciosos, astutos e inmorales para destruir el poder del pueblo y usurpar la autoridad del gobierno, desde donde luego ellos mismos suprimirían los medios que los elevaron a tan injusta dominación.”
~ George Washington

Creo que queda claro al observar la política moderna que Washington tenía razón. El país se ha dividido en un sistema en el que el ganador se lo lleva todo. No tenemos un cuerpo de congresistas independientes haciendo juicios personales; tenemos un sistema en el que la mayoría de los congresistas están en deuda con un partido político y no pueden o no quieren ejercer discernimiento independiente. La carrera presidencial de 2020 se ha convertido en “hombre naranja malo” contra “hombre naranja bueno”.

Se ha convertido en una carrera entre tontos y más tontos, y entre malos y peores. Difícilmente podemos afirmar que las opciones presentadas al pueblo representen a las personas más estudiadas, reflexivas, honestas, racionales, imparciales y más articulos del país. Teniendo en cuenta estas falsas elecciones es obvio que algo está fundamentalmente roto.

Un partido político representa un gobierno privado paralelo, compuesto por individuos que se coludan para obtener el control del gobierno constitucional. Esta colusión menoscaba la separación de poderes que pretendían los autores de la Constitución.

Una de las lecciones que podemos observar fácilmente en el espacio de la criptomoneda es que la gente es tribal hasta la médula y estas tribus pueden formarse alrededor de cualquier cosa a la que se le pueda poner una etiqueta. En cierto punto todo se convierte en “nosotros” y “ellos”. Cualquiera que intente superar la división es sospechoso de deslealtad a ambas tribus (partidos).

Los políticos acaban siendo, naturalmente, más leales a la tribu que los puso en el poder que a su país. Esto es cierto tanto si sean conscientes de ello o no. Una sola tribu coloca a la gente en todos los poderes del Estado y en las burocracias semiautónomas. El efecto siendo que las tribus políticas socavan los controles y mecanismos de equilibrio que los fundadores incluyeron para proteger las libertades del pueblo.

Esta es otra cosa que aprendemos de la gobernanza en comunidades de criptomonedas: no existe un sistema cerrado. La gente se coordinará fuera del proceso de gobernanza de la blockchain para tomar el control de las estructuras de gobierno de blockchain. Crearán cuentas falsas, votarán con los tokens de otras personas y coludirán para redistribuir el dinero de la bolsa de la comunidad. Independientemente del espíritu de las leyes que crea una comunidad, la gente intentará explotar los agujeros en la letra algorítmica de la ley (código informático) para obtener beneficios privados.

La teoría de juegos es una rama de las matemáticas que analiza estrategias para afrontar situaciones competitivas como la gobernanza. El diseño de mecanismos aprovecha la teoría de los juegos para
diseñar sistemas que produzcan el resultado emergente deseado. Este libro se basa en parte en mi experiencia aplicando y probando el diseño de mecanismos en comunidades comunidades globales de blockchain. Un buen diseño no debe suponer de un sistema cerrado libre de cooperación externa. No se pueden “prohibir” los partidos políticos; hay que diseñar un sistema que haga imposible que se formen en un primer lugar.

Tomemos un momento para considerar algunas de las consecuencias irracionales del sistema de partidos. En los primeros años de los Estados Unidos, el vicepresidente era el segundo en una
elección. ¿Te imaginas una candidatura Trump/Hillary? Ya que el sistema de partidos polariza a la población, el resultado arquetípico sería o Lucifer/Cristo o Cristo/Lucifer, y cada par de años cambiaría. Debido a que esto era intolerable, ahora tenemos un sistema en el que el presidente/vicepresidente corren como un equipo. Pero, ¿por qué deberíamos limitar el equipo al presidente y al vicepresidente? ¿Por qué no sustituir todo el gobierno con los leales perros falderos del partido ganador?

El pueblo realmente pretende poner a un presidente a cargo de una burocracia desleal? La creencia común es que esto crea “controles y mecanismos de equilibrio” y obliga a las dos partes a comprometerse. Uno tiene que preguntarse cómo pueden Lucifer y Cristo comprometerse? ¿Cómo puede el “bien” comprometerse con el “mal”? Si se comprometen, ¿es para el beneficio de la gente o
sólo los “Seres Espirituales Divinos” (también conocidos como la clase gobernante)?
Si el pueblo elige a Cristo, ¿deben los lacayos de Lucifer hacer todo lo posible para socavarlo? ¿Debe Lucifer ser puesto a cargo del cielo o Cristo a cargo del infierno?

Con el sistema de partidos, el poder de cualquier político independiente político independiente queda anulado. En casos extremos, un gran número de aquellos en posiciones gubernamentales no elegidas pueden trabajar en contra de un presidente ampliamente popular. Si no estás alineado con uno de los dos partidos principales, carecerá del apoyo político necesario para efectuar el cambio.

En un sistema bipartidista, todas las deliberaciones y negociaciones se producen entre los dirigentes de los partidos y no en el mayor cuerpo de representantes. El verdadero liderazgo suele estar detrás de la escena y no elegido. Los partidos se ponen fácilmente de acuerdo en cosas que refuerzan el sistema bipartidista; por lo tanto, con el tiempo, los partidos externos tienen cada vez más dificultades para entrar incluso en las votaciones o en los debates. Acabamos con un sistema de partido único en el que los debates entre las alas “izquierda” y “derecha” se limitan a temas que no afectan a la estructura de poder.

En los últimos años la gente ha aprendido que para tener una oportunidad en las elecciones deben vestir o de una camiseta roja o azul, y trabajar en el sistema de gobierno privado definido por cada
partido. Ron Paul y Bernie Sanders tuvieron un tremendo éxito inicial éxito inicial utilizando los procesos internos de sus partidos en un intento de ganar la nominación del partido. En ambos casos, los poderes detrás de los partidos rojos y azules cambiaron las reglas y los “engañaron” para que no tuvieran la oportunidad de ser el candidato del partido.

Aunque estos son los ejemplos más visibles de cómo cada partido controla su gobernanza interna, hay innumerables ejemplos más pequeños de cómo ambos partidos se vuelven contra los “externos”.

Dicho de otra manera, nuestro país no eligió conscientemente ser gobernado por los procesos principales de los partidos, más de lo que Bitcoin eligió para centralizar el control en las pools de minería. La centralización de la minería de Bitcoin en pools es una lógica inevitable dada la teoría de juego integrada en la estructura de incentivos de Bitcoin. Satoshi no pretendía este resultado más de lo que los creadores de la Constitución pretendían que se devolucionaría a partidos políticos. Los principales partidos evolucionaron y luego aprobaron reglas para mantenerse protegidos.

Una persona cínica podría llegar a la conclusión que los procesos de primarias fueron creados para dar la ilusión de que “el pueblo” está a cargo de los partidos. Dado que los partidos se consideran organizaciones privadas, hay poca responsabilidad hacia la política interna de los partidos y de las elecciones. La mayoría de los partidos alternativos ni siquiera celebran primarias y aplican su propio proceso de selección de candidatos.

Tanto si eres cínico o no con respecto a la legitimidad de los procesos de selección de candidatos en las primarias, ambos partidos implementan procesos de selección que este libro demostrará que son estructuralmente incapaces de representar realmente a la voluntad de los miembros del partido, y mucho menos de los ciudadanos de Estados Unidos.

Las normas que existen en algunos estados se centran en garantizar que sólo se puede votar en una única primaria. Los votantes deben elegir estar en el equipo rojo o en el azul. Si los equipos rojos y azules estuvieran interesados en el país y sus votantes, entonces los votantes deberían poder
votar en ambas primarias. Al elegir una tribu el votante ya no es capaz de representar plenamente el interés del país, sino que se alinea, al menos parcialmente, con una tribu en contra de otra.

Un episodio de Los Simpsons captó lo absurdo de nuestra situación. Homer descubre que ambos candidatos presidenciales son en realidad extraterrestres. En un esfuerzo por salvar a la nación, estrella un OVNI contra el edificio de la capital y luego desenmascara a los alienígenas en la televisión en directo. Todo el mundo en la audiencia jadea y los extraterrestres se burlan de la gente, “Sí, es cierto, somos extraterrestres. Pero, ¿qué vais a hacer al respecto? … Es un sistema bipartidista… Tienes que votar por uno de nosotros”. Después de una risa maníaca de uno de los extraterrestres, alguien del público habla y dice: "¡Voy a votar a un tercer partido! El otro alienígena responde: “Adelante… ¡tira tu voto!”. La elección continúa y el pueblo es esclavizado por una tiranía alienígena. Al final Homer le dice a su esposa Marge: “No me culpes, yo voté por el otro alienígena”.

Lo más importante que cualquier sistema de gobierno debe conservar es la capacidad del pueblo para efectuar el cambio.

John F. Kennedy dijo una vez:

“Aquellos que hacen imposible la revolución pacífica, harán inevitable la revolución violenta”.

Lamentablemente, nuestro sistema bipartidista combinado con una serie de otros factores, ha creado un sistema que hace que el cambio sea casi imposible. Estos son algunos de los factores que aportan a que esto sea así:

  1. Manipulación de las circunscripciones, organiza los distritos de manera que un partido gane todos los distritos, eliminando cualquier influencia que puedan tener los partidos minoritarios.
  2. Los medios de comunicación controlan el debate sobre quién las masas pueden deliberar y qué información información puedan acceder.
  3. Ventaja del incumbente.
  4. La financiación de las campañas favorece a los famosos y a los más pagan.
  5. Debates controlados.
  6. Enfocados en los políticos y no en la política (Falacias Ad Hominem).
  7. Corrupción en el recuento de votos.

Tendríamos que estar locos para seguir haciendo las mismas cosas y esperar un resultado diferente. Es hora de implementar un nuevo proceso que considere a todos en el país sin prejuicios hacia los poderes del statu quo y sin la corrupción de los partidarios.

Capítulo 3 - La Verdadera Democracia (1ª parte)

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La Verdadera Democracia

¿Siente que su voto realmente importa? ¿Está de acuerdo con cómo están funcionando las cosas? ¿Confías en los políticos? ¿Cuándo fue la última vez que le escribió a su representante? ¿Cuándo fue la última vez que respondieron con algo no genérico? ¿Debería gobernar la mayoría? Debería California tener más influencia que Iowa? ¿Deberían las ciudades tener más influencia que el campo? ¿Deberían China e India gobernar el mundo?

La democracia se entiende generalmente como un gobierno “de”, “por” y “para” el pueblo; sin embargo, hay muchas variedades de “democracia”, incluida la democracia directa, la democracia deliberativa, la democracia representativa, las repúblicas democráticas, etc. Dentro de todas estas formas de democracia hay innumerables formas de “contar los votos”, cada una de las cuales intenta determinar un resultado “justo” que "representa” a la gente.

Se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto para todo lo demás. Dicho esto, ¿son todos los gobiernos “democráticos” iguales o son algunas formas de gobierno democrático “más iguales” que otras? ¿Son algunos mejores para representar la “voluntad del pueblo” y proteger el derecho del pueblo a cambiar su gobierno? La democracia puede verse como un intento de gobernar la sociedad de acuerdo con el consenso de la mayoría.

Hoy en día, lo único en lo que parece que podemos llegar a un consenso es sobre que nuestro sistema está roto. Se nos presentan opciones falsas preparadas por un sistema bipartidista y un cartel mediático centralizado. El hecho de que un gobierno sea anfitrión de una elección no significa que esté gobernando de acuerdo con los principios de la democracia. Después de todo, incluso los dictadores organizan elecciones y pocos se atreven a presentarse o votar en su contra. ¿De qué sirven las elecciones si las reglas no pueden evitar las trampas?

He llegado a entender las “democracias” modernas como DINO (DSDN, Democracias solo de nombre). Una DSDN es una descripción adecuada para los sistemas de gobierno “dinosaurios” que devoran a sus poblaciones como un monstruo incontrolable. Las DSDN no revelan la opinión pública; en cambio, nos dan una falsa sensación de consenso mientras son manipulados por una ultra-minoría oculta (y no tan oculta) de tiranos.

Jason Brennan, en su libro, “Contra la Democracia”, describe todas las formas en que fracasan las DSDN. Me encantaría incorporar gran parte de su trabajo para demostrar los problemas de la
democracia tal como se implementa comúnmente, pero eso desviaría el enfoque de este libro; así que resumiré algunos puntos clave.

Brennan aborda el impactante nivel de ignorancia política del ciudadano típico sobre las cosas más básicas. Afirma que: “Cuando se trata de política, algunas personas saben mucho, la mayoría de las personas no saben nada y muchas personas saben menos que nada."

El politólogo Larry Bartels señaló que “la ignorancia política del votante estadounidense es una de las características mejor documentadas de la política contemporánea”. Brennan señala que en una prueba de conocimiento político, el 25% de los votantes estaban bien informados, el 25% mal informados, el 25% no saben nada y el 25% están sistemáticamente mal informados.

Lo deja muy claro en este ejemplo: Imagina que estás en “¿Quién quiere ser millonario?”. El anfitrión le hace la pregunta del millón de dólares: “¿Quién apoyó más el derecho al aborto en el año 2000, Al Gore o George Bush?” Suponga que no lo sabe, pero el anfitrión le da la opción de tirar una moneda al aire y echar cara o cruz, o llamar a un votante estadounidense al azar del año 2000.
- Deberías lanzar la moneda; es más seguro.

¿Cómo se supone que la democracia representa los mejores intereses de sus habitantes cuando las personas no son solo racionalmente ignorantes, sino que la calidad de su conocimiento es estadísticamente peor que las suposiciones al azar?

Brennan está en contra de la democracia porque, como es implementado comúnmente, no produce buenos resultados de gobernanza. Su libro documenta todos los sesgos cognitivos que afectan incluso a los individuos más racionales. También identifica los mecanismos detrás del tribalismo y cómo ocurre la formación de partidos políticos.

Demuestra que el animar la discusión política no conduce a un compromiso, sino que nos polariza. Brennan, en última instancia, está argumentando que no todo el mundo debería tener derecho a votar y que deberíamos tomar medidas para garantizar sólo el voto “informado”. Su definición de “informado” es todavía bastante amplia, de modo que la mayoría de las personas podría lograrla fácilmente. Aunque puedo estar de acuerdo con su evaluación de los problemas, no pienso que ofrece ninguna solución viable.

El problema no es la falta de conocimiento, en primer lugar es la expectativa de que la gente debería necesitar “conocimiento político”. Quizás deberíamos preguntarle a la gente sobre las cosas que saben en lugar de esperar que todos sepan de todo como para poder votar con conocimiento de causa. Todo el mundo tiene un conocimiento único que es valioso y nadie tiene todo el conocimiento necesario. La verdadera democracia implementa un proceso que aprovecha la sabiduría de la multitud y protege sistemáticamente contra la necesidad de conocimiento global para tomar decisiones sólidas e independientes.

Para juzgar la calidad de un gobierno, primero debemos establecer un conjunto de valores. Normalmente, son las diferencias entre los valores fundamentales las que llevan a personas razonables a discrepar violentamente sobre un propósito y el poder del gobierno. Mucha gente quiere limitar el poder del gobierno basándose en una constitución; otras personas quieren que el gobierno tenga el máximo poder totalitario como para implementar su sociedad utópica. Una vez que podamos acordar los límites (si los hay) del poder del gobierno, podremos comenzar a discutir cómo se podría usar ese poder y quién debería ejercerlo.

Hago pocos argumentos sobre cómo el poder debería utilizarse en el gobierno; en cambio, me concentro casi por completo en el proceso de delegar ese poder a los individuos. Al final del día, todas las decisiones (órdenes ejecutivas, leyes, juicios, etc.) las toman los individuos y la selección de estos individuos determina el destino de una sociedad. Un dictador totalitario de por vida con principios libertarianos puede crear una sociedad completamente diferente a la de un dictador totalitario de por vida con ideología marxista. Del mismo modo, una democracia puede elegir a las personas que obtengan el poder y pueden así obtener una amplia gama de resultados dependiendo de la moralidad de la población, la integridad y forma del proceso democrático implementado.

El debate sobre cómo debe utilizarse el poder del gobierno siempre nos dividirá y este debate es el que mantiene a los partidos en el poder. Debemos alejarnos de las cuestiones políticas y establecer un nuevo proceso para alcanzar consenso y consentimiento. El consentimiento es la clave para mantener la legitimidad a largo plazo hacía la población.

Entonces podremos utilizar ese proceso para tomar decisiones sobre cuestiones políticas sin recurrir a las manifestaciones. Tanto si se utilizan las elecciones como si no, finalmente todas las personas se organizan en líderes y seguidores, y el poder se delega de forma efectiva.

Si no es una elección, entonces puede basarse en el miedo, el respeto, la popularidad o la dinastía familiar. No se puede escapar de la necesidad de delegar el poder, así que debemos encontrar el mejor (o el menos dañoso) enfoque posible.

Todo Poder Proviene del Consentimiento

Todo poder gubernamental proviene del consentimiento de la población, incluso de una población que sufre bajo el peor dictador imaginable. El reto de salir bajo de un dictador o del sistema de un dictador corrupto, o de un sistema de partidos, es coordinar a suficientes personas para alcanzar un nuevo consenso sobre quién debe estar en el poder.

Por tanto, podemos replantear el problema de la gobernanza como un problema de creación de consenso y que una sociedad exitosa haría uso de un proceso gubernamental que protege a la capacidad del pueblo para alcanzar un nuevo consenso. A medida que los gobiernos se vuelven cada vez más tiránicamente corruptos, operando en contra de los intereses de la sociedad, instituyen medidas diseñadas para impedir que la población alcance un nuevo consenso. Lo hacen para proteger el poder que lograron con el sistema de consenso existente.

Es como eliminar los escalones de la escalera del poder a medida que se suba. Este adopta la forma de propaganda y censura de forma a menuda, pero también puede ocurrir a través de la prisión y la muerte para aquellos que intentan organizar pacíficamente un nuevo consenso. Preste atención a cualquier contenido que sea censurado; casi siempre indica una amenaza para los que están en el poder y es conocimiento que probablemente necesitas saber. La verdad no requiere censura; sin embargo, las mentiras dependen de la censura de la verdad.

En general es fácil para la gran mayoría estar de acuerdo en que un gobierno existente sea corrupto y que las instituciones de la sociedad ya no están al servicio de los intereses del público. Las encuestas de Gallup muestran un 70% de acuerdo en este asunto. Sin embargo, es mucho más difícil lograr que la gente esté de acuerdo sobre una solución.

Los poderes corruptos dividirán intencionalmente a la población con propaganda y favores políticos para obstaculizar su capacidad de trabajar juntos. Después de todo, ¿cómo puede un contribuyente neto de impuestos comprometerse con un receptor de impuestos de beneficios netos? ¿Cómo puede alguien que se ha vuelto dependiente de un programa del gobierno morder la mano que lo alimenta?

Una vez que un sistema político se vuelve corrupto, es imposible utilizar ese mismo sistema para arreglarlo. En teoría, la población simplemente eliminaría a los “malos actores” y los reemplazaría por “buenos actores”, pero en la práctica esto no sucede. Esto se debe a que el problema es la corrupción sistemática, no la corrupción individual, y porque no hay consenso sobre el significado de “bueno” y “malo”.

En la Declaración de Independencia, los fundadores de los Estados Unidos demuestran el razonamiento y la justificación para disolver un sistema político existente y establecer uno nuevo. Si bien la sociedad moderna puede estar en desacuerdo con las afirmaciones “evidentes por sí mismas” sobre un Creador, el Dios de la naturaleza y los derechos irrenunciables, el argumento de la declaración sigue siendo:

“que siempre que cualquier forma de gobierno se vuelva destructiva contra las intenciones del pueblo, el pueblo reserva el derecho a modificarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno, asentando sus fundamentos en tales principios y organizando sus poderes de tal forma que más probable les parezca afectar su seguridad y felicidad.”

La declaración de independencia

*Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.

Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para gara ntizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derec ho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.

La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacers e justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber , derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad.*

Declarar la independencia es muy distinto a pedir privilegios y concesiones a los poderes fácticos.

Hoy en día, muchas personas están librando una guerra por la dependencia, también conocida como el derecho a obligar a los demás en asumir bienes y servicios que no pueden o no quieren ganarse por sí mismos. La independencia se trata de asumir la responsabilidad de su vida y de su comunidad local. Lo contrario a la independencia es la dependencia. La independencia es necesaria para la libertad; sin libertad estás efectivamente esclavizado. Si usted no es responsable de su vida, entonces se vuelve dependiente de alguien que se hace responsable de usted. Tu esclavitud crece con tu dependencia y tu libertad crece con tu independencia.

Es interesante que nuestra sociedad hable frecuentemente de luchar por la “libertad” y la “democracia”, pero casi nunca habla de luchar por la independencia. La independencia es la base de la libertad y la democracia. La libertad y la “democracia” no te dan necesariamente independencia.

La independencia requiere confianza en uno mismo y un sentido de responsabilidad. Para entender la diferencia fundamental entre libertad e independencia, considere que algunas personas proclaman que la responsabilidad interfiere con su libertad. Por ejemplo, tener que ir a trabajar interfiere con su libertad para ver televisión. Al hacer afirmaciones como estas, las personas intentan lograr su libertad a cambio de la esclavitud que otra persona tiene hacía sus inevitables responsabilidades. Para pagar su televisor, otra persona ha tenido que asumir la responsabilidad de ir a trabajar.

Irónicamente, la independencia es una condición previa para el consentimiento, y el consentimiento es una condición previa para un gobierno democrático legítimo. No se puede luchar por la libertad y la democracia sin luchar por su derecho a la independencia. Sin independencia individual no hay democracia.

Quizás sea más fácil imaginar esto como la diferencia entre un adolescente que quiere “libertad” para vivir su vida como él desea, mientras sigue viviendo bajo el techo de sus padres, comiendo de su comida y conduciendo su coche. Buscar la libertad sin dejar de ser dependiente es buscar tu libertad a coste de otra persona. Lo que ese adolescente debería buscar es el derecho a mudarse y cuidarse a sí mismo.

En muchos casos, el adolescente hace los cálculos y se da cuenta de que aún no está preparado para vivir de forma independiente. Todavía tiene mucho que aprender sobre cómo cuidarse a sí mismo y debe sacrificar su tiempo y energía para producir lo que actualmente recibe “gratuítamente” de sus padres. La verdad es que nada es gratis; algún día sus padres morirán, y él se verá obligado a hacerse responsable de su propia vida o él también morirá.

Lo que los adolescentes realmente quieren es independencia. Quieren la capacidad de tomar sus propias decisiones. Si no pueden asumir la responsabilidad total de la vida independiente, entonces pueden encontrar la mejor opción: vivir con un compañero de habitación (o varios). En este caso, el adolescente cambia las reglas tiránicas de sus padres (el “gobierno” bajo que el nació) por las reglas de consenso, las cuales con un poco de suerte serán más aceptables, de sus compañeros de vivienda (un “tratado de paz” elegido por él y sus compañeros de vivienda).

Todavía tiene deberes domésticos, por ejemplo límites en cuanto al ruido y límites sobre visitas de amigos, pero podemos esperar que esté disfrutando de más libertad (porque consintió) de la que tenía bajo el techo de sus padres donde no había negociación. Para obtener esta libertad, aún debe ganar
lo suficiente para cubrir su parte del alquiler y de los servicios de agua y luz, o sus compañeros lo echarían de la vivienda.

Luchar por la independencia es luchar por el derecho a cuidarse, a vivir y dejar vivir. Luchar para evitar la independencia es como un padre encerrando a su hijo adolescente en casa, donde se ven obligados a hacer las tareas del hogar y trabajar en el negocio familiar. Sería como si tus compañeros de vivienda se negaran a que cambies de domicilio porque quieren tu ayuda para pagar el alquiler. Es como si Inglaterra se negara a dejar que las colonias se fueran en paz. Es como si los estados del norte no dejan que los estados del sur se gobernaran a sí mismos. Es como los dueños de esclavos que se niegan a dejar que la gente trabaje para otros.

Mucha gente percibe una declaración de independencia como una declaración de guerra, pero no tiene por qué ser así. La independencia comienza como un estado mental que, cuando actúa, reduce su dependencia del status quo mientras organiza y es respetuoso de un sistema paralelo de consenso.

Cuanto más dependemos de nuestros padres, más difícil es mudarnos y disfrutar de la libertad derivada de la responsabilidad de la independencia. Si deseamos ser libres de los poderes fácticos, primero debemos eliminar nuestra dependencia de ellos y asumir la responsabilidad de nuestras vidas, nuestra comunidad y nuestra sociedad.

El primer acto de independencia es acercarse a su vecino y que les invites a unirse a usted en la creación de un nuevo contrato social y un nuevo proceso para llegar a un consenso. Este libro le dará a usted y a sus vecinos un camino a seguir para construir un nuevo consenso en su comunidad basado en los principios de una nueva forma de gobierno democrático, que aspira ser mejor que los sistemas implementados anteriormente y presenta una hoja de ruta para implementarlo en el mundo. Dicho esto, ningún sistema de gobierno es perfecto, e incluso el mejor gobierno está a la piedad de las virtudes vigentes de los ciudadanos gobernados.

Los Medios justifican el Fin

Dada la multitud de procesos “democráticos”, ¿cómo podemos determinar cuál sería el mejor para implementar mientras reconstruimos nuestra sociedad independiente? ¿Cómo vamos a juzgarlos?

Quizás uno de los mayores problemas que enfrentan las personas es el juzgar un sistema de acuerdo con su estimación individual del resultado. Dicho de otra manera, la gente puede juzgar los medios como buenos o malos dependiendo del fin previsto. Si está en la minoría, la idea de un poder democrático sin restricciones (ya sea directo o indirecto) podría ser una amenaza. Esto significa que aquellos con opiniones minoritarias defienden “derechos” y “límites” sobre el poder del gobierno. Tarde or temprano la gente se quejará cuando los que dirigen el gobierno ignoren los límites constitucionales. Se sentirán perdidos cuando se dan cuenta de que no tienen ningún recurso.

La batalla por la legitimidad del “voto popular” versus el “colegio electoral” a menudo depende en qué lado de la división del partido político se encuentre uno. La gente cambiará de banda sobre este asunto entre una elección y otra, lo que significa que su opinión no se basa en principios.

Esta filosofía de “el fin justifica los medios” es la semilla del genocidio y del utopismo totalitario. Los medios deben justificarse y ser coherentes con la autenticidad y la integridad del consenso comunitario. Los medios deben producir resultados autocorregibles. El disgusto por el resultado no es, en sí mismo, un argumento en contra de los medios. Desde cierta perspectiva, no hay “fin”, solo existen los medios, por lo que los medios mejor se justifican. Tener un “fin” supone que no se necesitan leyes o cambios adicionales. Un “fin” implica negar a otros el camino hacia el poder. Implica el fin de la democracia.

La sociedad es una propiedad emergente de los individuos y lambos deben vivir en una relación simbiótica porque los individuos dependen de la sociedad y la sociedad se compone de individuos. El desafío del gobierno es que se supone que debe ser operado por individuos en beneficio de la sociedad, pero los individuos se corrompen fácilmente por la capacidad de usar el poder que la sociedad les otorga para beneficio personal. La pregunta sobre que el gobierno esté al servicio de los individuos se enturbia aún más cuando coge de unos para dar a otros.

En un entorno así, la democracia puede corromperse comprando al 51% con beneficios tomados del 49%, mientras que una ultra minoría maneja el gobierno para su beneficio personal. No basta con que el gobierno sirva a algunos; debe servir a todos. La prueba para determinar si un gobierno está sirviendo a todos los miembros no puede basarse en resultados específicos, sino en los medios por los cuales se logran esos resultados. Más específicamente, un gobierno que permite la secesión sin guerra es un gobierno que tiene el consentimiento voluntario del pueblo y sirve a todo el pueblo. Cualquiera que no fuera atendido podría separarse.

La pregunta es, ¿cómo debemos juzgar un sistema si no es por sus fines? ¿El objetivo no es establecer un nuevo proceso para lograr un mejor mundo definido por algún fin? Considere una dictadura sabia y benevolente dirigida por un rey filósofo. Tal sistema puede satisfacer las necesidades de la gente de hoy, pero eventualmente el rey filósofo morirá y un dictador incomprensiblemente malvado tomará su lugar.

Si bien obtener el poder de un dictador benevolente puede parecer conveniente para aquellos lo suficientemente arrogantes como para creer que saben cómo manejar las cosas, no es un sistema sostenible y, por lo tanto, debe ser rechazado.

Si tuviesemos que juzgar hoy un proceso democrático basado en las personas a las que podría empoderar, sería igual que juzgar una dictadura benevolente basada en la persona que se convertiría en rey hoy. Todos los procesos democráticos terminarán produciendo resultados subóptimos porque, en efecto, están nombrando dictadores temporales que son en parte buenos, en parte malos, en parte inteligentes y en parte ignorantes.

Sin embargo, en la política, igual que en ciencias de la computación, el diseño de algoritmos debe considerar el resultado en el mejor de los casos, en el caso promedio y en el peor de los casos. Con el transcurso del tiempo, podemos asumir que eventualmente se realizará el peor de los casos. Solo tardó un par de siglos erosionar por completo las intenciones de los reyes “filósofos” que redactaron la Constitución. Gran parte de la inevitable erosión ya era evidente para George Washington cuando dejó el cargo.

Dado que el poder legítimo de la democracia se deriva del consentimiento del pueblo al proceso de la democracia, la minoría necesariamente retendría el derecho a separarse y volverse independiente. Es el derecho a la independencia lo que impide que la mayoría devoré a una minoría. La minoría absoluta es el individuo.

Se ha comentado que la democracia son como dos lobos y un cordero votando qué comer para cenar. El cordero puede aceptar el proceso solo si las chuletas de cordero no están en el menú. El día en el que los lobos voten por comer chuletas de cordero, el cordero tiene derecho a separarse y no está obligado por la virtud democrática de ofrecer su cuello. Los animales vuelven a la ley de la selva. El cordero todavía se puede comer, pero la legitimidad democrática no tiene nada que ver con eso.

Esto no quiere decir que las ovejas no estarían dispuestas a ceder un poco de lana o leche a cambio de la contribución de los lobos a la seguridad. La clave es que existe un comercio voluntario y un acuerdo voluntario para un sistema de compromiso.

El fundamento de la democracia es que el pueblo debe tener el control y ya hemos demostrado que la capacidad de votar por “alguien” no es lo mismo que darle el control al pueblo. Si las únicas personas en la boleta electoral son “halcones de la guerra”, entonces, ¿qué control tiene la gente pacífica? Si los únicos candidatos que se nos revelan son aquellos a quienes los medios de comunicación apoyan, entonces, ¿cómo están las personas en control?

Capítulo 3 - La Verdadera Democracia (2ª parte)

2ª Parte

La Percepción de la Opinión Pública Importa

Nos guste o no, al final la mayoría dirige la sociedad. Los derechos individuales de propiedad no tienen significado durante una manifestación. Si la opinión pública (consenso) se vuelve en contra de algo, nada podrá resistir durante mucho tiempo, ni siquiera los gobiernos más opresivos. Una utopía libertaria, socialista, anarquista o marxista es el resultado de cambiar la opinión pública y mantener el apoyo público. Si no cambia de opinión o, alternativamente, comete un genocidio, entonces la utopía no puede durar.

Cualquier sociedad que no pueda tolerar las diferencias de opinión es frágil e insostenible.

Desafortunadamente, la mayoría de la gente no se forma una opinión basada en un juicio independiente, sino que se basa en las opiniones de los demás. Los primeros 22 años de mi vida tuve toda una serie de “opiniones” a las que yo mismo no llegué. Estas opiniones fueron absorbidas por mi familia y amigos. A su vez, mi familia y amigos en realidad no se basaron en sus opiniones desde el pensamiento independiente. Éramos los ciegos guiando a los ciegos.

Todos los días, las personas toman decisiones basadas sobre lo que creen que piensan los demás. El estilo, el lenguaje, la moral, la religión, la política y casi todo lo que se te pueda ocurrir está fuertemente influenciado por lo que creemos que son las opiniones de otras personas. Lo que creemos que otras personas piensan, es muy diferente de lo que realmente piensan. Lo que le contamos a los demás suele ser lo que creemos que quieren escuchar en lugar de lo que realmente pensamos. En caso de duda, la mayoría de la gente cede a lo que creen que es la opinión pública sobre su propia opinión, y la mayoría duda mucho. Este aplazamiento a la opinión pública también es la razón por la que la mayoría de la gente cede ante los procesos democráticos.

¿Cómo sabemos realmente lo que piensan los demás? ¿Realmente tenemos la capacidad de preguntárselo a todo el mundo? ¿Compartirán otras personas voluntariamente su opinión con nosotros sin saber primero lo que pensamos sobre ello? ¿Qué sucede si alguien es capaz de manipular cómo percibimos lo que piensan otras personas? ¿Y si lo que creemos que piensan otras personas no es lo que realmente piensan?

Algunas de las técnicas más avanzadas de la manipulación de la opinión corrompen el procedimiento de medición y reportaje. Si puede controlar los principales medios de comunicación y mostrar continuamente el apoyo de una opinión minoritaria sobre la verdadera opinión mayoritaria, los ciudadanos llegarán a creer que la opinión minoritaria realmente es la opinión mayoritaria.

Quizás uno de los intentos más abiertos de manipular la opinión pública es la corrupción de las “encuestas científicas” antes de las elecciones. Los medios nos dicen quién es “elegible” y quién no. Como resultado de la publicación de estas encuestas “científicas”, la gente concluye que algunos candidatos no son elegibles y que otros son extremadamente populares, incluso cuando no lo son.

A pocas personas les gusta estar en una minoría que se destaca frente a la mayoría. A menudo apoyarán públicamente lo que creen que es la opinión de la mayoría, incluso si se oponen en privado. La personas quieren “quedar bien” en los ojos de la gente “popular”. Las personas tienen miedo de ser acosadas, rechazadas o avergonzadas debido a su verdadera opinión. Esto crea un ciclo de autorrefuerzo que resulta en el sufrimiento silencioso y la represión de la mayoría.

El resultado final es como una pareja casada que ha estado sufriendo silenciosamente una cena de pastel de carne todos los domingos bajo la creencia, plantada por un ex, de que era la comida favorita de su pareja. Ninguno de los dos está dispuesto en admitir que odian el pastel de carne (porque aman a su pareja), pero sin embargo lo comen todos los domingos. Si no tenemos una idea precisa de lo que realmente piensan los demás, fácilmente podremos sufrir cuando no es necesario.

Solomon Asch realizó un experimento de conformidad clásica en el año 1951. En este experimento puso a un participante en una habitación con varios actores y pidió a todos en la habitación que realizaran una “prueba de visión” comparando la longitud de las líneas. Los actores irían primero y acordarían entre ellos una respuesta obviamente incorrecta, y luego se le pediría al participante que respondiera. En varios ensayos, el 75% de los participantes se conformaron con la opinión del grupo sobre la percepción personal al menos una vez. En promedio, alrededor de un tercio de los participantes se conformó con la mayoría claramente incorrecta. Mientras tanto, cuando se les preguntó de forma independiente (sin un grupo), las personas solo se equivocaron alrededor del 1% del tiempo.

¡Imagínese el poder que tiene un algoritmo de redes sociales para influir en su opinión colocándolo estratégicamente en salas virtuales con actores! Además, imagina que los actores ni siquiera tienen que estar en el juego; simplemente podrían ser seleccionados intencionalmente de una minoría para crear la percepción de una opinión mayoritaria.

Las acciones de las personas están determinadas por lo que creen que es la opinión pública. Una forma de desmoralizar a la mayoría silenciosa es hacerles creer que están en minoría. La élite puede cambiar la opinión pública simultáneamente a la opinión mesurada a través del control de la percepción de la opinión pública y aislar a aquellos quienes piensan por sí mismos.

Si queremos lograr una “utopía” mayoritaria, se considera fundamental que las personas colaboren para producir una medición más precisa y confiable sobre la opinión agrupada. Facilitar la verdadera percepción de la opinión pública es el primer paso hacia una revolución pacífica.

Un enfoque sería implementar encuestas privadas, incorruptibles y continuas de la población. Si la gente supiera lo que otras personas realmente piensan en lugar de las máscaras que deben ponerse en público, tal vez podríamos darnos cuenta de que tenemos más en común con los demás de lo que pensamos. Esto no solo sería mucho trabajo adicional, sino que todavía podría producir las respuestas proporcionadas por los actores, en lugar de juicios independientes, si la gente forma sus opiniones basándose en los medios de comunicación.

De una forma u otra, cualquier sistema verdaderamente democrático debe diseñarse para obtener respuestas honestas e independientes de los ciudadanos. Esto no es tan fácil cuando la mayoría de las personas ignoran racionalmente a la mayoría de las cosas y, por lo tanto, tienen opiniones que creen falsamente que son propias. En realidad, sus opiniones solo son la suma de las creencias falsas que creen que tienen todos los que les rodean. Es como un grupo de personas donde “todos siguen a todos”; caminan varias cuadras de la ciudad solo para descubrir que nadie les estaba guiando y nadie sabía a dónde se dirigían. Si no se toman precauciones, los expertos de la propaganda pueden manipular una sociedad democrática para que sirva a su agenda personal.

¿Cómo pueden las personas dar su consentimiento si están siendo engañado intencionalmente? ¿Cómo pueden los partidos inteligentes estar de acuerdo con un proceso democrático sabiendo que la “mayoría” en realidad no está tomando decisiones por sí misma, sino que está siendo guiada por un flautista de hamelín? Hay formas de estructurar el proceso democrático para minimizar la influencia de los flautistas.

Democracia y Estado de Derecho

Los anarquistas te dirán que no están en contra de las reglas; están en contra de los dirigentes. Pregúnteles qué reglas les gustarían y obtendrás respuestas muy diferentes. Incluso si están de acuerdo sobre las reglas, pídales que se pongan de acuerdo si han sido violadas dichas reglas y cómo las han violado y, una vez más, obtendrás respuestas muy diferentes.

Lo que podemos concluir de esto es que incluso si usted cree en el “estado de derecho”, primero debe llegar a un consenso sobre cuáles son las reglas y luego continuar llegando a un consenso sobre cuándo se han violado dichas reglas. La ley, al ser inanimada, es incapaz de hacer cumplir o juzgar disputas por sí misma.

En cierto sentido, la totalidad de la “ley” debería ser el proceso mediante el cual se establecen las reglas y se resuelven las disputas. El estado de derecho se convierte entonces en una cuestión de hacer cumplir ese proceso. Para tener éxito, la violación del proceso democrático debe quedar lo más objetivamente claro posible, en blanco y negro, para que las masas fácilmente puedan llegar a un consenso sobre si un individuo es culpable o no de violar el proceso democrático (y debe ser destituido del poder) o si es inocente (y por lo tanto deben conservar su poder).

Las “leyes” objetivas son las que hacen que las blockchain y las criptomonedas sean las cosas más cercanas al “estado de derecho” que existe. En el espacio blockchain se lo conoce como “el código es ley” y todo vale si el código lo permite. Violación de la ley de blockchain es tan objetiva que una computadora puede tomar una decisión binaria automatizada. Desafortunadamente, una computadora puede ser un maestro cruel cuando la “letra de la ley” se encuentra en un desacuerdo involuntario con el “espíritu de la ley”.

En todo tipo de democracia, el “no organizar elecciones” es una señal blanco y negra de que el gobierno ha violado el estado de derecho y, por lo tanto, es ilegítimo. La solución a este fracaso es volver al estado de derecho mediante la celebración de una elección. Si la gente puede ponerse de acuerdo sobre este principio tan básico, entonces se puede evitar la guerra civil y se puede trasladar el poder de un término a otro de manera pacífica.

El desafío es la zona gris de las “elecciones deshonestas”. Muchos gobiernos organizan elecciones y crean suficiente ambigüedad en torno al proceso para evitar que la gente llegue a un consenso de que la elección fue ilegítima. En un sistema bipartidista, a la gente se le presenta una opción falsa de tal manera que incluso si el recuento de votos fue honesto, la selección de candidatos fue efectivamente manipulada.

El objetivo de este libro es demostrar que una “elección” no es suficiente, que un DSDN (democracia sólo de nombre) es solo una dirigencia minoritaria encubierta. Una verdadera democracia debe representar de manera confiable el consenso de la mayoría de los ciudadanos mediante la implementación de un proceso que sea resistente al faccionalismo y la corrupción de su propio proceso.

Ninguna constitución puede garantizar los derechos si las personas en el poder optan por ignorarlos. Ninguna separación de poderes entre el poder ejecutivo, judicial y legislativo puede sobrevivir a la corrupción y la colusión de las personas involucradas. ¿Cómo se pueden separar los poderes cuando las personas remificadas forman parte de un solo partido? El estado de derecho debe vivir en el corazón del pueblo. Debe ser sencillo de describir. Debe ser trivial identificar cuándo se ha violado el proceso democrático. Más importante todavía, la solución a una violación de la ley debe ser un retorno a la ley que las masas puedan verificar trivialmente al mantener una nueva elección y selección de nuevos líderes.

Recuerde, para el propósito de esta sección, la totalidad de la “ley” es el proceso democrático, y no las “reglas aprobadas por quienes están en el poder”. En teoría, un proceso verdaderamente democrático podría corregir cualquier “regla hecho por el hombre”. La gente debe poder identificar fácilmente cuándo van en contra de la ley democrática esas nuevas reglas.

Democracia directa

El concepto de la democracia directa es que la gente no debería tener que depender de representantes. Todas las leyes deben ser votadas directamente por el pueblo. A primera vista, la democracia directa parece prevenir la corrupción de los representantes; sin embargo, hay un par de desafíos que deben abordarse.

¿Quién redacta las leyes sobre la que vota la gente? ¿Quién puede explicar el “significado” de las leyes a los votantes? La mayoría de la gente es racionalmente ignorante porque el valor de invertir tiempo para comprender todas las leyes propuestas es increíblemente pequeño en relación con su capacidad para influir en el resultado. Incluso nuestros congresistas electos no siempre leen nuestras leyes antes de votarlas.

Tal sistema estará dominado por intereses especiales que buscan obtener un beneficio que justifique el tiempo y el dinero que gastan en promover leyes para personas que no están en condiciones de evaluar las consecuencias. Peor aún, los medios de comunicación controlarán cómo se presentan las leyes, qué leyes llegan a la atención de la gente y luego corromperán en la mente el “*significado” de ellas.

Implementar la democracia directa de manera eficiente requeriría una base tecnológica, ya que se requerirían votos con mayor frecuencia. Un hecho alarmante es que la base tecnológica requerida fallaría inmediatamente con la próxima tormenta geomagnética (erupción solar) o un impulso electromagnético interrumpirá nuestros sistemas eléctricos e informáticos. Construir una sociedad sobre una base tecnológica frágil es prepararla para el fracaso en el peor de los casos.

La tecnología no solo es frágil, sino que también separa inherentemente a las personas del proceso. Hace que las personas dependen de los procesos tecnológicos de caja negra. Impide que la gente pueda detectar la corrupción, ya que todo el mundo debe confiar en los expertos de tecnología. La tecnología evita que las cosas se operen a pequeña escala. Si los Amish no pueden implementar el proceso, lo más probable es que no sea realmente democrático.

Además, puede ser difícil determinar cuándo se ha corrompido el proceso de democracia directa. Incluso si implementamos una democracia directa demostrablemente honesta con el fin de aprobar leyes, no es posible utilizar la democracia para operar el poder judicial o ejecutivo del gobierno. Estas dos ramas del gobierno dependen de que la gente interprete las leyes para hacerlas cumplir y poder juzgar disputas.

Dicho todo esto, la democracia directa no genera consenso; en cambio, nos divide. Si el 51% de la población puede aprobar una ley a coste del 49%, entonces sucederá.

Requerir la aprobación del 70% significaría que casi nunca habría aprobación (creando la tiranía del status quo). Incluso si aceptamos que es deseable tener una baja tasa de cambios, ¿cómo exactamente podría estar de acuerdo el 70% con las leyes iniciales? La carencia de un proceso de construcción de consenso escalable es el último clavo en el ataúd de la democracia directa.

La Verdadera Democracia

Si el propósito de la democracia es ser un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, entonces debe tener las siguientes propiedades:

  1. Compuesto por personas independientes
  2. Independencia debe ser definida como la capacidad de la minoría a separarse
  3. Resistente al control encubierto de las minorías (el 0,01%)
  4. Pder de sobrevivir a una población sistemáticamente mal informada
  5. Agrupación de la sabiduría del conocimiento local
  6. No exigir que las personas posean conocimientos globales
  7. Empoderar al individuo en lugar de desempoderar
  8. Proteger a la mayoría de una minoría
  9. Proteger a la minoría de la mayoría
  10. Fracasos transparentes para todos
  11. Proceso para recuperarse de un fracaso y que sea obvia para todos
  12. Empoderar a las personas el alcance de un nuevo consenso
  13. No demasiado parcial hacia el statu quo

Una verdadera democracia establece un proceso para la resolución de disputas de muchos-hacía-muchos y el compromiso que sea resistente a la captura de una minoría encubierta. Es un sistema en el que la gente participa voluntariamente para escapar de la ley de la selva. Debe proteger a la minoría de la mayoría y a la mayoría de la minoría. Una verdadera democracia es un proceso mediante el cual los derechos se descubren y se hacen cumplir con el verdadero consentimiento del pueblo.

La experiencia nos dice que los sistemas DSDN no cumplen la promesa de una verdadera democracia. Necesitamos un nuevo enfoque.

Capítulo 4 - Reglas del Poder Relativo

relativepower


Reglas del Poder Relativo

¿Alguna vez ha sentido que su voto no importa? En un grupo grande, las probabilidades de que tu voto marque la diferencia son como las probabilidades de que te caiga un rayo. De hecho, el resultado de unas elecciones de un país poblado sean decididas por el número de votantes hospitalizados por accidentes aleatorios de coche mientras estan de camino para ejecer su voto. Si su voto no fuera
ya de por sí inútil, cuanto mayor sea la población votante mayor es la posibilidad de fraude electoral y más difícil será de detectar. Dicho esto, en grupos pequeños un solo voto es mucho más probable que sea el factor decisivo y es mucho menos probable que el recuento de votos sea fraudulento.

Los procesos democráticos tradicionales se rompen a escala debido a la diferencia entre el poder de un individuo y el poder que el pueblo cede colectivamente a su gobierno. Cuanto más grande una comunidad, más difícil es para un individuo (o una minoría) negociar y aplicar un tratado de paz con todos los demás miembros del colectivo.

Los grupos pequeños, del tamaño de una familia, pueden fácilmente votar o comprometerse por otros medios. La reputación y la adhesión voluntaria equilibran la teoría del juego y minimizan el impacto
del riesgo moral. Discutiré el riesgo moral con más detalle en el capítulo 10.

En el caso de exista una disputa dentro de un grupo pequeño, un individuo tiene muchas opciones bajo la “ley de la selva” para negociar, imponer o abandonar un tratado de paz.

Comunidades más grandes con menos de 150 personas, pueden sostener democracias tradicionales o incluso dictaduras, pero es poco probable que el individuo tenga alguna esperanza de utilizar la ley de la selva para poder negociar y hacer cumplir su interpretación del tratado de paz. En su lugar, los individuos deben organizar en grupos más pequeños (un par de docenas de personas) para hacer cumplir el tratado. Ya que es razonable que el individuo típico tenga un par de docenas de amigos y familiares, es poco probable que una democracia de 150 personas sea demasiado opresiva. Incluso si alguien no tiene amigos, tiene la opción de abandonar la comunidad y encontrar otra comunidad que considere que respetará un tratado de paz razonable.

Afortunadamente, hay un potencial para innumerables comunidades de 150 personas.

A medida que las comunidades crezcan, el poder del individuo es extremadamente limitado para negociar en relación con la comunidad. En una disputa sobre derechos (violación del tratado de paz), el individuo se enfrenta a un coste mucho mayor para trasladarse a una nueva comunidad y se reduce drásticamente el número de comunidades alternativas.

A escala mundial, un individuo no tiene casi ningún poder y no tiene salida en caso de disputa sobre sus derechos individuales. Por ello, todo sistema democrático de gobierno debe proteger la capacidad de los individuos de cooperar para alcanzar un nuevo consenso. Si un sistema global es capturado por partidos políticos corruptos y se niega a reconocer el derecho de los individuos a separarse del grupo, entonces a estos individuos no les queda más remedio que aplicar la ley de la selva en una violenta revolución guerilla/terrorista hasta que se pueda negociar un nuevo tratado de paz que sea respetado por todos.

El antropólogo británico Robin Dunbar descubrió que hay límites biológicos naturales al número de personas con las que cualquier individuo puede formar un grupo social cohesivo.

Dunbar descubrió que los grupos pueden crecer hasta unas 150 personas antes de separarse o colapsar. Los investigadores descubrieron que esta regla se aplica a todo tipo de agrupaciones, desde las sociedades de cazadores-recolectoress, las fábricas industriales, las organizaciones militares y hasta las comunidades Amish. Parece sensato tener en cuenta esta relación tribal natural entre individuos y grupos cuando forman estructuras de gobierno o negocian tratados de paz.

Secesión

Una de las propiedades más importantes de una verdadera democracia es el derecho de los miembros a separarse del grupo.

La inhabilidad de planificar y mantener la capacidad de secesión es el esquema para que una democracia se convierta en una tiranía. Es como ir a un matrimonio con un acuerdo prenupcial para evitar un divorcio. El poder de un individuo para separarse depende de de los recursos que pueda llevar consigo. Si la tierra entera pertenece a una sociedad corrupta, entonces la secesión es
sería la muerte. Si te ves obligado a retirarte a la naturaleza como individuo pero careces de las habilidades para sobrevivir en la naturaleza, entonces también sería la muerte.

En la práctica, los individuos necesitan el poder de separarse en grupos y esos grupos deben ser relativamente independientes. La única manera de asegurar que la sociedad esté organizada de tal manera que la secesión sea una opción viable sería agruparse por geografía. Esto sería como una federación de microestados. Cada grupo necesitaría la capacidad de llegar a un consenso para
secesión y conservar la autonomía interna para hacerla viable.

Cualquier comunidad que pierda su capacidad de ser relativamente autosuficiente pierde efectivamente su capacidad de secesión y queda sujeto a una estructura de gobierno extranjera. Una comunidad no tiene que ser totalmente autosuficiente siempre que existan amplios proveedores alternativos de las cosas que necesita. Además de ser relativamente autónoma, cada comunidad tendría que mantener el suficiente “poder de la selva” en relación con otras comunidades para mantener unas negociaciones justas. Este poder de la selva podría derivarse de alianzas con otras tribus con el fin expreso de defender el derecho a la secesión o podría servir como un poderoso ejército.

Estados Unidos es un caso de estudio de la pretendida democracia de los estados, que se pierden por no conservar la autonomía interna. La unión de los estados norteamericanos debía ser debía ser voluntaria y cada estado tenía el derecho de abandonar pacíficamente a dicha unión. Tres estados -New Your, Rhode Island y Virginia, documentaron explícitamente el derecho de secesión en sus documentos de ratificación. Dado que estos tres estados fueron aceptados en la unión, debemos suponer que otros estados tendrían el mismo derecho.

El documento de ratificación de Nueva York del 26 de julio de 1788 dice:

“Que los Poderes del Gobierno [en el Artículo 1, Sección 8] pueden ser reasumidos por el Pueblo, cuando sea necesario para su felicidad, que todo Poder, Jurisdicción y Derecho que no esté claramente delegado por dicha Constitución al Congreso de los Estados Unidos, o a los departamentos del Gobierno de los mismos, queda en manos del Pueblo de los diversos Estados, o a sus respectivos Gobiernos Estatales a los que puedan haber concedido la misma…”

El documento de ratificación del 29 de mayo de 1790 de Rhode Island era muy similar:

“Que los poderes del gobierno pueden ser reasumidos por el pueblo, cuando sea necesario
para su felicidad…”

Y, el 26 de junio de 1788, Virginia El documento de ratificación dice:

". . . los poderes otorgados bajo la Constitución, que se derivan del Pueblo de los Estados Unidos,
pueden ser retomados por ellos cuando los mismos [poderes] sean pervertidos para su perjuicio u opresión y que todo poder no otorgado por la misma permanece con ellos y a su voluntad… "

La guerra entre los estados se luchó para evitar la secesión y no para eliminar a la esclavitud como se enseña comúnmente.

En agosto de 1862, Lincoln declaró:

“Si pudiera salvar la unión sin liberar a ningún esclavo, lo haría; y si pudiera salvarla liberando a todos los esclavos, lo haría; y si pudiera salvarla liberando solo a algunos y a dejando a los demás en paz, también lo haría”.

Seis meses después Lincoln emitió la proclamación de emancipación que sólo liberó a los esclavos en el sur. Esta cita demuestra por sí misma cómo los estados individuales en la “democracia de Estados Unidos” perdieron el presunto derecho a la secesión como documentado en sus documentos de ratificación. Los estados del sur carecían del necesario poder de la selva y la necesaria autonomía para hacer cumplir el tratado de paz conocido como la Constitución de los Estados Unidos.

En el contexto de los Estados Unidos sería como si todos los estados tuvieran el mismo voto independientemente de su población y que todos los estados tuvieran un poder selvático comparable. La Constitución debería establecer explícitamente el derecho de secesión. Una federación de estados con una carga desigual no es estable. Sería como una comunidad formada por un adulto y muchos bebés. No hay capacidad para negociar tratados de paz entre comunidades de tamaños y capacidades muy distintas. La comunidad más grande puede retener a una comunidad más pequeña en una relación abusiva y extorsionar condiciones de paz desequilibradas.

La lección que podemos sacar de esto es que la democracia sólo funciona entre iguales relativamente independientes y sólo a pequeña escala. Si queremos construir sistemas democráticos más grandes, entonces deben ser construidos respetando la ley del poder relativo.

Una forma de conseguirlo sería organizar la gobernanza en una jerarquía de organizaciones relativamente iguales. Los individuos deben ser miembros de una familia; las familias deben ser miembros de una iglesia (o club social); las iglesias deben ser miembros de un pueblo; los pueblos de un municipio; y municipios deben ser miembros de un estado. Se debe minimizar la diferencia de tamaño entre cada de las familias, iglesias, pueblos y municipios. Del mismo modo, el número de miembros en cada nivel horizontal debe reducirse al mínimo. No se quiere un condado “democrático”
de 10.000 iglesias, como tampoco se quiere una iglesia de 10.000 familias, o una familia de 10.000 personas.

Si se desarrolla según los procesos naturales, el tamaño de las iglesias, pueblos, ciudades, estados y condados sigue una distribución de Pareto. 80% de la gente vive en el 20% de las ciudades y el 51% de la gente viven en el 1% de las ciudades. Hay órdenes de magnitud de diferencia de tamaño entre el mayor y el menor estado, ciudad, iglesia, etc. Esto significa que la ciudad de Nueva York y Roanoke
no pueden ser iguales en el proceso de gobierno, ni tampoco California e Iowa, a menos que California esté dispuesta a dar a Iowa el mismo voto y que ambos tengan capacidades militares similares para nivelar el campo en caso de que Iowa desee separarse.

Si los ciudadanos de California desean tener más poder a nivel federal, entonces California tendría que dividirse en múltiples segmentos autónomos de tamaño y poder similare a los de Iowa. Además, hay que tomar precauciones para evitar que las nuevas partes “autónomas” de California se coludan (formando un partido) para actuar como una unidad. En uno capítulo posteriores abordaremos la necesidad de utilizar el poder de la aleatoriedad para evitar los partidos de colusión.

Los Estados Unidos tendría que rechazar los estados que son demasiado pequeños, o en el extremo podríamos tener una persona individua solicitando ser miembro con igual derecho a voto que todo el Estado de California.

Dicho de otro modo, todas las democracias, ya sean “de personas” o “de estados”, deben consentir a la incorporación de nuevos miembros y permitir la secesión unilateral voluntaria de cualquier miembro.

Cualquier sistema que premie la concentración y la centralización tenderá hacia instituciones cada vez más grandes. Las economías de escala recompensan naturalmente a los Estados más grandes con más eficiencia y poder que los estados más pequeños. El incentivo natural es crecer y fusionarse. Esto debe ser resistido y rechazado en los niveles más fundamentales posibles para proteger la integridad de la verdadera democracia por consentimiento de los gobernados. A medida que los sistemas crecen y se fusionan, la clase dominante se beneficia desproporcionadamente y todos los demás se ven sin poder cualquiera. Esto crea un bucle de retroalimentación positiva que resulta en todavía más crecimiento y fusión y aún más desempoderamiento. Este desempoderamiento a menudo se comercializa apelando a la conveniencia añadida y a la reducción de precios que aporta la eficiencia. Con demasiada frecuencia, la gente cambia su poder por un literal “almuerzo gratis” y al final no obtienen ni poder ni la comida gratuita. El poder individual infravalorado, los beneficios de la sumisión sobrevalorados y los costes no contabilizados llevan a la gente a la dependencia, a la esclavitud y a la pérdida del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Imitando la biología

Una de las formas de adquirir sabiduría es estudiando la naturaleza. En la naturaleza no se ven células individuales que crezcan hasta el tamaño de un elefante. En cambio, el tamaño de las células es limitado y múltiples células cooperan para crear organismos más grandes. Al igual que las células, no vemos elefantes cada vez más grandes, sino manadas de elefantes. Además, no se ve una sola especie de animales, sino millones o miles de millones de especies.

La vida está organizada en jerarquías de distintas formas de vida independientes que trabajan juntas. Cualquier célula que crezca sin control morirá de hambre porque la relación entre la membrana celular y el volumen interior se reduce, por lo que no puede introducir suficiente comida o expulsar suficientes desechos. Los animales que crecen demasiado mueren por razones similares de peso y densidad energética. Del mismo modo, las sociedades de personas que crecen demasiado grandes no son sostenibles por su propia naturaleza. Si queremos construir una civilización humana sostenible, entonces debería estar compuesta de comunidades independientes que a su vez están compuestas por subcomunidades independientes.

De este modo, los errores se localizan y los sistemas son redundantes. Tu cuerpo puede tolerar la corrupción de algunas células; una comunidad puede sobrevivir a la corrupción de algunas personas; un estado puede sobrevivir a la corrupción de algunos condados; y el mundo puede sobrevivir a la corrupción de algunos estados.

Sin embargo, si el mundo se compone de un solo estado, entonces el pueblo no puede sobrevivir a su corrupción. La corrupción individual es inevitable, por lo que la redundancia y la diversidad de las comunidades son fundamentales para el éxito evolutivo de la especie humana. La organización de las personas en un gobierno indivisible limita la diversidad de pensamiento y hace que toda la sociedad sea susceptible a los mismos patógenos. Es como una granja de monocultivo; una sola enfermedad
matará todo.

Los grandes gobiernos monoculturales serán gobernados por humanos falibles que pueden y seguramente van a ordenar soluciones de talla única para todos. Estos gobiernos son incapaces de adaptarse al entorno natural cambiante y tienden a especializarse en exceso en el statu quo. Cuando algo cambia, se acaba el juego.

Imagina un dominó gigante de una altura como la del edificio Empire State. Ahora imagine que intenta derribarlo con una sola ficha de dominó de tamaño normal; no es probable que ocurra. Sin embargo, si tienes una serie de fichas de dominó progresivamente más grandes, entonces una sola ficha de dominó tradicional podría caer y derribar una ficha un poco más grande, que a su vez derriba otra más grande, hasta que finalmente, después de 29 fichas…, una del tamaño del Empire State Building cae.

Esto ocurre debido a la liberación exponencial de la energía almacenada. Una sociedad estructurada con un millón de personas que eligen una persona a un cargo (el típico congresista) es como tener el
Empire State Building rodeado de un millón de de fichas de dominó ordinarias y descoordinadas. La energía combinada de las fichas de dominó ordinarias no puede efectuar el cambio derribando el
“Imperio”. Recuerda que dos personas trabajando juntas son más fuertes que la suma de sus contribuciones individuales. La estructuración de la sociedad como una serie de fichas de dominó
independientes maximiza el poder de una persona (una sola ficha de dominó) para efectuar el cambio a nivel local y, por tanto, para cambio a nivel mundial.

Una sola persona puede provocar un cambio en su familia; una familia puede efectuar el cambio entre sus amigos; un grupo de familias puede provocar el cambio en su iglesia; una iglesia puede provocar cambio en su ciudad, etc. Todo esto sólo es posible si cada escala de dominó es independiente y capaz de caer (cambiar) por sí misma. Si todas las fichas de dominó están físicamente unidas a la ficha más grande, nada puede suceder sin que todo cambie a la vez.

Lo que aprendemos de esto es que un individuo tiene máximo poder cuando actúa bajo una serie de capas anidadas independientes de gobierno. Para entender cómo surge esta amplificación del poder individual, consideremos lo siguiente. Cuando un pequeño grupo es capaz de alcanzar un 67% de
consenso, consigue actuar con el poder del 100%. Esto supone un aumento del 50% del poder numérico, además del hecho de que 1+1 es mucho más poderoso que 2. La amplificación del
poder individual es aún mayor si un grupo permite que las decisiones se tomen con un 51% de consenso.

Este proceso también funciona a la inversa. Si el Imperio quiere evitar ser derribado, puede dividir otras fichas de dominó en fichas más pequeñas. Aplicando una pequeña cantidad de energía para evitar que dos de tres personas se unan y actúen como tres de tres, contrarresta efectivamente el poder de más de tres personas actuando a solas.

La división de familias y razas es un medio muy poderoso para suprimir la capacidad de la gente para derribar tiranías. Cuando el gobierno ofrece a las parejas incentivos para que se separen, socavando una relación de interdependencia interdependiente con la asistencia social y la manutención de los hijos, debilita a todos y da poder al Estado.

Los daños colaterales va más allá de la pareja, los niños y la asistencia social. Una sociedad verdaderamente democrática debe fomentar y recompensar las relaciones comprometidas a largo plazo y las familias fuertes. La fuerza de las familias resultantes es fundamental para proteger a los individuos dentro de cada familia contra los que se beneficiarían de su división.

La clave es mantener la independencia de las fichas de dominó, de modo que puedan
que puedan elegir entre continuar su pertenencia en una federación mayor o abandonarla. Si un Estado no puede separarse de forma fácil y pacíficamente de los Estados Unidos, entonces los ciudadanos del Estado no pueden derribar su “dominó”. Esto significa que tiene que haber una separación de poderes mucho más fuerte entre ciudades, condados, estados y federaciones de estados.

La verdadera democracia consiste en capacitar a las personas para que vivan en una comunidad que empodere al máximo a todos. Debe conformarse con nuestra naturaleza biológica y tribal o el resultado será que todos serán controlados por una tribu gobernante que se ajusta al estudio de Dunbar. Esto significa que incluso la clase gobernante tiene restricciones de escalabilidad que resultan en miles de millones siendo controlados por solo cientos de personas.

Capítulo 5 - Acoplamiento y Encapsulación

Acoplamiento y Encapsulación

Si alguna vez ha trabajado en una grande empresa, probablemente haya notado el caos que se produce cuando la gente se salta la cadena de mando (en cualquier dirección). Una organización puede volverse inestable cuando el director general se salta a todos sus directivos y da órdenes directas a los ingenieros
o un representante de ventas se salta los mandos intermedios para informar directamente al director financiero. Un ejemplo más tabú es cuando el director general mantiene una relación íntima con una empleada de nivel básico. En todos los casos, la autoridad e “independencia” de los los mandos intermedios se han visto socavados.

Este problema puede ser aún más complicado si una empresa es un conglomerado de muchas empresas más pequeñas, cada una de las cuales funciona en gran medida con autonomía. Eludir la
cadena de mando puede disolver la pretendida autonomía de las suborganizaciones, crear dependencias ocultas e incluso exponer a las organizaciones ante la responsabilidad legal.

En una sociedad democrática que sigue las reglas del poder relativo poder relativo, es fundamental que todos sigan la cadena de mando para garantizar que el pueblo conserve el poder que da legitimidad al gobierno. A medida que veamos cómo funciona esto se empieza a entender cómo los imperios DSDN (Democracias sólo de Nombre) cooptan el poder del pueblo violando la cadena de mando.

¿Quién debe tener la autoridad para cobrar los impuestos a un individuo? Su comunidad local, su estado, el gobierno federal, o todos los anteriores? Actualmente vivimos en un mundo donde es todo lo anterior y eso es una violación masiva de la soberanía e independencia de la comunidad.

Utilicemos una analogía para describir la importancia de respetar la cadena de mando. Imaginemos que una democracia de Estados es como una democracia de personas. Ahora imaginemos que el
gobierno de una democracia de personas tuviera el derecho de cobrar impuestos directamente a las células de los cuerpos de las personas. Habría que cuestionar el juicio de cualquier individuo que acepte un tratado de paz en el que otro pudiera tomar incluso tan solo un control parcial sobre las células de su cuerpo.

Las células tienen ahora dos maestros, tu cerebro y el gobierno, que está dirigido por el cerebro de otra persona. Las cosas comienzan a parecerse a una escena de la Matrix, donde la humanidad
ha sido esclavizada por las máquinas que extraen “energía” (también conocida como poder) de cada persona mientras controlan sus sentidos. El cerebro individual vive en una realidad simulada en la que pretende tener autonomía, pero el cuerpo está encadenado, débil, dependiente y drenado de toda la energía sobrante por la Agencia Tributaria.

Si ninguna persona en su sano juicio firmaría voluntariamente un tratado de paz en el que renuncie al control sobre algunas de las partes de su cuerpo, entonces ¿por qué una comunidad en su sano juicio firmaría un tratado de paz en el que en el que renuncian al control de sus miembros? La razón por la que la gente formó la comunidad fue para tener una defensa mutua de sus derechos, por lo que un gobierno comunitario que cede el control de sus miembros a influencias externas, es negligente en su
responsabilidad y ha perdido la legitimidad democrática.

Una democracia de estados no debería saber nada de la composición de los estados. Desde la perspectiva de la informática, el hecho de que los estados estén compuestos por condados y
que los condados se componen de ciudades que a su vez se componen de personas es un detalle de implementación. A nivel federal, el tratado de paz es una democracia de estados, donde cada estado se considera una parte igual.

Ahora considere cómo funcionaría esto desde el punto de vista de la “recuperación de impuestos”.
Si el tratado de paz entre estados pide que las partes contribuyan a la financiación federal, entonces
esa financiación debe provenir del miembro con el consentimiento del mismo miembro. Esto significa que una persona individual nunca debe tener ninguna interacción con el gobierno federal a menos que actúe como representante elegido o designado de un estado. Todos los impuestos federales deben ser facturados a los estados y cada estado debe tener autonomía para decidir cómo recaudar el dinero para pagar el impuesto. Esta estructura garantiza que un estado pueda decidir colectivamente la secesión sin cambiar nada de su estructura fiscal y sin que los individuos tengan que preocuparse sobre si pagar o no pagar los impuestos federales.

Esta idea fue entendida, en parte, por los redactores de la Constitución de los Estados Unidos, que establecía que los impuestos directos debían ser repartidos entre los estados y que el objeto del reparto es que tengamos un censo.

El concepto de prorrateo de es un concepto antidemocrático
que es similar en principio en la afirmación de que cada persona debe ser proporcional a su peso en una balanza o que su porcentaje del total de impuestos pagados debería basarse en el número de células de su cuerpo. En efecto, el prorrateo dice que “algunas personas” son “más iguales” que otras, mientras que la democracia se supone que es entre iguales voluntariamente acordando un tratado de paz bajo la ley de la selva.

En un sistema verdaderamente democrático, negociado entre iguales, todas las partes tienen el mismo voto, las mismas obligaciones y los mismos beneficios. Todos los estados tendrían los mismos impuestos. Un estado como California tendría que dividirse si su gente quisiera tener más influencia, pero al hacerlo tendría que pagar cuotas adicionales. De esta manera, las cuotas se siguen repartiendo por población, pero sólo con una autonomía equivalente. Esto protege a los estados más pequeños de la “colusión” de la población de California.

Imagínese que las Naciones Unidas tuvieran autoridad para imponer un impuesto sobre la renta que se aplicara a todas las personas del mundo? Esto debilitaría directamente a la autonomía de los
Estados Unidos. En la actualidad, Estados Unidos y otros países financian las Naciones Unidas colectivamente y cada país puede decidir abandonar y retirar la financiación como entidad única.
Incluso aquí la financiación no es uniforme (Estados Unidos paga 70%), lo que a ciertos países les da más influencia sobre las Naciones Unidas.

Un impuesto federal en los individuos socava la privacidad e independencia de los gobiernos de los estados y condados. Extrae la riqueza directamente de los niveles inferiores de gobierno (el pueblo) y luego la utiliza para extorsionar la conformidad a los gobiernos estatales y locales. Por ejemplo, el gobierno federal puede retener la financiación de escuelas, carreteras y fuerzas de seguridad a menos que los estados se conformen. Los estados han visto socavada su independencia al permitir que el gobierno federal utilice los recursos del pueblo contra el estado. Con los fondos ya retirados del pueblo por el gobierno federal, los recursos del estado (por ejemplo, los ciudadanos de Virginia) carecen de fondos para crear escuelas independientes si no están de acuerdo con el Departamento de Educación de Adoctrinamiento. Se hace mucho más difícil para la organizar una huelga de impuestos si el estado no tenga ya el control sobre el flujo de dinero de los impuestos.

Llevemos esto al extremo. ¿Qué pasaría si el gobierno federal implementara un impuesto sobre la renta del 90% en la gente y luego diera a los gobiernos estatales la financiación condicionada a su cumplimiento. Además, supongamos que que no se permitieran deducciones por los impuestos estatales y locales. ¿Cuánto dinero les quedaría a los gobiernos estatales para tributar? ¿Tienen los gobiernos estatales alguna autonomía o capacidad de representar al pueblo? ¿Aceptaría algún estado anteriormente independiente tales términos de antemano? Si nadie aceptara esos términos de antemano, entonces ¿qué legitimidad puede existir en un sistema que ha llegado a él de forma progresiva?

El propósito del gobierno estatal es representar a los gobiernos de los condados y el propósito del gobierno es representar a la gente del condado. Un individuo tiene mucha más representación dentro de su condado que en toda una federación de estados, compuesta por cientos de millones de personas.

Es posible que la gente llegue a un consenso dentro de su condado y que ese consenso a todos los habitantes del condado les da más poder. Su condado tiene mucho más poder para negociar con el Estado como un frente unido de 50.000 personas unificadas que si 50.000 personas descoordinadas quisieran conseguir la misma influencia. Esta es una situación de cómo dos personas trabajando juntas pueden superar a dos personas que operan sin coordinación. El poder efectivo de cada
miembro de una sociedad es mayor cuando se organiza en unidades compuestas más pequeñas.


virginia


Estudio de caso - Derechos de las armas en Virginia

Este estudio de caso implica un problema ofensivo para muchas personas. Por favor, tómese un momento para separar el concepto de su opinión personal sobre las armas, y recuerde que estamos
en el proceso de llegar a un consenso en una verdadera democracia. El resultado final previsto no justifica ni invalida los medios. Los principios discutidos por el caso estudio también se aplican a otros temas como el aborto, la marihuana y la inmigración, y en esos temas este proceso puede favorecer
su opinión.

El estado de Virginia tiene 8,5 millones de habitantes organizados en 95 condados. La mayor parte de la población se concentra en zonas urbanas donde el partido predominante es el Partido “Demócrata”, que en adelante llamaré el partido DSDN (Democracia solo de Nombre) porque no se adhieren a los principios de una verdadera democracia. Como Virginia no es una democracia de condados, el gobierno del estado termina controlado por el partido DSDN. El partido DSDN propone desarmar al pueblo, que es algo que el 96% de los condados de Virginia están activamente en contra, basándose en resoluciones aprobadas por los gobiernos locales.

Si Virginia fuera una democracia de condados entonces el resultado sería muy diferente. Todo el estado reconocería el derecho individual a portar armas. Los individuos en el 96% de los condados tendrían sus derechos mejor protegidos. Los individuos que viven en los condados que están a favor
prohibir las armas podrían separarse y formar su propio estado o unirse con los condados de Maryland; sin embargo, es poco probable que eso sea necesario porque una democracia de condados no debería preocuparse tanto por los derechos individuales de las armas como por la independencia del propio condado.

Esto significa que si el condado de Loudoun quisiera prohibir armas internamente, entonces al condado de Floyd no le importaría. Como los impuestos, las regulaciones no deben pasar por encima de los gobiernos intermedios. Una democracia de condados estaría más preocupada por el derecho de cada condado a formar una milicia. Una democracia de estados se preocuparía por el derecho de cada estado a formar una guardia nacional, y una democracia de países se preocuparía por el derecho de cada país a tener su propio ejército.

Si los Estados Unidos no renuncia a su derecho a tener un ejército ante las Naciones Unidas, entonces ¿por qué los estados renunciarían su derecho a formar una Guardia Nacional al gobierno federal, los condados el derecho de formar una milicia al estado, o los individuos el derecho a la autodefensa a su condado?

¿Manda la Mayoría Global?

Si la democracia consistiera en someter a la minoría (débil) a la voluntad de la mayoría (fuerte) entonces China debería gobernar a los Estados Unidos. Ciertamente no se deduce que un
país de 320 millones de personas deba operar un imperio global coaccionando a los otros 7.000 millones con amenazas de cambio de régimen. China no debería controlar a Estados Unidos más que
California debería controlar Virginia o más que Richmond debería controlar el condado de Floyd o más de lo que un propietario de una plantación debería controlar a sus esclavos.

Dicho de otra manera, el partido DSDN, con un 51% de población, no debería controlar el partido RSDN (Republicano solo en Nombre) más de lo que los RSDN deberían controlar a los DSDN si tuvieran el 51% de la población. La política de partidos es similar en su naturaleza a la mezcla de la población de Rusia y los Estados Unidos en un mismo territorio mientras la gente mantiene su “identidad” rusa y americana, y cada año tenemos que elegir si votamos a un ruso o a un americano como presidente por encima del resto del mundo.

Sólo bajo la ley de la selva tiene sentido que el 51% gobierne sobre el 49%. De hecho, bajo la ley de la selva es legítimo que el 51% mate al 49%. También es legítimo, bajo la ley de la selva, que el 1% mate al 99% si tuvieran el poder de hacerlo. ¿Cuál es la diferencia entre que el 51% amenace con matar al 49% si no cumple y que el 51% les mate a ellos? Si el 51% realmente no cree en el genocidio (o en la amenaza del mismo) entonces se deduce que deberían permitir la secesión del 49%.

Hay una fuerte tentación para los que están en el grupo del 51% de la población a defender la aplicación universal de sus teorías sobre la gestión de la sociedad. ¿Qué pueden perder? ¡La ley de la selva está a su lado! Hay un conocido dicho:

Primero vinieron a por los comunistas
y yo no dije nada
Porque yo no era comunista

Luego vinieron a por los socialistas
y yo no dije nada
Porque yo no era socialista

Luego vinieron a por los sindicalistas
y yo no dije nada
Porque yo no era sindicalista

Luego vinieron a por los judíos
y yo no dije nada
Porque yo no era judío

Luego vinieron a por mí, Y no quedó nadie que hablara por mí.

La idea es que elegir el lado de la mayoría funciona hasta que un día dejas de ser la mayoría.
Independientemente de tu sistema de creencias, no siempre estarás en la mayoría. Sería una tontería adoptar un sistema de creencias que te sirva hoy pero que justifique tu muerte mañana.

Lecciones de la Ingeniería de Software

La secesión es mucho más difícil si la estructura de gobierno no sigue los principios de bajo acoplamiento y fuerte encapsulación. He pasado mi carrera desarrollando complejo software y “sistemas operativos blockchain”. La gobernanza podría verse como nada más que un sistema operativo para la sociedad. Desde la perspectiva de un programador informático, quieres organizar el código en funciones, las funciones en clases, las clases en bibliotecas, las bibliotecas en programas, los programas en sistemas operativos, los sistemas operativos en intranets, y las intranets en Internet. Si no modula su código y respeta las APIs (interfaz de programación de aplicaciones) adecuadas produce “código espagueti” que es imposible de mantener, depurar, reutilizar o actualizar. El resultado son errores, corrupción de datos, y un desarrollo más lento. Suele ser más rápido reescribir un programa desde el principio antes que arreglar el “código espagueti”. Los gobiernos “espagueti” casi siempre deben que colapsar y rara vez son capaces de reformarse.

Para evitar los problemas del código espagueti, los desarrolladores siguen el principio de modularidad (agrupación geográfica), bajo acoplamiento (separación de poderes), minimización de dependencias (independencia) y ocultación de los detalles de la implementación de la interfaz pública (separando el gobierno federal del pueblo). Una sociedad estable y compleja debería seguir algunos de estos
principios de diseño. De esta manera, si hay un error en un área, no derrumba a toda la sociedad.

Capítulo 6 - El Poder de la Aleatoriedad

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El Poder de la Aleatoriedad

La aleatoriedad es una propiedad poco apreciada de los procesos políticos. Dejar todo en manos del “azar” puede parecer arriesgado cuando el destino de una nación está en juego, pero en este
caso es absolutamente esencial para protegerse de la captura por parte de partidos políticos y otros inclinaciones inesperadas hacia el statu quo.

Los sistemas informáticos utilizan la aleatoriedad en muchos diferentes algoritmos para protegerse de los peores resultados, la sobreoptimización y el estancamiento en los mínimos locales. Bitcoin utiliza la aleatoriedad para llegar a un consenso sobre quién puede ampliar el libro de contabilidad, lo que protege a la moneda digital de la censura. Los juegos utilizan la aleatoriedad con fractales para crear entornos más realistas similares a los de la naturaleza. La naturaleza utiliza aleatoriedad para crear la diversidad necesaria para la evolución y adaptación a los entornos cambiantes. Sin la introducción de la aleatoriedad, la vida no sería posible, pero las estructuras resultantes de la vida no se pueden considerar aleatorias. Aunque se deriva de una aparente aleatoriedad, la vida tiene un orden que lleva a muchos a creer en un creador inteligente.

La utilización de la aleatoriedad reconoce que incluso los planes mejor trazados tanto de los ratones como el de los hombres a menudo salen mal. No importa que una comunidad piense que puede organizarse, existe la posibilidad de que se equivoque, y la aleatoriedad garantiza que una variedad de opiniones minoritarias tengan la oportunidad de expresarse a lo largo del tiempo.

La gente tiende a organizarse en grupos y evitarán interactuar con externos. Una sociedad que desea fomentar el espíritu de colaboración e inclusión necesita superar el agrupamiento natural y asegurarse de que, con el tiempo, todo el mundo hable con los demás. La aleatoriedad es una de las formas en las que podemos evitar dicha tendencia.

El principio de Pareto

Toda actividad o sistema favorece a las personas con unas determinadas habilidades, ya sean jugar al baloncesto, ganar un concurso de ortografía, escribir libros o ganar unas elecciones. Las habilidades tienden a distribuirse según una distribución de Pareto, con un pequeño número de personas que son mucho mejores que los demás.

Las distribuciones de Pareto se dan naturalmente en todas partes:

  • El 20% del esfuerzo crea el 80% de los resultados
  • El 20% de los trabajadores producen el 80% del resultado
  • El 20% de las vainas de guisantes contienen el 80% de los guisantes
  • El 20% de las especies de pájaros representan el 80% de todos los pájaros
  • El 20% de las funciones obtienen el 80% del uso
  • El 20% de las personas posee el 80% de la riqueza
  • El 20% de las ciudades tienen el 80% de la población

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El Principio de Pareto puede aplicarse también en otras proporciones como 90/10 o 70/30, pero el concepto es que la mayoría de las cosas en la vida no se distribuyen uniformemente por naturaleza. Además, el Principio de Pareto es recursivo. Si el 20% de los fallos de programación causan el 80% de los errores del programa, entonces el 4% de los fallos de programación causará el 64% de los errores del programa, y el 1% de los fallos causará el 51% de los errores.

Suponiendo una distribución de Pareto 80/20 de la “influencia política”, el 1% de las personas tiene más del 50% de la influencia, y en una democracia con reglas mayoritarias, eso significa que el 1% de las personas controla el 100% de los resultados. Si asumimos una distribución de influencia más pronunciada como por ejemplo una distribución del 90/10 de la influencia, entonces el 0,1% de la población controlaría el 72% y el 0,0001% controlaría el 53% de la influencia, lo que equivale a que 200 personas colectivamente tengan más influencia que 200.000.000 personas combinadas.


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Imagina que nuestro proceso político fuera como una partida de ajedrez. Si quieres ser presidente tienes que ser el mejor jugador de ajedrez. Las habilidades del ajedrez se distribuyen por el Principio de Pareto, lo que significa que los mejores jugadores son mucho mejores que la persona media. En un proceso como este, el liderazgo raramente cambiaría y estaría concentrada en gran parte en personas con rasgos muy similares, las cuales les hacen ser exitosos jugadores de ajedrez.

Los procesos políticos que utilizan la campaña pública para conseguir votos son similares a una partida de ajedrez optimizada para una combinación de distintos rasgos. En particular, está optimizado para aquellos que están dispuestos a decirle a la gente lo que quiere oír en lugar de decir la verdad. Está optimizado para aquellos que disfrutan gobernando sobre los demás y no para los que no les gusta mandar a los demás.

Está optimizado para quienes están dispuestos a hacer “promesas” que no pueden o no tienen intención de cumplir. Está optimizado para aquellos dispuestos a formar partidos/facciones y no a los que operan según sus principios. Está optimizado para el pensamiento a corto plazo y no para la planificación a largo plazo. Estos rasgos negativos se distribuyen según los Principios de Pareto entre la población, igual que ser bueno en jugar al ajedrez o cualquier otra actividad. Cuanto mayor sea la población, mayor será la diferencia entre los políticos más hábiles (o los jugadores de ajedrez) y la persona media.

¿Qué escuela tendrá el mejor equipo de baloncesto? ¿La pequeña escuela del condado con 100 estudiantes o una gran escuela privada de una ciudad, donde atienden 10.000 estudiantes? Supongamos que la habilidad es asignada al azar de 0 a 100 a cada estudiante y cada
escuela tuviera que seleccionar un equipo con 10 jugadores. La escuela con 10.000 alumnos podría formar 10 equipos de 10 jugadores, todos con un nivel de habilidad de 100. La escuela pequeña tendría suerte con tener un jugador con un nivel de habilidad de 100 y la media del equipo
estaría más cerca de 95.

Si las habilidades se distribuyeran por Pareto entonces el 1% de los jugadores tendría más habilidades que el 51% combinado. Esto significa que una escuela grande podría presentar un equipo con 10 jugadores cerca del nivel 100, pero una escuela pequeña tendría suerte de tener 1 jugador cerca del 100 y 9 jugadores por debajo del 50. La experiencia lo confirma, las escuelas más pequeñas casi siempre tienen equipos inferiores.

La aleatoriedad puede nivelar el campo de juego en los juegos de azar. Imagina cómo serían las cosas si cada escuela seleccionara al azar su equipo de baloncesto entre los estudiantes que tengan disponibles. En este caso, todas las escuelas tendrían equipos con un nivel medio de habilidad de 50, independientemente del tamaño del alumnado. En el caso de la distribución de Pareto de las habilidades de baloncesto, el equipo medio podría tener un nivel de habilidad inferior a 10.

En el caso de juegos optimizados para “habilidades negativas” como la indulgencia, las mentiras y la manipulación, esto sería un buen comercio. En el caso de las habilidades positivas, como la sabiduría, el conocimiento económico y el juego limpio, esto sería un mal comercio.

A medida de que los países crezcan, el porcentaje de la población en los niveles más altos de gobierno se reduce. Por ejemplo, sólo sólo tiene 1 presidente y 100 senadores, independientemente de la población. Esto es similar a cómo las grandes escuelas tienen el equipo de baloncesto del mismo tamaño, independientemente del tamaño del alumnado. Cuanto más grande es un país, mayor es la brecha entre los que saben jugar al juego político y la persona media.

Si un juego favorece los comportamientos antisociales o inmorales, los que están en el poder tenderán a tener esos rasgos en mayor abundancia en relación con la demás población, al igual que la distribución de las habilidades de baloncesto en escuelas pequeñas frente a las grandes. Este es otro ejemplo de cómo la aleatoriedad puede nivelar el campo de juego. Imagina que cada proyecto de ley presentado por el Congreso tuviera que ser firmado por una mayoría de dos tercios de un grupo de 100 ciudadanos seleccionados al azar. Por término medio, el Congreso sería incapaz de aprobar leyes que no se ajustan a los deseos del pueblo. En este caso, el truco consistiría en garantizar que la
aleatoriedad fuera realmente aleatoria y el conjunto fuera realmente representativo.

Otro ejemplo de cómo la aleatoriedad puede nivelar el campo de juego; el orden de los nombres que constan en el bolleto pueden influir en el resultado. El primer nombre de la lista tiene una ventaja
sobre todos los siguientes nombres. Al aleatorizar la papeleta, se garantiza que ningún candidato tenga ventaja. La realidad es que en las elecciones típicas la mayoría de los votantes son tan ignorantes (pero racionalmente) que su voto contiene aproximadamente la misma cantidad de información que echar a cara o cruz (tirar una monda). Si la investigación de Brennan en su libro “Contra la democracia” se mantiene, el votante típico proporcionaría menos información útil que tirar una moneda. Esto se revela a menudo por lo estrecho que es la diferencia entre un candidato ganador y uno perdedor en un sistema bipartidista - ¡la gente está literalmente adivinando!

Debería haber poca diferencia entre una muestra aleatoria de 10.000 personas y un voto forzado de 200 millones. En la medida en que existe una diferencia, ésta mide las diferencias en el “entusiasmo”, “motivación” o “valor” que tiene el voto en la población. En efecto, existe un “coste del voto” y
ese coste influye el resultado de las elecciones que surja realmente desde una muestra aleatoria. Mucha gente se opone a un “impuesto electoral” y a otras “barreras al voto”, pero las barreras siempre existirán. Si no podemos eliminar las barreras, quizá debamos construir barreras artificiales que seleccionen las aportaciones de mayor calidad. Este funciona siempre que no dejemos que el fin justifique la definición de calidad (es decir, los medios).

La reducción práctica de un proceso electoral a un sistema bipartidista tiende a seleccionar cualidades indeseables y, o, denegan el derecho a voto a quienes no toleran a ninguno de los dos partidos.
La selección aleatoria entre un conjunto más amplio de candidatos reintroduciría la variedad y evitaría la captura a largo plazo por parte de los partidos políticos.

Existe un precedente de uso de la aleatoriedad para la selección de líderes en las comunidades amish. Los amish consideran buscar el poder o el liderazgo como una vanidad y una fuente de corrupción. Su proceso implica que la comunidad nomina anónimamente a los líderes. Toda persona que obtenga un número mínimo de nominaciones es elegible. A continuación, utilizan un proceso para seleccionar al azar entre los candidatos elegibles. Normalmente hay entre 3 y 12 candidatos de este tipo en sus pequeñas comunidades. Curiosamente, el candidato seleccionado es de por vida, y no tiene más remedio que aceptar el papel o dejar la comunidad. Es como ser reclutado para el ejército, que, por cierto, también utiliza un sistema de sorteo aleatorio.

El concepto de utilizar la aleatoriedad en el gobierno se denomina sortición y es un proceso utilizado para cubrir los puestos de gobierno. En la antigua democracia ateniense sortición era el método principal para nombrar a los funcionarios políticos y se consideraba un principio fundamental de la democracia. La razón de ello es su conocida propiedad de evitar el faccionalismo (partidos políticos).

Desafortunadamente, la adopción directa de la sortición ateniense no es escalable. La ignorancia racional (un tema recurrente en este libro) es el concepto de que hay un coste para adquirir conocimiento y ese coste debe ser compensado por la utilidad del conocimiento. El arte de la buena gobernanza y la economía sólida es un campo que pocos estudian y menos aún tienen experiencia práctica. No todo el mundo disfruta leer libros como éste. El valor de aprender este conocimiento está limitado por el impacto que el uso de ese conocimiento tendrá en tu vida. Con un tiempo limitado, la mayoría de las personas se dan cuenta de que es más valioso mejorar sus habilidades en su carrera
que aprendiendo habilidades de gobierno que nunca llegan a utilizar. Si tan solo estas personas ignorantes fueran lo suficientemente sabias como para evitar cargar al resto de nosotros con su voto.

Es correcto asumir que en una población grande un proceso de clasificación puramente aleatorio produciría resultados masivamente subóptimos. Esto se deduce directamente del principio de Pareto
de Pareto, que establece que la habilidad combinada de la mitad de la población es menor que la habilidad combinada del 1% superior. La persona media es significativamente (por órdenes de magnitud) menos hábil que el mejor individuo. Si el Congreso fuera seleccionado al azar, entonces sería como elegir nuestros equipos olímpicos por sorteo. Los resultados serían igual de trágicos.

Mientras que la pura aleatoriedad puede llevar a resultados subóptimos, un poco de “filtro de Pareto” puede llegar muy lejos. Imaginemos la mejora si seleccionamos al azar sólo a aquellas personas que obtuvieran una puntuación superior a la media en su examen de selectividad de la universad.
Esto eliminaría la mayoría de los candidatos potenciales mientras se mantiene un gran tamaño de muestra de personas representativas de la mayoría de los ámbitos de la vida. Los que no están representados tienen más probabilidad de perjudicar a sí mismo y a los demás en la medida en que sus ideas se incorporen al poder.

Lo que necesitamos es un sistema que pueda identificar a aquellos en el 1% o el 10% de los más capaces de representar al pueblo y luego seleccionar al azar entre ellos para evitar la corrupción sistémica o el estancamiento del poder. En el próximo capítulo se presentará un proceso de este tipo.

Capítulo 7 - El Desempate Político

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El Desempate Político

¿Y si la habilidad del “buen gobierno” fuera como el juego del ajedrez? Imagine que Estados Unidos y China decidieran resolver sus disputas en una partida de ajedrez jugada por sus respectivos líderes. El pueblo quiere asegurarse de que su país gane, así que ¿cómo iría el actual proceso electoral del DSDN?

Considere por un momento que el votante típico es racionalmente ignorante sobre el ajedrez y que nunca ha jugado. La población se divide en partidos y patrocina candidatos con filosofías opuestas sobre cómo jugar al ajedrez. El pueblo tiene la oportunidad de votar por supuestos expertos de ajedrez.

En fin el presidente elegido sería el más hábil en convencer a los demás de que sabe jugar al ajedrez. Una habilidad que no tiene nada que ver con jugar al ajedrez. De hecho, los mejores jugadores de ajedrez seguramente son horribles en convencer a los demás de que saben jugar mejor.

Imagínese que a nadie se le permitiera jugar ajedrez hasta que fuera elegido. Se limitaran a leer sobre partidas de ajedrez históricas. ¿Apostaría usted un candidato seleccionado de esta manera? Si se require la habilidad de ajedrez para ganar contra China, entonces la mayoría de la gente recomendaría encontrar al mejor jugador a través de torneos. Todos los interesados en representar a Estados Unidos podrían participar. Se emparejarían al azar para jugar una partida. Los ganadores de la primera ronda serían emparejados al azar con otros ganadores. Este proceso sigue hasta que se identifica un campeón de ajedrez y este campeón se enfrentaría a China. Debe quedar claro que en comparación con las votaciones, un torneo es más probable en identificar y producir un jugador altamente cualificado.

Para evitar que el mismo jugar de ajedrez gobierne de por vida, el líder podría ser seleccionado al azar entre el 1% de los campeones de ajedrez. Esto minimizaría la oportunidad de que tramposos tengan una victoria garantizada y nos permite corregir en caso de que hubieran maestros de ajedrez psicópatas. Desgraciadamente, no hay una forma fácil de celebrar un torneo para dirigir un país; sin embargo, si pudiéramos diseñar un juego que ponga a prueba las habilidades altamente correlacionadas con un buen gobierno, entonces será un sustituto más adecuado que el juego de política de partidos que jugamos hoy en día.

Si el propósito del gobierno es permitir que un grupo de personas llegue a un consenso, entonces debería ser dirigido por alguien experto en el arte de construir consensos. El más hábil es aquel que puede obtener el consentimiento unánime de la población; el menos hábil es el que divide a la población en facciones enfrentadas.

Para identificar al mejor constructor de consenso, organizamos un torneo que asigna aleatoriamente a pequeños grupos (~10 personas). Cada grupo debe alcanzar una supermayoría (~7/10) sobre uno de sus miembros para representar a su grupo. En informática, 2/3+1 representa el umbral de tolerancia para fallos bizantinos. Esto pone a prueba a cada miembro del grupo para ver quién es más eficaz en la construcción de consenso. Un grupo que no puede llegar a un consenso es como una partida de ajedrez que termina en empate y nadie del grupo avanza en el torneo. El proceso se repite hasta que se identifica al mejor constructor de consenso.

Imagínese cómo sería nuestra sociedad si todos los que ocupan cualquier cargo electo tuviera que pasar por este proceso. ¿Crees que el Congreso tendría un índice de aprobación del 30% y que la fe
en el gobierno estaría por debajo del 20%? Si China usa un proceso similar, ¿cuáles son las posibilidades de que se pueda alcanzar un acuerdo comercial entre dos expertos constructores de consenso? En teoría un sistema de desempate podría permitir una población de mil millones de personas identificar un congreso/parlamento en sólo ocho o nueve rondas donde cada ronda es asignada un mes entero para alcanzar el consenso. En general, el proceso debería ocupar mucho menos tiempo que el(los) año(s) que los políticos pasan en campaña y debate a través del proceso de primarias y hasta las elecciones generales. El Congreso o el parlamento elegiría un presidente, un vicepresidente y un tribunal supremo de entre sus miembros. Como alternativa, el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo podrían tener torneos independientes.

El hecho de que las eliminatorias políticas puedan escalar a miles de millones de personas no significa que sea una buena estrategia para organizar todo el mundo bajo una jerarquía de desempate. Seguiría violando los principios de poder relativo entre el individuo y el grupo; es decir, si no hay una forma clara de llegar a un consenso sobre cómo descomponer la comunidad en unidades autónomas e independientes, entonces no hay un camino fácil hacia la secesión. Sin la secesión, la capacidad de decir "¡no! se pierde y sin poder decir “¡no!” se pierde la capacidad de negociar y consentir, y sin consentimiento no hay legitimidad, y sin legitimidad no hay democracia.

Para apoyar mejor la secesión, imagina que cada condado utilice un desmempate político para elegir una “junta de supervisores”. Debido a que el condado promedio tiene una población de
50.000 habitantes, esto podría hacerse con un promedio de sólo 2 a 3 rondas, potencialmente ocurriendo en un solo día. Una vez seleccionada la junta, pueden elegir a uno de sus miembros para que represente al condado en niveles superiores (como el estatal).


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En Estados Unidos hay 3141 condados. Imagínese si cada condado fuera autónomo y pudiera unirse a cualquier estado o país sin primero tener que pedir permiso para abandonar el estado o país en el que se encontraba anteriormente. Dentro de cada estado todos los condados utilizarían una eliminatoria política para nombrar a sus representantes en el congreso estatal. Finalmente
cada estado podría, si así lo decidiera, unirse a una estructura de gobierno federal.

El componente clave de esta estructura es que mantiene la posibilidad de resolver desacuerdos mediante la secesión. Un individuo al que no le guste la junta de supervisores de su condado local puede mudarse a un condado vecino. Un condado que no le guste su estado puede convertirse en un
país independiente o unirse a otro estado. Un estado al que no le gustan los “Estados Unidos” puede independizarse o unirse a otra federación.

El principio es que los gobiernos de nivel superior son “gobiernos de gobiernos”. Esto maximiza la autonomía local y entrega a los habitantes la libertad de establecer su propio camino, para vivir y dejar vivir. Si se desea un gobierno mundial, éste debe estar compuesto por países independientes que sean libres de abandonarlo en cualquier momento.

Retirada de Puestos

Ocasionalmente, un representante muere o traiciona a sus electores hasta tal punto que debe ser destituido antes del final de su mandato. En cualquier momento un grupo de 10 personas puede cambiar de representante alcanzando un nuevo consenso de más de 2/3. Esto crea una especie de democracia líquida en la que los malos actores pueden ser identificados y eliminados antes de que puedan hacer más daño.

La Evolución de los Estados Unidos

La estructura del gobierno de los gobiernos, está más cerca de la constitución original de los Estados Unidos, antes de la 17ª enmienda, cuando las legislaturas estatales elegían a los senadores federales.
La 17ª enmienda eliminó efectivamente la representación “estatal” a nivel federal, aplanando la pirámide de representación entre el individuo y el gobierno federal.

Los estados se unieron a la unión con la expectativa de que tenían derecho de secesión. Se produjo una concentración adicional de la representación al limitar el número de congresistas. A principios del siglo XIX había menos de 50.000 personas por congresista, ahora ahora son más de 650.000 por congresista. Esto representa un crecimiento de más de 10 veces en el poder relativo del congresista frente al individuo asumiendo una relación lineal.

Debido a la naturaleza no lineal de la distribución de Pareto de poder, esto podría ser también un crecimiento de 100 veces en el poder relativo de un congresista frente al pueblo. Al cambiar a un sistema de “gobierno de gobiernos”, cada condado tendría una población media de 50.000 habitantes
y los 3141 representantes designados por los condados serían similares al número de congresistas que hubiéramos tenido bajo la constitución original. Al vincular distritos de congreso con condados podríamos minimizar la oportunidad de manipulación.

La evolución desde una federación de estados independientes a un efectivo “imperio DSDN” ha socavado el poder real del pueblo para controlar su destino. La resistencia de movimientos de secesión es uno de los principales medios por los que el statu quo elimina el poder del pueblo para alcanzar un nuevo consenso.

Proceso de Desempate Político de Tecnología Baja

Todo proceso democrático debe ser lo suficientemente sencillo para que cualquier comunidad pueda aplicarlo sin depender de soluciones de alta tecnología. Cuanta más dependa un proceso sobre una tecnología, más dependiente es de un pequeño número de proveedores tecnológicos y más inaccesible es para las masas.

Las soluciones de baja tecnología deben escalar de pequeños grupos de 50 personas hasta países enteros con miles de millones de personas. Implementar un desempate política requiere organizar a una población en agrupaciones aleatorias de 4 a 12 personas de manera que facilite a todos los implicados una gran confianza en la integridad de la aleatoriedad. Cuatro personas es el mínimo necesario para lograr consenso tolerante a fallos 2/3+1 Bizantinos. Cada grupo debe elegir uno de sus miembros para que sea representante del grupo. Empecemos por demostrar
cómo esto podría funcionar a pequeña escala y luego ampliarlo.

Comunidades con menos de 200 personas

Empecemos con una pequeña comunidad de 50 personas, como una iglesia, un club o representantes de cada uno de los 50 Estados. Este grupo organizaría un evento en un centro de eventos de la comunidad local o en su sala de reuniones, y colocaría 13 mesas de 4 personas. Una vez que todos se presenten, el anfitrión traerá una baraja de y le dará a todos la oportunidad de barajar la baraja a la vista de todos los demás. A continuación, pasaran por una fila y recibirán una tarjeta. A cada mesa se le asignará un rango de cartas (1, 2, 3…). Al recibir una carta, la gente se dirige a la mesa que corresponda a su carta. Una vez que todos estén en su mesa, puede comenzar una discusión
durante la cual los individuos negocian para determinar quién puede mejor representar a su mesa.

Una vez identificada la persona representativa se le entregan las cartas. Un individuo debe conseguir al menos tres de las cuatro cartas para representar a la mesa. Una vez completadas todas las mesas hay hasta 13 representantes, cada uno con al menos tres cartas. A partir de ahora los representantes pueden debatir delante de toda la comunidad (por ejemplo en un escenario) para elegir un líder. El líder debe tener al menos 9 de los 13 votos (2/3 + 1). En caso de que no se alcanza la supermayoría, el proceso vuelve a empezar. Una alternativa que podría defendernos del soborno o la influencia de los famosos es elegir al azar entre los 13 primeros.

Otra alternativa es que los 13 primeros se dividan en tres grupos aleatorios, cada uno de los cuales elige un representante y luego seleccionan al azar de los tres primeros.

Este proceso puede ampliarse hasta 200 personas, añadiendo más barajas y aumentando el tamaño de la mesa inicial hasta 12 personas.

Comunidad de 1000 personas

La ampliación del desempate político a un colectivo de 1000 personas requiere una ligera variación en el proceso. Mil personas fácilmente pueden encontrar un lugar como una escuela que pueda soportar 100 mesas de 10 personas. En este caso necesitaremos 20 barajas de cartas de dos colores diferentes, por ejemplo, una baraja con la espalda rojo y otra baraja con la espalda azul.

A cada mesa se le asignaría un rango y un color (por ejemplo, As rojo, 9 azul, etc.). Una vez más, la gente podría participar en el barajado y luego hacer cola para coger una carta, y luego ir a su mesa correspondiente. Cada mesa tendría 10 personas que tendrían que llegar a un acuerdo de 7 de 10.
Una vez que todas las mesas hayan elegido a su representante entonces podría tener lugar una segunda ronda utilizando las reglas para un grupo de 100 personas.

Comunidad de más de 10.000 personas

Cuando una comunidad llega a 10.000 personas es demasiado grande para albergarla en un solo lugar y es el momento de empezar a agrupar a la gente en recintos de 1000 personas. Cada recinto
debería tener aproximadamente el mismo tamaño (entre 900 y 1000 personas) y utilizaría el mismo proceso que una comunidad de 1000 personas para elegir a un representante del recinto. Los 10 representantes finales de los recintos se reunirían para elegir al representante final.

La agrupación de personas en distritos electorales debe hacerse de manera que sea robusta contra la manipulación subjetiva. El objetivo es evitar que haya collusión entre la gente para corromper la
distribución aleatoria y, por lo tanto, reintroducir los partidos políticos o la manipulación de circunscripciones. Esto puede lograrse agrupando a las personas según propiedades estáticas distribuidas aleatoriamente.

Un ejemplo es la asignación de personas a los distritos electorales por su fecha de nacimiento. Otra posibilidad es organizar los distritos electoralesg eográficamente utilizando un algoritmo determinista no sujeto a manipulación, como una cuadrícula GPS.

Comunidad de 100.000+ personas

Es igual que una comunidad de 100 representantes. Una comunidad de un millón de personas sería igual que una comunidad de 1.000 representantes de recinto. En este momento se puede ver un patrón emergente que puede escalar a miles de millones de personas utilizando menos de cuatro eventos, cada evento consiste en grupos de 1000 o menos, usando nada más que unas barajas de cartas ampliamente disponibles.

Bajo este sistema es imposible que alguien “emita múltiples votos” o que voten “personas muertas” o “mascotas”. Para participar hay que presentarse y eso significa que debes estar vivo y en un solo lugar a la vez. No sólo esto, sino que no habría campaña porque las personas a las que puedes votar son las que se asignan al azar a tu mesa. Sin campaña no hay ventaja de los titulares de cargos, la influencia de los famosos, los insultos, la manipulación de los medios de comunicación, la influencia de la riqueza, ni la necesidad de financiar las campañas.

Dado que cada grupo requiere un acuerdo de 7 de 10 y los grupos no pueden coordinarse de antemano, no existe la posibilidad de formar partidos políticos. Como en cada elección la gente se
organizan en nuevos grupos aleatorios, un titular de cargo no tendría base.

Desempate Político de Tecnología Alta

Una solución de alta tecnología implicaría que todos usaran su teléfono móvil y la tecnología blockchain. Bajo este enfoque se utilizan técnicas criptográficas para crear un número aleatorio honesto. Un ejemplo de este tipo de algoritmo es el uso de un futuro hash de bloque de Bitcoin. Una vez seleccionado el número aleatorio, se utiliza como semilla para un algoritmo determinista de barajado que organiza a la gente en grupos de 10.

Se puede crear automáticamente una sala de chat para todos los grupos combinado con una opción de videoconferencia. El grupo podría disponer de horas o meses para llegar a un consenso de forma asíncrona. Los miembros del grupo votarían al representante (que podrían cambiar varias veces).
Una vez que 2/3+ de los miembros del grupo están de acuerdo, se elige un representante. El proceso se repite con los representantes.

Todo el mundo puede ver las discusiones en las que estan involucrados los representantes en los niveles superiores. Cada persona tiene la oportunidad de evaluar a sus representantes en función de la fidelidad de su prestación. Esta información permanece accesible en los años posteriores para cuando un nuevo grupo de 10 personas decida si nominar o no, a un representante anterior.

Debido a la transparencia de la blockchain y a la integridad criptográfica de los algoritmos sabemos que el sistema no puede ser “hackeado” como las máquinas de votación tradicionales. Si las salas de chat se sustituyen por videoconferencias interactivas y programadas al mismo tiempo, entonces también se puede impedir que la gente vote varias veces o que los muertos voten. Por desgracia, es un poco más difícil impedir que extranjeros se unan a distancia.

El Consenso requiere Tiempo

Llegar a un consenso lleva tiempo y no debería cambiar frecuentemente, especialmente en las sociedades más grandes, donde los cambios afectan a más personas. Un alto índice de cambio en las leyes o en el liderazgo sugiere que las cosas están sucediendo sin que la personas puedan procesar, discutir y consentir a los avances. Sin consentimiento, las personas que dirigen el gobierno han violado el tratado de paz de la sociedad y han devuelto al pueblo a la ley de la selva.

Imagina una dictadura en la que el líder cambiara cada 12 meses. Sería imposible para una comunidad ejecutar un plan a largo plazo. Esto afecta a más que solo el gobierno, sino que todas las empresas deben adaptarse a las normas cambiantes.

Puedes pensar en el poder del gobierno como un tesoro encerrado en la caja fuerte de un banco. Si no se toman precauciones el banco puede ser robado antes de que alguien pueda responder. No sólo
los bancos tienen que preocuparse por los ladrones externos, también tienen que preocuparse por los robos internos.

Una comunidad que pretenda poner gente en el poder debería integrar un proceso que limite el daño que puedan causar unos pocos malos actores. Una forma de hacerlo es aprovechar técnicas utilizadas por los bancos para asegurar sus bienes. Una de las formas en que los bancos y muchas empresas aseguran sus cajas fuertes es implementar un bloqueo de tiempo. La idea es que la puerta de la caja fuerte sólo se puede abrir después de un tiempo de retraso obligatorio.

Cuando trabajaba en Dominoes de adolescente teníamos que desbloquear la caja fuerte 30 minutos antes de que necesitáramos acceder al dinero. La idea es que si alguien intentaba robar la tienda tendría que que esperar para acceder al efectivo, incluso si podían convencer al gerente para que introdujera el código adecuado. Esta demora le da tiempo a la policía para responder.

Cuando se aprueban nuevas leyes, es necesario un plazo mucho más largo ya que la población tarda mucho más en organizarse y crear un consenso sobre la resistencia. Las leyes de la sociedad deben ser estables y estar diseñadas para permanecer coherentes con realidades físicas y metafísicas relativamente inmutables.

La naturaleza de la realidad subyacente no está cambiando rápidamente; por lo tanto, nuestras leyes tampoco deberían cambiar con frecuencia. Cambiar rápidamente las reglas/leyes es como tratar de volar un avión con un retraso de dos minutos entre la emisión de un comando en el joystick y ver los resultados en los indicadores. Es imposible pilotar un avión así a menos que los cambios sean
extremadamente pequeños, de manera que el impacto en dos minutos sea lo suficientemente pequeño como para corregir el rumbo. Los movimientos bruscos podrían estrellar el avión antes de que los indicadores indiquen un problema.

Los impactos políticos, económicos y ecológicos de las leyes pueden tardar décadas o siglos en manifestarse. Una forma de lograr un control y equilibrio es garantizar que las leyes propuestas por un congreso deben ser ratificadas por el siguiente congreso, tras un ciclo electoral completo, antes de
de entrar en vigor. Esto implicaría que desde el momento en que una ley obtiene 2/3+ de aprobación en un congreso, tardará al menos cuatro años durante los cuales puede ser retirada por los siguientes
congresos posteriores. Después de cuatro años, el nuevo congreso tendría que ratificarla con 2/3+ de aprobación.

Entonces la ley caducaría si no es renovada por el siguiente congreso. Sólo después de mantener 20
años, la cláusula de caducidad terminaría y la ley se renovaría automáticamente hasta que se apruebe y ratifique una nueva ley.

Una ley que puede mantener el consenso durante cuatro temporadas de desempate político y aún así obtener una ratificación de más de 2/3 es una ley para la que existe un amplio consenso. Una ley que no puede mantener el consenso durante ese periodo es probable que se haya redactado por miedo o por corrupción.

Hay un dicho en política: “nunca desperdicies una crisis”. La idea es que durante los periodos de
de agitación, los políticos pueden aprovecharse de la población, pero también pueden ser aprovechados por los medios de comunicación y otras personas influyentes, dispuestos a introducir
leyes que de otro modo nunca se aprobarían. Ejemplos de estas leyes incluyen los rescates bancarios y la Ley “Patriota”. Ninguna ley debería aprobarse en una emergencia. En una verdadera emergencia
el mercado libre y la cooperación voluntaria bajo un conjunto estable de leyes pueden cubrir las grietas. Hacer excepciones para “emergencias” es una puerta trasera a la tiranía porque los líderes
pueden declarar una emergencia siempre que su propaganda sea lo suficiente como para poder asustar a la gente.

Seguramente habrás oído el consejo de “consultarlo con la almohada”, antes de tomar cualquier decisión importante que cambie tu vida. Este es especialmente bueno para las decisiones que no son fáciles de deshacer. Un sistema de gobernanza que aplique plazos obligatorios de tiempo de espera facilita más tiempo a la genta como para consultarlo con la almohada. El simple acto de retrasar sus decisiones da a su subconsciente tiempo para procesar emocionalmente las consecuencias. El resultado final es que, en promedio, las personas toman mejores decisiones y evitan el equivalente al “gasto impulsivo”.

Aprovechando el poder de Pareto

He pasado la última década experimentando con tecnologías diseñadas en ser resistentes contra la captura de pequeños grupos. La idea detrás de Bitcoin es que podemos asegurar contra los bancos o el gobierno de la apropiación de sus bienes digitales utilizando un libro de contabilidad pública resistente a la censura. Si alguien fuera capaz de controlar quién puede publicar en el libro de contabilidad, entonces pueden congelar fondos y extorsionar cumplimiento. Para derechos de propiedad de manera similar al oro, un protocolo de criptomonedas debe ser estable y casi imposible de cambiar o censurar.

Inicialmente cualquiera podía utilizar su ordenador personal para participar en el proceso de consenso de Bitcoin. Al principio yo produje muchos bloques en la red Bitcoin usando sólo mi ordenador. Mientras operaba a esta escala, todo el mundo con un ordenador podía estar seguro de que sus transacciones no podían ser censuradas.

A medida que la comunidad Bitcoin creció, las economías de escala tomaron las riendas y hoy en día sólo hay tres empresas diferentes que controlan el 51% de la producción de bloques. Con el 51% pueden censurar cualquier bloque que contenga transacciones que no les gusten. Además, se ha creado un hardware especializado que hace que sea antieconómico para los individuos con un ordenador normal asegurarse de que su transacción será incluida.

Debido a que el hardware, las habilidades y la infraestructura son altas barreras de entrada, la corrupción de los pools de minería (que podrían ser vistos como partidos políticos) se convierte en un potencial problema.

Un proceso similar sucede en todos los demás algoritmos de consenso. El Principio de Pareto toma efecto y el 1% de la gente gana el 51% de la influencia, lo que significa que el 1% acaba teniendo el control. Una comunidad que quiera protegerse de ser capturada necesita contrarrestar el Principio de Pareto. Hemos visto que la aleatoriedad es una herramienta eficaz para nivelar la influencia de Pareto.

También hemos visto que la aleatoriedad pone en el poder a personas con una habilidad “mediana” y que la habilidad mediana está muy por debajo de la mejor habilidad posible. Hemos aprendido que cada “juego” que creamos selecciona un conjunto distinto de personas según la distribución de Pareto.

Las blockchain de prueba de trabajo (Proof of Work) como Bitcoin, selecciona las habilidades técnicas y el acceso a electricidad barata. Las blockchain de prueba de participación (Proof of Stake), como las que yo que he creado, tienden a seleccionar a los ricos y las plataformas de intercambios de criptodivisas que gestionan los depósitos de los tokens de otras personas.

También hemos visto que algunos juegos, como la moderna política de partidos, seleccionan a personas con rasgos patológicos. Convirtiendo el juego en algo como las eliminatorias políticas podemos seleccionar de una distribución de Pareto de rasgos más virtuosos. El problema al que nos enfrentamos es que cualquier distribución única probablemente tenga una especialidad estrecha. Por ejemplo, si el desempate político selecciona a los constructores de consensos, podría seleccionar en contra de los pensadores estratégicos y los ingenieros.

Las habilidades necesarias para gobernar una sociedad puede requerir el consenso sobre un conjunto diverso de rasgos la cual ninguna única distribución de Pareto podría optimizar. Suponiendo que los conjuntos de habilidades no se alineen completamente, compartir la influencia entre múltiples distribuciones de Pareto aumentaría la diversidad y la descentralización de la influencia. El reto consiste en identificar un conjunto de juegos únicos para identificar al mejor de los mejores.

Desde esta perspectiva, puede tener sentido utilizar juegos como el ajedrez, el go, el póker, los concursos de deletreo, Starcraft o BattleBots. Utilizando estos juegos podemos identificar un subconjunto de la población que está por encima de la media de inteligencia y habilidad en
múltiples dimensiones. Es poco probable que la gente pueda coludir para manipular un conjunto tan diverso de juegos. Uno de los retos es llegar a un consenso sobre qué juegos seleccionar.

Independientemente del juego, es fundamental que se use una forma de sortición (selección aleatoria) para que el liderazgo en cualquier categoría no se estanque. Creo que el proceso de consenso del desempate político podría seleccionar a personas lo suficientemente capacitadas para llegar a un consenso sobre el conjunto de juegos. Dicho esto, la selección aleatoria de los líderes
de los mejores de varios juegos de desempate según el principio de Pareto, puede representar
una complejidad innecesaria.

Tecnocracia

Muchas personas defienden que debemos dejar que los científicos y otros “expertos” nos digan cómo organizar la sociedad. Si estas personas realmente saben lo que es mejor, entonces todo el mundo debería seguirlos. Es cierto que los mejores y más brillantes están en mejor posición para tomar decisiones sabias; sin embargo, el desafío se convierte en cómo identificarlos sin abrir una puerta trasera a la corrupción.

A lo largo de la historia, los poderes fácticos han quemado a personas en la hoguera por no estar de acuerdo con la “ciencia” del momento. Ideas como que la Tierra gira alrededor del sol o los beneficios de lavarse las manos antes de dar a luz se consideraban heréticas. En los tiempos modernos la “ciencia” es financiada por personas con motivos políticos y el resultado es la corrupción de la información. Desde una perspectiva puramente lógica la tecnocracia comete el pecado de apelar a la autoridad y por lo tanto debe ser rechazada como una falacia lógica.

Si se quiere gobernar mediante una tecnocracia, todavía hay que llegar a un consenso sobre quién es el mejor y hay que hacerlo de una manera que no esté corrompida por los prejuicios políticos y la “ciencia” interesada. No debe existir una “clase académica” o una “clase mediática” que elige a los “expertos”, ya que en este caso la clase académica representará una estructura de poder oculta que manipula el poder político en beneficio personal.

Uno de los problemas de dejar que expertos en un solo campo establezca la política es que carece de conocimientos interdisciplinarios. Por ejemplo, lo que podría ser mejor desde una perspectiva médica podría ser desastroso desde una perspectiva económica. En un intento de salvar vidas utilizando los conocimientos de una disciplina, se puede matar inadvertidamente a mucha más gente debido a factores no tenidos en cuenta de otras disciplinas.

Recuerde que la mayoría de las personas son racionalmente ignorantes con respecto a la buena gobernanza, la filosofía y la economía. Incluso los médicos, ingenieros y científicos son racionalmente ignorantes sobre de los asuntos que no son de su especialidad. Es más, los que son expertos en su campo suelen estar demasiado seguros de sus conocimiento de otras áreas.

Es por esta razón que la selección de personas para las habilidades abstractas de lógica, retórica, matemáticas, teoría del juego, memorización, etc., es mucho mejor que seleccionar personas con conocimientos altamente especializados en un sector en concreto. Un órgano de gobierno debe estar compuesto por personas capaces de razonar y negociar desde los primeros principios.

Además, las habilidades deberían ponerse a prueba mediante juegos con reglas bien definidas y ganadores objetivos (donde es difícil hacer trampas) en lugar de “el académico más publicado o con más conexiones políticas”. Por último, independientemente de cómo se midan las competencias, siempre debe utilizarse la aleatoriedad para seleccionar entre todos los que superen un umbral mínimo.

Resumen de la eliminatoria política

La selección de líderes debería basarse en un juego de habilidad que optimice los rasgos virtuosos combinados con una clasificación aleatoria para evitar el estancamiento. Hay que tener mucho cuidado que las eliminatorias no premien en exceso los rasgos antisociales.

El proceso debe ser escalonado en una estructura de desempate para filtrar eficazmente a los mejores de los demás. Combinando este proceso con el superponer de mandatos y el tiempo entre la aprobación y la ratificación de nuevas leyes, podemos proteger el consenso público y evitar que este sea capturado por representantes corruptos o corrompidos por masas emocionalmente manipuladas durante los periodos de crisis.

Este proceso es inmune a los partidos políticos porque cada grupo es seleccionado al azar y debe alcanzar una mayoría de 2/3 + 1. Es inmune a la ventaja del titular de cargo, porque cada año se asignan personas a nuevos grupos al azar. Es inmune a la manipulación de circunscripciones porque todos los grupos son elegidos aleatoriamente. Es inmune a las promesas de campaña y de la promoción porque no hay que convencer a nadie más que a los de tu grupo. Es inmune a la ignorancia racional porque la mayoría de la información que se necesita puede obtenerse directamente de la discusión en el grupo.

Aprovecha la sabiduría de las multitudes porque evalúa a todos los miembros de la población usando la información local. No depende de que los participantes tengan un conocimiento global; lo que deben
juzgar es el carácter y la lógica de las personas de su grupo. Esto es lo que llamo la verdadera democracia y es un fuerte contraste con los DSDN que devoran a su población bajo la ilusión de legitimidad democrática.

Capítulo 8 - Independencia por Diseño (1ª parte)

IndepDesgn


Independencia por Diseño

Al negociar un tratado de paz, solo se pueden negociar términos justos entre dos personas si tienen la capacidad de decir “no, gracias” y salir de las negociaciones. Si una persona tiene algo que la otra necesita para vivir, entonces es posible la extorsión. Para evitar la extorsión, todos los miembros de un grupo político deben permanecer lo suficientemente independientes como para poder alejarse.

Además, Una vez que se haya alcanzado un acuerdo, las partes deben tener la capacidad de separarse en caso de que otras partes no cumplan con el tratado. Esto requiere que los tratados de paz (gobiernos) se diseñen para garantizar la independencia de las partes.

Bajo este modelo, el gobierno federal de los Estados Unidos podría verse como una democracia de estados. Para que el gobierno federal tenga poder legítimo sobre los estados, los estados deben primero dar consentimiento para unirse a la federación. Para poder mantener el consentimiento, los Estados deben tener suficiente independencia para poder salir de la federación.

Dicho de otra manera, ¿podría Virginia separarse de Estados Unidos y sobrevivir siendo sancionada o rechazada por el resto de Estados Unidos? Si no es así, ¿qué opciones tendría la gente de Virginia en caso de que el gobierno federal decida cobrar impuestos a Virginia y a subsidiar a California?

Si Virginia construye su comunidad de tal manera que sea dependiente de las corporaciones internacionales, ¿estaría el pueblo de Virginia en una posición de negociación mucho más débil en respecto al resto del mundo? Si los 50 Estados juntos practicaran la independencia, Estados Unidos también sería independiente y podría evitar enredos extranjeros innecesarios.

Aunque todos los Estados pueden ser independientes, todavía se benefician de la formación de una federación. La federación proporciona un proceso de resolución de disputas entre los estados y permite que los estados actúen “como uno” cuando tratan con el resto del mundo. Pueden coordinarse sobre estándares y una defensa común. Pueden trabajar juntos para derribar dominós más grandes.

Hay dos formas de lograr la independencia: ser autosuficiente o tener una multitud de socios comerciales independientes. Una persona puede ser independiente si hay una multitud de comunidades a las que podría unirse. Cuanto más grande sea una comunidad, más debe inclinarse hacia la autosuficiencia porque hay menos socios comerciales.

No es suficiente tener “dos o tres” socios comerciales para un bien en concreto ya que es dezmasiado fácil coludir y es probable que tengan muchos intereses comunes. Necesitaríamos cientos o miles de proveedores independientes para asegurarnos de que sea poco probable que todos se nieguen a realizar comercio con usted.

Una consecuencia de la independencia es la redundancia, que hace que la sociedad sea antifrágil frente a las crisis económicas y los desastres naturales. Más importante aún, protege a la sociedad de desastres políticos provocados por el hombre.

Cada comunidad debe producir su propia energía y cultivar sus propios alimentos. La electricidad que produce debe provenir de sus propios recursos renovables. Una comunidad que puede proporcionar alimentos, refugio, ropa y energía es una comunidad resistente y ha logrado la independencia y, por lo tanto, tiene la capacidad de participar en verdaderas democracias.

Si una comunidad debe importar productos de otras comunidades, debería centrarse en la importación de bienes duraderos. Una comunidad que depende de una red eléctrica extranjera está a merced de las demandas diarias de cumplimiento. Una comunidad que compra paneles solares a una comunidad extranjera puede pasar décadas sin estar a merced de otros para obtener su electricidad. Si las relaciones se deterioran, una comunidad tiene el tiempo suficiente para producir sus propios paneles solares, encontrar otro productor de paneles solares o cambiar a otro medio de generación de energía.

Una comunidad que no sea proactiva en la defensa de su independencia será consumida gradualmente por aquellos de los que depende. Las libertades cotidianas desaparecerán y la “dependencia” convertirá a la comunidad en unos esclavos prácticos.

El hecho de que un dueño de esclavos no esté haciendo demandas hoy, no significa que usted no sea un esclavo. Cuanto más dependiente se vuelva, más doloroso y costoso será recuperar su independencia.

Un ejemplo sería Walmart, que se muda a una ciudad pequeña y vende productos a un precio más bajo que las tiendas familiares que existían antes. Estos precios más bajos vienen a coste de la dependencia. Cada miembro de la comunidad que acepta el cebo de precios más bajos debilita la independencia de la comunidad. Es el clásico dilema de prisionero.

En el dilema del prisionero, dos personas son capturadas por un delito, pero el procurador solo tiene pruebas suficientes para que le encarcelen durante un año. El fiscal les ofrece a ambos un trato, si usted confiesa y su amigo no lo hace, entonces queda libre y su “amigo” recibe veinte años. Si ambos actúan con egoísmo y confiesan, ambos reciben cinco años. Si ambas partes actúan de manera desinteresada en la oferta y ambas permanecen en silencio, ambas partes reciben un año.

En acorde con la teoría de juegos, la elección correcta sería confesar porque si asume probabilidades de 50/50 de que la otra parte confiese, entonces quedará libre o tendrá cinco años, un valor esperado promedio de 2.5 años. Por otro lado, permanecer en silencio tiene un resultado o de un año, o veinte años, un valor esperado de 10,5 años. Si todas las partes adoptan esta estrategia, el resultado esperado es que ambos pasen cinco años en la cárcel.

En una comunidad, las personas tienen la opción de comprar en Walmart (confesar) o comprar de una tienda local (permanecer en silencio). Al desertar a su comunidad, obtiene un beneficio (precios más bajos, también conocido como menos tiempo en la cárcel) y los miembros de su comunidad pagan un precio más alto (más tiempo en la cárcel) cuando los propietarios se ven obligados en subir los precios debido a los volúmenes más bajos.

Sin embargo, si todos desertamos la comunidad entoncés la tienda local deberá cerrar sus puertas y su comunidad ahora depende de Walmart, que es libre de aumentar los precios y controlar qué productos y empleos están disponibles en su comunidad. Peor todavía es que las ganancias que genera Walmart abandonan la comunidad en lugar de permanecer dentro de la comunidad. Esto afecta a todos los demás negocios de la comunidad.

Se podría decir que todas las personas se encuentran en un dilema de prisionero multipartidista en el que todos tenemos la opción de “ahorrar un dólar” a coste de los demás (incluido usted mismo al final) o para “comprar localmente” en beneficio de toda la comunidad, pero a un coste más alto individual. Los parámetros son ligeramente distintos en el sentido de que si demasiadas personas desertan, toda la comunidad sería vendida como esclava. Si asume que todos los demás van a desertar, entonces también podría desertar y “ahorrar un dólar” porque de todos modos terminará siendo esclavizado.

Si preguntaras a todos los miembros de la comunidad si preferirían “ahorrar un dólar” o “ser independientes”, es probable que muchos opten por la independencia; sin embargo, también sienten que su elección es intrascendente para el resultado final. Las probabilidades de que su elección de “ahorrar un dólar” haga una diferencia en el resultado final son tan pequeñas que “ahorrar un dólar” gana. Este es un ejemplo de la tragedia de los comunes.

Los individuos que ciegamente persiguen ganancias (precios más bajos) se venden a sí mismos y a su comunidad como esclavos. Un sistema de gobernanza comunitaria eficaz debe tomar medidas activas para cambiar las estructuras de incentivos para que la comunidad mantenga la independencia.

En cualquier comunidad, es probable que haya personas que voluntariamente elijan el mercado local de agricultores en lugar de Walmart, pero que haya suficiente participación voluntaria o no, depende de la cultura. Una comunidad tendría que estar muy organizada y unida para mantener una cultura de individuos que anteponen la comunidad local al beneficio personal a corto plazo. En una comunidad así, es probable que existan presiones sociales para hacer cumplir un tratado de paz comunitario con respecto a la compra de productos locales.

Sin embargo, una vez que una comunidad alcanza un cierto tamaño, las presiones sociales ya no son efectivas (Dunbar ataca de nuevo). Aquí es donde un tratado de paz formal puede ayudar a la comunidad en alcanzar un consenso democrático sobre cómo mantener su independencia. Imagínese si la junta de supervisores local colocara un impuesto sobre las ventas del 50% sobre cualquier producto importado a la comunidad. De repente, Walmart ya no tiene los precios más baratos y la mamá y el papá se quedan en el negocio.

Una consecuencia de esto es que toda la comunidad paga precios más altos, pero sus miembros mantienen su independencia. Si cree que el propósito del gobierno es defender los derechos de su pueblo, entonces eso significa que el gobierno debe defender la independencia de su pueblo, incluso si eso significa evitar que la gente venda voluntariamente al resto de la comunidad a la esclavitud dependiente. Un gobierno que no puede defender la independencia de la comunidad en su conjunto no puede defender la independencia de sus miembros.

Sin independencia, los miembros de la comunidad no pueden negociar un tratado de paz desde una posición de poder marcharse. Sin negociación no hay consentimiento y sin consentimiento no hay verdadera democracia. Sin una democracia legítima, una comunidad no puede acceder a estructuras de gobernanza de nivel superior. La legitimidad de un gobierno local depende de la independencia que se asegure para sí mismo y para su pueblo.

Analicemos este problema desde una perspectiva de exportación. Imagina que eres un agricultor en una comunidad pobre: ​​los que están fuera de tu comunidad pueden ofrecerte más por tu comida asi que vendss toda tu comida a los extranjeros. Como resultado, su comunidad local se muere de hambre mientras usted gana suficiente dinero con sus exportaciones y puede permitirse pagar para importar bienes que usted mismo no produce. Este escenario se ha sucedido innumerables veces en países que experimentan un colapso económico.

Ya sea importando o exportando, las personas pueden debilitar a su comunidad local. En efecto, no existe una comunidad local y todo el mundo se vuelve sujeto (dependiente de) una comunidad global gobernada por los directores ejecutivos “dictadores” que dirigen empresas internacionales controladas por oligarcas accionistas distribuidos según el principio de Pareto.

¿Qué pasaría si las comunidades no aceptaran medidas para defenderse de las grandes corporaciones? ¿Cuál es la diferencia entre Walmart y un partido político de un país extranjero? Después de todo, Walmart y otras compañías internacionales no son más que comunidades de millones de personas (empleados) que operan bajo el gobierno de un accionista (gobierno de accionistas). Una compartocracia se rige por la distribución de Pareto y, por tanto, es una oligarquía.

Muchas de las empresas internacionales de hoy son órdenes de magnitud más grandes que los países pequeños. Si usted o su comunidad depende de una de estas grandes empresas, entonces su “democracia” está sujeta a una tiranía extranjera antidemocrática.

La pregunta es, ¿la gente de un país pequeño que está implementando una verdadera democracia realmente tiene el control de su país si depende de una potencia extranjera para las necesidades de su sociedad? Si la gente no tiene el control, ¿sigue viviendo bajo una democracia? Si no viven bajo una democracia, ¿bajo qué están viviendo?

Dinero Independiente

Mantener el control sobre el dinero de la comunidad es lo más importante que una comunidad debe hacer para mantener la independencia. Si su comunidad no controla su dinero, alguien más lo hace por ti. El control sobre el dinero es el control sobre todas las transacciones financieras y todos los ahorros. El poder de emitir dinero es el poder de reasignar recursos en la economía y socavar los ahorros.

Históricamente, el oro y la plata se usaron como dinero porque tenían muchas propiedades necesarias para el dinero: uniformidad, divisibilidad, portabilidad, durabilidad y escasez. Cualquier mercancía con estas propiedades puede utilizarse como dinero. Voy a proponer que el dinero necesita otra propiedad: independencia. Si el dinero no es independiente del control de alguién sobre su emisión, la gente no tiene el control de su economía. Si la gente no tiene el control, ¿entonces es una democracia?

Con frecuencia se afirma que la casa de los Rothschild tenía una máxima: "Controlemos el dinero de una nación, y no nos importa quién haga sus leyes". La experiencia ha demostrado que los banqueros centrales pueden crear picos y caídas, elegir ganadores y perdedores y, de lo contrario, comprar cualquier activo o sobornarse el camino para conseguir la influencia que deseen.

Más recientemente, la criptomoneda ha demostrado que la tecnología blockchain se puede utilizar para crear activos digitales con la mayoría de las características del dinero. La criptomoneda es más portátil, pero menos duradera (es poco probable que las criptomonedas específicas sean valiosas en mil años). Esto es posible gracias a la transparencia y la capacidad de sus usuarios de “bifurcar” o “separarse” y crear una nueva blockchain en caso de que alguien obtenga el control sobre el libro de contabilidad.

Las reglas de la criptomoneda se establecen de antemano y por tanto tiene la propiedad de la independencia. Debido a que la criptomoneda es programable, se puede implementar cualquier número de “reglas fijas” diferentes, a diferencia del oro y la plata, que tienen un conjunto de reglas fijas definidas por la naturaleza.

Un beneficio importante de la criptomoneda es que cada comunidad puede tener su propio dinero. Esto protege a las comunidades del control externo de aquellos que tienen mayores suministros de oro y plata. El hecho de que una comunidad no necesite oro o plata para implementar su propia criptomoneda es un beneficio importante para la independencia. Una moneda local también es una manera fácil de fomentar y hacer cumplir la independencia local mediante el control sobre el cambio entre moneda extranjera y local.

¿Alguna vez se preguntó por qué cada país serio del mundo tiene su propia moneda?

Un potencial problema con las soluciones basadas en tecnologías blockchain es que dependen de tecnologías que actualmente requieren una comunidad global para ser establecidas. Si el estado de Virginia no puede producir sus propias computadoras desde la extracción de materias primas hasta la fabricación de CPU, placas base y monitores, entonces construir su sistema económico sobre esta tecnología es construir su infraestructura más crítica sobre una base de dependencia.

Una comunidad podría asumir la posición de que el hardware de una computadora puede durar unos 20 años si se lo cuida adecuadamente. En caso de bloqueo, la comunidad tendría hasta 20 años para negociar la paz en términos justos o innovar un reemplazo interno. Desafortunadamente, existen muchos riesgos, como las erupciones solares, que podrían acabar con gran parte de los aparatos críticos monetarios de la noche a la mañana.

La experiencia nos ha demostrado que incluso los países que sufren sanciones internacionales, como Irán, pueden mantener suficiente infraestructura para que algunas personas tengan acceso a Bitcoin. Ningún bloqueo es perfecto, por lo que siempre hay una forma de obtener cantidades limitadas de bienes extranjeros a precios elevados.

Las comunidades que se toman en serio el ser una verdadera democracia y no una DSDN, deben controlar su propio dinero al nivel local más posible. El oro, la plata y el platino pueden ser las opciones más prácticas para implementar la independencia monetaria a nivel mundial.

Capítulo 8 - Independencia por Diseño (2ª parte)

2ª Parte

El precio de la independencia

Como puede ver en los ejemplos anteriores, la independencia tiene un alto precio en términos de material de nivel de vida. Imagínese si su país aplicara un impuesto de importación / exportación del 200% a todos los bienes para incentivar la independencia. Todo lo que produce su país se volvería mucho más barato (debido a la redirección de las exportaciones a los mercados locales), y todo de lo que dependen sería tres veces más caro.

En el caso extremo de la autosuficiencia, significaría vivir solos en el bosque y buscarnos la comida. En una comunidad pequeña y autosuficiente, podría significar vivir como en el siglo XVIII. En una comunidad autosuficiente un poco más grande, podría parecerse más a principios del siglo XIX.

En caso de que tenga dudas, no estoy defendiendo que todos adopten un estilo de vida Amish. Las cosas no son tan blanco y negras y la autosuficiencia total tiene inconvenientes al igual que la dependencia completa. Lo ideal sería que una comunidad vigilara de cerca hasta dónde llega por el camino de la dependencia y permanezca preparada para pagar el precio de volver a la autosuficiencia al negociar tratados de paz.

Existe una correlación directa entre el nivel de especialización que apoya una sociedad y el número de individuos en esa sociedad. Cuantos más beneficios de la especialización exija un individuo, más dependiente se volverá de una comunidad más grande. Cuanto más grande sea la comunidad sobre la que un individuo depende, menor influencia tendrá sobre los términos del tratado de paz. En el caso extremo, cada individuo tiene una especialización única y todos dependen de esa especialización. La pérdida de un solo individuo reducirá el nivel de vida de todos o, en peor todavía, provocará la muerte de la comunidad.

Es tan importante para una comunidad mantener su independencia como lo es para un individuo. De hecho, la independencia de un individuo generalmente depende de la independencia de su comunidad. Si una comunidad no tiene agricultores, entonces esa comunidad no puede ser autosuficiente. Una comunidad así necesitaría mantener una gran cantidad de relaciones con otras comunidades o estará a la merced de aquellos en la que depende para alimentarse.

Interdependencia

Se podría argumentar que cuando dos comunidades son interdependientes, ninguna de las partes tiene ventaja sobre la otra. Sería como si un individuo controlara el agua y otro la comida. En un entorno así, uno podría esperar una posición de negociación justa. Desafortunadamente, la interdependencia no es un equilibrio estable. Tan pronto como cualquiera de las partes toma medidas para mejorar su independencia, la otra parte se vuelve dependiente y pierde el poder de negociación necesario para dar su consentimiento a la democracia.

Las personas siempre estarán tentadas a sacrificar su independencia y aceptar la interdependencia o la dependencia absoluta a cambio de una vida más cómoda. Esta comodidad se produce a coste del crecimiento sostenible de la civilización y transmite los riesgos existenciales a las futuras generaciones.

Hay una cuento sobre un hombre que cada día de Acción de Gracias quería comer pavo salvaje. Se iba a cazar y tenía que estar muy callado para no alertar a los pavos. Algunos años atrapaba un pavo; otros años fracasaba.

Luego, un año, tuvo una idea. Una idea horrible. ¡Tuvo una idea horrible maravillosa! Todos los días salía y alimentaba a los pavos salvajes. Con el tiempo, los pavos engordaron y bajaron la guardia. Venían corriendo cada vez que salía con el cubo de comida. A partir de ese año, el hombre pudo acercarse y atrapar un pavo con la mano y nunca más tuvo que preocuparse por perderse una cena de Acción de Gracias.

Si no quiere terminar con la cena de Acción de Gracias de alguien, entonces debe estar en guardia contra cualquier cosa que ponga en riesgo su independencia y le haga “gordo y feliz”. Puede ver este este proceso en acción en muchos de los modelos de negocio. Las empresas ofrecen habitualmente a los clientes servicios “gratuitos” durante años con el fin de aumentar el efecto de red, socavar la competencia y generar dependencia. Una vez que se logra la dependencia, la empresa cambia de táctica y comienza a aprovechar su posición para extraer dinero y poder de sus dependientes.

Antifragilidad e Independencia

Nassim Taleb escribió el libro “Antifrágil: Cosas que se benefician del desorden”. Su libro introdujo el concepto de antifragilidad. Un sistema frágil se rompe cuando se expone a la caótica aleatoriedad de la naturaleza, mientras que un sistema antifrágil gana fuerza a partir de perturbaciones aleatorias. Sus músculos y huesos se fortalecen cuando se someten a tensiones. Las plantas de un invernadero sufren y mueren sin variaciones de temperatura, luz y viento. El ayuno intermitente y una dieta variable son componentes críticos para una vida saludable. En efecto, toda la vida se beneficia de perturbaciones aleatorias y muere sin ellas.

La tecnología, por otro lado, es frágil y se rompe sin un mantenimiento constante. Cuanto más aleatoriedad y volatilidad hay en el entorno, más rápido falla la mayoría de la tecnología. Conducir por un camino de tierra es más difícil para su automóvil que conducir por un camino pavimentado. Un automóvil antifrágil se volvería más fuerte conduciendo por carreteras con baches y más débil conduciendo por carreteras lisas.

La aleatoriedad en la vida es como una prueba de dependencias. Nos impide dar algo por sentado. Si desarrollamos una dependencia de algo, como la red eléctrica, entonces el día en que la naturaleza lanza una erupción solar en nuestro camino, experimentaremos una gran perturbación e incluso una muerte masiva.

Como especie, trabajamos toda nuestra vida para eliminar la aleatoriedad y poner orden en el caos. Nuestro objetivo es eliminar la volatilidad de los mercados, los ingresos, la alimentación, los climas interiores y exteriores. Lo fascinante de los sistemas antifrágiles es que se debilitan y mueren sin
disturbios.

En cierto modo, nuestra búsqueda hacía la estabilidad nos hace dependientes y corremos un riesgo mucho mayor de los eventos del “cisne negro” que “nadie podría haber visto venir”. Desafortunadamente, los eventos del cisne negro son mucho más comunes de lo que nos gusta admitir.

Un individuo, una comunidad, un país y todos los acuerdos sociales deben introducir perturbaciones regulares en su entorno o las cosas tenderán hacía un falla catastrófico del sistema completo. A nivel individual, esto significa ayunar periódicamente de todas las cosas en su vida. Este es uno de los beneficios de renunciar a cosas durante la Cuaresma.

La aleatoriedad en la vida no es agradable, por eso intentamos evitarla a todo coste. Ignoramos los riesgos y seguimos con nuestras vidas como si nada de lo que dependamos fallara. Damos las cosas por sentado. En nuestra sociedad compleja es difícil entender cómo se acumulan los riesgos hasta que un día una pequeña e insignificante gota derrama el vaso.

Nuestra sociedad es como una montaña cubierta de nieve. Sin perturbaciones periódicas, la nieve se volverá más y más profunda hasta que un último copo de nieve desencadene una avalancha. Las estaciones de esquí introducen alteraciones intencionalmente para reducir las posibilidades de una gran avalancha que podría matar a personas.

Nuestra sociedad es como un bosque que hace todo lo posible para evitar daños por incendios. Se vuelve tan eficiente en la prevención y mitigación de incendios (“rescates”) que la gente casi olvida que los incendios forestales son algo que sucede. Mientras tanto, las ramas muertas se acumulan en el suelo del bosque. Eventualmente, una sola chispa enciende un fuego que nadie puede detener y esta vez el fuego arde tan caliente que esteriliza el suelo del bosque e incluso mata los árboles que son naturalmente resistentes a los incendios. El bosque pasa de un ecosistema próspero a un desierto de la noche a la mañana.

Los incendios son una parte de la naturaleza de la que depende la vida. Hay muchas plantas cuyas semillas requieren el calor de un fuego suave para brotar, pero cuando un fuego es demasiado caliente, incluso estas semillas no sobreviven. El acto de eliminar la volatilidad de cualquier sistema antifrágil corre el riesgo de fallas catastróficas e irrecuperables. La sociedad es un sistema antifrágil.

Lo que aprendemos del trabajo de Nassim Taleb es que los sistemas de gobernanza comunitaria bien diseñados y que respeten la vida deben exponer todas las dependencias potenciales a factores estresantes periódicos para que las personas no se vuelvan demasiado dependientes del statu quo. Nos hemos convertido en expertos en eliminar la aleatoriedad y uniformizar las cosas; ahora debemos convertirnos en expertos en volver a agregar la aleatoriedad y hacer que las cosas sean diversas.

De la misma manera que los estilos de vida modernos requieren trabajo artificial (ejercicio), debemos ejercitar la capacidad de nuestra comunidad para hacer frente al cambio o nuestras comunidades caerán en la dependencia, y de la dependencia a la explotación, y de la explotación a la tiranía, y de la tiranía al genocidio.

A continuación se muestra un ejemplo de cómo un sistema de gobernanza puede mejorar la resiliencia, la independencia y la antifragilidad de la comunidad.

En lugar de imponer un impuesto de importación / exportación fijo o un impuesto de importación / exportación variable dirigido por personas, una comunidad podría imponer tasas impositivas realmente aleatorias (de 0% a 10,000%) en intervalos verdaderamente aleatorios (de meses a años) en todos los productos con distantas tasas para cada producto.

Dicho sistema tiene la capacidad de identificar dependencias que no seon evidentes y asegura que la comunidad no se sienta demasiado cómoda con “soluciones alternativas” a fijar tarifas que podrían ser demasiado bajas o demasiado altas. Tiene el beneficio adicional de asegurar que las tarifas no se conviertan en políticas por naturaleza, sino que permanezcan enfocadas en la intención de construir la fuerza y ​​la independencia de la comunidad.

A menudo estamos ciegos ante las complejas interdependencias en las que conforma nuestro mundo moderno. Hay un antiguo proverbio conocido como “Por falta de un clavo” que explica este concepto:

Por falta de un clavo se perdió una herradura,

por falta de una herradura, se perdió un caballo,

por falta de un caballo, se perdió una batalla,

por falta de una batalla, se perdió el Reino.

Y todo por un clavo de una herradura.

En otras palabras, una sola dependencia aparentemente insignificante puede derribar reinos enteros. Dado que nadie es capaz de trazar las complejidades de todas las posibles dependencias, deberíamos asumir que cualquier cosa podría convertirse en una dependencia. Las tarifas aleatorias pueden ser mucho más efectivos para identificar una dependencia oculta de clavos de herradura antes de que derrumbe el reino.

Una vez más, nos encontramos con un conflicto entre la efciencia y la resiliencia individual y comunitaria necesaria para asegurar una verdadera democracia. Se necesita tiempo, energía y dinero para ir al gimnasio. Se necesita ensuciarse, sudar y sufrir. No siempre es agradable. La alternativa es volverse débil, gordo y enfermo, y luego, cuando la naturaleza le lanza una verdadera bola curva en su camino, no es físicamente capaz de superarlo. Finalmente, sufre la calidad y la cantidad de nuestras vidas cuando buscamos una vida “fácil”.

Otro gran beneficio de las tarifas aleatorias es que la sociedad aún puede beneficiarse de los beneficios del comercio mundial sin convertirse en víctima de la dependencia mundial. Esto nos permite aprovechar la especialización al mismo tiempo que aseguramos una redundancia suficiente para garantizar que nuestra independencia no se convierta en dependencia.

Dicho todo esto, una sociedad organizada en torno a estos principios necesariamente tendrá estilos de vida menos consuntivos, menos entretenidos y con menos lujo que los que tenemos hoy. Mayor parte de nuestro tiempo y recursos se destinarían a los ahorros, sistemas de respaldo e inventario.
Afortunadamente, la reducción en el estilo de vida solo sería temporal porque una vez que el mercado se adapte puede continuar su crecimiento exponencial de una manera más sostenible.

Como sociedad tenemos que elegir entre la tasa de crecimiento y la antifragilidad. Si optamos por crecer más rápido, automáticamente limitamos hasta dónde puede progresar la sociedad antes del colapso. Si crecemos más lentamente y construimos una base más sólida, podremos apoyar a una sociedad más desarrollada.

Es como el cuento de Aesop sobre “La tortuga y la liebre”. Una liebre se burla de una tortuga porque se mueve lentamente, hasta que un día la tortuga lo desafía a una carrera. La liebre rápidamente deja atrás a la tortuga y, convencida de su victoria, se echa una siesta a mitad de la carrera. Sin embargo, cuando la liebre se despierta, descubre que su competidor, que camina lento pero constantemente, ha llegado antes que él. La moraleja de la historia es que si nos volvemos demasiado confiados como sociedad y buscamos el ocio en lugar del trabajo prudente, terminamos perdiendo la carrera.

Secesión

La independencia es una condición previa necesaria para la secesión, y la capacidad de separarse es necesaria para asegurar la independencia. Al negociar un tratado de paz, debe establecer un proceso de secesión. Es como establecer un acuerdo prenupcial antes de casarse. Cuando comienzo un negocio o compro una participación minoritaria en una empresa, siempre compruebo cómo puedo salir del acuerdo.

Uno de los métodos que utilizo es poner una cláusula que permite a una persona establecer el valor de la empresa y la otra persona puede decidir si vende su mitad o compra la mitad de la otra persona. Otras veces he acordado en liquidar los activos de la empresa a valor contable. La única vez que no hice un plan previo para la separación, casi tuve que llevar el asunto ante un Tribunal.

Ser un accionista minoritario le deja con pocos derechos y los derechos que le quedan son difíciles y costosos de imponer. En el mejor de los casos, su capital es públicamente accesible y simplemente puede decidir venderlo.

Al formar una comunidad en una verdadera democracia, todos son accionistas minoritarios. Si la comunidad posee bienes o territorios comunes, entonces se debe diseñar un plan sobre cómo disolver la comunidad y formar dos o más comunidades nuevas. Un tratado de paz sin un plan de secesión es una guerra civil espernando por suceder.

Imagínese un condado con 50.000 habitantes que se ha dividido en dos campos basados ​​en la religión. Las religiones no están ubicadas geográficamente, lo que dificulta la división geográfica. ¿Qué tipo de acuerdo podrían haber alcanzado estas 50.000 personas de antemano?

Para empezar, tendrían que formarse dos grupos, con 20.000 y 30.000 personas (las cosas rara vez son 50/50). El grupo minoritario tendría que acordar un nuevo tratado de paz entre ellos para poder negociar con el grupo mayoritario. En este punto, la minoría puede ofrecer comprar a la mayoría u obligar a la mayoría a comprar a la minoría.

Alternativamente, se puede designar a un tercero independiente para mediar y luego arbitrar una división justa de la tierra. Si no se planifica la secesión, se planifica el fracaso.

Porque a pesar de sí mismo, cualquier movimiento que piensa y actúa en terminos de ismos se vuelve tan involucrado en la reacción contra otros ismos que, sin darse cuenta, acaba siendo controlado por ellos. Ya que forma sus principios en reacción contra ellos envés de mediante un estudio comprensivo y constructivo de las necesidades, problemas y posibilidades reales”. - John Dewey

Capítulo 9 - La Cisma del Ismo

La Cisma del Ismo

Este capítulo está dedicado a disipar las preocupaciones de aquellos que se apresuran en etiquetarme como partidario o opositor del anarquismo, el capitalismo, el socialismo, comunismo, marxismo, corporativismo, o cualquier otro ismo potencialmente inaceptable o miope. Como expliqué en la introducción, he viajado por el mundo de los ismos y he incorporado lecciones de todos ellos para construir una teoría de verdadera democracia que mejor soporta la promesa de un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sin dejar de ser coherente con la naturaleza.

Lo que todos los ismos tienen en común es que se derivan de la ley de la selva, tanto si la gente quiere reconocerlo como si no. La mayoría de la gente está tan centrada en cómo en cómo se asignan las “cosas” que ignoran cómo se asigna el “poder” en la realidad. Eligen dar su poder a personas que prometen utilizar la concentración del poder resultante para darles más cosas. Lo que la gente pasa por alto es que, al ceder su poder, obtendrán a cambio mucho menos de lo que podrían haber producido si hubieran conservado su poder.

Si tuviera que elegir un solo ismo que reflejara mejor mi posición sería el voluntarismo. Esto significa que apoyo cualquier forma de organización comunitaria que cuente con el consentimiento de los gobernados demostrado por el derecho de secesión. Desde esta perspectiva, me opongo al universalismo: la creencia de que todos deben ser gobernados por los mismos principios. Aunque soy fundamentalmente voluntarista, hago argumentos de primeros principios para persuadir a la gente a voluntariamente adoptar sistemas comúnmente considerados comunistas, socialistas y capitalistas. Este capítulo intentará explicar cómo resuelvo estas disputas sin ser internamente contradictorio, sin ignorar la naturaleza humana o sin ser percibido como un analfabeto económico.

Si vamos a tener un debate sobre los ismos, lo mejor es empezar con las definiciones. Como este es mi libro, yo defino los términos tal y como los entiendo. Si no estás de acuerdo con mis definiciones, está bien; eres bienvenido a tener tus propias definiciones. Pero mientras estés aquí, te pido que dejes de lado tus definiciones y adoptes las mías sólo el tiempo necesario para seguir mi razonamiento.

Anarquismo

La idea del anarquismo es que debemos vivir con reglas y sin gobernantes. En los capítulos anteriores he argumentado que es imposible tener reglas sin gobernantes porque debemos llegar a consenso sobre cuáles son las reglas, cómo deben aplicarse y cómo resolver las disputas. Una visión alternativa del anarquismo es que no es más que la ley de la selva, donde la fuerza manda. Si el anarquismo es la ley de la selva, entonces estamos en todo momento bajo el anarquismo, aunque grupos de personas acepten voluntariamente un “tratado de paz” que establezca propiedad y procedimientos de resolución de disputas. Podemos ver claramente que los países soberanos interactúan bajo el anarquismo en el escenario mundial.

Un anarquista es alguien que se niega a aceptar voluntariamente cualquier “tratado de paz” de nivel superior. Aunque vocalizan su acuerdo, sus acciones indican generalmente que prefieren la paz ante la guerra y que sus protesta contra los tratados de paz son teóricas. Dicho esto, los anarquistas no tienen problemas morales para romper las leyes si pueden salirse con la suya. Nunca han aceptado un tratado de paz y sólo cooperan en la medida necesaria para evitar problemas. Se saltan las señales de stop cuando nadie mira. Robarán, matarán o destruirán si creen que eso sirve a sus intereses. En casos menos extremos, evitarán los impuestos y eludirán las regulaciones gubernamentales.

Con esta perspectiva del anarquismo, todos los que utilizan cualquier medio físico y social que esté en su alcance para “imponer” sus reglas sobre los demás bajo la ley de la selva son anarquistas.

Marxismo/Comunismo

A continuación voy a abordar el marxismo porque Marx proporciona una listado de doctrinas esenciales del comunismo, las cuales son;

  • Banco centralizado
  • Educación controlada por el gobierno
  • Trabajo controlado por el gobierno
  • Propiedad gubernamental del transporte
  • Propiedad gubernamental de las comunicaciones
  • Propiedad gubernamental de la agricultura y la industria
  • Eliminación de la propiedad privada
  • Fuerte impuesto sobre la renta de todos
  • Eliminación de las herencias
  • Planificación regional

Lo interesante de esta lista es que los Estados Unidos -ambos principales partidos políticos- y la mayor parte del mundo apoyan en principio casi todos las doctrinas del comunismo. Todos los países del mundo utilizan dinero emitido por un banco central. La educación está altamente regulada a nivel estatal y federal, y los DSDN y RSDN se resisten generalmente a la educación no regulada.

Con la “pandemia” de COVID 19 hemos visto que los gobiernos alrededor del mundo han declarado casi unánimemente sobre el derecho a decidir si la gente puede ir a trabajar y cómo se debe vestir. Los gobiernos han interferido recientemente en los derechos de propiedad privada impidiendo los desahucios. Durante décadas se han violado los derechos de propiedad mediante la confiscación civil de bienes.

Todo el mundo está sujeto a un impuesto sobre la renta y a un impuesto de sucesiones tanto a nivel federal como en la mayoría de los estados. Los límites sobre lo que se nos permite comunicar está aumentando rápidamente y todas las carreteras, aeropuertos y otros medios de transporte son propiedad del gobierno o están tan regulados por el gobierno mediante el control implícito y explícito que de facto se le puede considerar propiedad suya.

Un país que puede hacer todo lo que los RSDN y DSDN apoyan, ya ha asumido el control total, aunque “permiten” a la gente hacer algunas decisiones. El gobierno se ha reservado el poder, en principio, para ejercer un control total al estilo comunista.

Los RSDN y DSDN ya han aceptado los principios del comunismo; cualquier diferencia es sólo una cuestión de graduación, como ajustar las tasas de impuestos, aumentar la regulación, etc. Se considera que estas “en control” de tu coche incluso cuando no tienes las manos sobre el volante solo porque tienes la capacidad de tomar el volante en cualquier momento. Del mismo modo, los gobiernos tienen un control comunista sobre el pueblo porque pueden regular cualquier cosa en cualquier momento.

Me parece que definir el comunismo basándose en la forma en la que se implementa es bastante limitada. Después de todo, un banco central podría tener una política bancaria respaldada por oro y con un 100% de reservas. La educación controlada por el gobierno podría seguir enseñando pensamiento crítico y carecer de propaganda. El propósito mismo del gobierno es resolver las disputas con respecto a la propiedad, lo que significa que el gobierno es, en última instancia, en control de todas propiedades.

Por lo tanto, el comunismo puede describirse mejor por el resultado previsto del ejercicio del control total sobre todo. Este resultado es una “igualdad en el nivel de vida” para la mayoría de la gente. Es un intento de escalar el estilo de vida comunal a una escala mayor. Es un intento de eliminar el ánimo de lucro. Irónicamente, los que promueven el comunismo a menudo lo hacen en la creencia de que dará lugar a un “beneficio personal” al redistribuir la riqueza de los demás a uno mismo y esos líderes “emprendedores” del movimiento comunista pretenden transferir el control de los demás a ellos mismos, sabiendo muy bien que el control equivale a riqueza.

Estoy completamente en contra de los intentos de eliminar completamente (o de eliminar la mayoría) de la distribución natural de Pareto de la riqueza. Todos esos intentos sólo pueden destruir la riqueza, porque sin beneficio (producir más valor del que se consume) no hay justificación para asumir los riesgos que conlleva la producción. Estoy firmemente en contra del comunismo según esta definición.

El título de este libro, “Animales Más Iguales”, es una referencia al libro de George Orwell, “Rebelión en la granja” (Animal Farm), en el que los animales intentan establecer el comunismo y declaran que “Todos los animales son iguales”. Al final, los cerdos se apoderan de la granja y empiezan a vivir como el mismo granjero al que han derrocado. El resultado es que la constitución animal sea reinterpretada como “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.

Los animales esperaban formar una sociedad en la que todos fueran iguales, pero la afirmación de que algunos animales son “más iguales” que otros expone una contradicción en la ley suprema del país. ¿Cómo pueden ser todos iguales si algunos se consideran más iguales? En el caso de la Rebelión en la granja y la de nuestra sociedad actual, se supone que todos somos iguales ante la ley y que tenemos el mismo poder, pero en la práctica sabemos que esto es muy lejos de la realidad.

El concepto de que las cosas pueden tener un grado de igualdad es como definir la igualdad como la diferencia entre dos animales. El contrario de más igual sería menos distinto. Los animales perfectamente iguales tendrían cero diferencias. Cuanto “más iguales” son los animales, menos diferencias esperaríamos.

El problema del comunismo no es que las comunas “no funcionen”, es que a nivel nacional son fundamentalmente militantes (anti-paz) en el sentido de que ninguna comuna puede crecer de forma orgánica y voluntariamente desde dos personas a miles, por no hablar de millones de personas. Una comuna sólo puede crecer hasta el comunismo nacional a través de medios militantes (uso del poder de la selva). Sólo puede mantener un estado comunista reprimiendo violentamente a quienes tienen ideales alternativos.

En efecto, aunque el pueblo sea “igual” económicamente, no es “igual” políticamente. El poder en un sistema comunista debe distribuirse mediante una distribución de Pareto extrema para aplanar la distribución de la riqueza de la gran mayoría. Podría decirse que el comunismo es el resultado natural de la concentración extrema de poder.

Cualquier ismo que permita la concentración de poder acabará intentando utilizar ese poder para evolucionar hacia el comunismo como medio para concentrar aún más el poder. Irónicamente, con el poder concentrado viene la riqueza concentrada, ya que hay poca diferencia práctica entre el control y la riqueza porque la propiedad se define comúnmente como el “derecho de control exclusivo”.

En el comunismo las personas se convierten en la propiedad “privada” y la “riqueza” de los dirigentes. Hay poca diferencia entre el comunismo y la esclavitud. Históricamente, ninguna clase dirigente comunista se ha sometido a las mismas reglas que su pueblo; técnicamente ni siquiera es posible hacerlo. Sobre el papel puede que los “gobernantes” no “poseen” nada, pero tienen el uso exclusivo de la “propiedad comunitaria”, que es de facto la propiedad privada.

Este libro trata de igualar a la gente en su poder y dejar que la riqueza caiga donde pueda. La premisa es que toda la riqueza se crea utilizando la mano de obra y si los hombres fueran más iguales en términos de poder, entonces naturalmente serían más iguales en términos de riqueza.



El anterior gráfico muestra un ejemplo representativo de la distribución normalizada de la riqueza entre una población bajo varios ismos. La forma de leerlo es que el eje horizontal representa 100 personas abstractas, y el eje vertical representa el “valor neto” de cada persona. Bajo el comunismo 95 de cada 100 personas tienen la misma riqueza (prácticamente 0) mientras que la clase dirigente tiene casi toda la riqueza. Muchas veces es incluso más extremo de lo que he mostrado.

El socialismo, del que hablaré a continuación, no llega al extremo del comunismo, pero desde luego intenta reducir la desigualdad de la riqueza. En el capitalismo también hay concentración de la riqueza pero menos que en el comunismo y el socialismo. Independientemente del ismo que se adopte, al menos el 20% de la población vivirá de forma relativamente pobre. No se puede escapar de Pareto y cualquier intento sólo empeora las cosas.

La riqueza total de una sociedad puede medirse como el área debajo de cada respectiva curva. La mitad de la población que vive en relativa pobreza suele creer que “si los ricos solo compartieran” podrían mejorar su nivel de vida. Lo único que consiguen es que casi todo el mundo caiga en la pobreza, excepto la clase dirigente. Se reduce el área debajo de la curva.

Socialismo

El socialismo es comúnmente visto como una versión lite del comunismo. Al igual que el marxismo, requiere el control total de todo, sólo difiere en el grado en que los gobernantes pretenden utilizar el control. En lugar de aplanar completamente la distribución de Pareto, los gobernantes intentan poner límites a la brecha de riqueza entre los más ricos y los más pobres. Por supuesto, la clase dirigente está en gran medida exenta de los límites a su riqueza y la imposición de estos límites significa que deben tener más poder que todos los demás. Más comúnmente, el socialismo es la idea de “compartir la carga de la vida” a través de varios programas “sociales” y redes de seguridad.

Yo defino el socialismo como cualquier sistema que quita muchos y da a unos pocos, o al revés, da a muchos y quita a unos pocos. Con esta definición, todos los gobiernos son organizaciones inherentemente socialistas. Socializan los costes de la defensa nacional, los desastres naturales, la vejez y la atención médica. Socializan los costes de la policía, las prisiones y las quiebras bancarias.

Las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada son una forma de socialismo. Conceden a sus propietarios límites sobre su responsabilidad, transfiriendo los costes de esa responsabilidad al conjunto de la sociedad. Irónicamente, la mayoría de los socialistas consideran que las empresas son como criaturas del capitalismo. La personalidad corporativa es un medio para privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Las patentes son un medio de transferir el poder al “inventor” o al propietario del monopolio, y por lo tanto son de naturaleza socialista.

No tengo ningún problema con los acuerdos comunitarios socialistas siempre que la participación sea voluntaria. De hecho, creo que hay muy buenas razones para participar voluntariamente en acuerdos socialistas con otras personas. Esto puede demostrarse por la existencia de un gran mercado de productos de seguros voluntarios y sociedades de ayuda mutua. Los individuos tienen que renunciar algo para obtener los beneficios de una comunidad. Ir por la vida en solitario es peligroso bajo la ley de la selva.

El problema del socialismo es su tendencia a evolucionar en comunismo militante. Esto se debe al hecho de que el socialismo requiere una concentración de poder, y esta concentración tiende a una mayor concentración de la cual el comunismo es el extremo. En la mente de muchas personas hay poca diferencia entre socialismo y el comunismo; por lo tanto, el término socialismo no es un término terriblemente útil, excepto como medio para describir la “agrupación de riesgos” y el “reparto de costes”. Uno de los mayores riesgos del socialismo es el riesgo moral. El próximo capítulo profundizará en el riesgo moral.

Capitalismo

La definición común de capitalismo es un sistema económico o político en el que la industria está controlada por entidades privadas en vez de por el Estado. Una definición alternativa es una sociedad dirigida por el capital y los mercados. Los comunistas podrían calificar como capitalista todo lo que tiene “ánimo de lucro”.

Mucha gente asume que vivimos en una sociedad capitalista, debido a los fuertes motivos de lucro de las corporaciones, pero como se puede ver en la discusión anterior sobre el comunismo y el socialismo, todo el mundo está gobernado bajo algún grado de socialismo. Las empresas que la gente atribuye al capitalismo son criaturas del socialismo que se visten de capitalismo. Un término más útil para referirse al gobierno de las entidades corporativas es corporativismo, del que hablaré más adelante.

El capitalismo vive justo por encima de la ley de la selva en que existe donde no hay gobiernos ni comunidades formales. En el capitalismo, la propiedad se impone por acuerdo informal y la posesión se defiende con la fuerza de la selva. Si su propiedad “privada” depende del consenso de una comunidad y se hace cumplir por la policía comunitaria, los tribunales y las prisiones de la comunidad, entonces no es realmente una propiedad privada. Es una propiedad pública a la que la comunidad le concede temporalmente el derecho exclusivo de uso. Desde una perspectiva económica, se comporta como si fuera tu propiedad pero sólo es tuya en virtud de los acuerdos sociales. La verdadera propiedad privada es la que conservas bajo la ley de la selva.

Desde esta perspectiva, el capitalismo es tan fundamental como la ley de la selva y la base sobre la que se construyen todos los demás sistemas. Un reino puede ser socialista por dentro, pero el comercio entre reinos funciona sobre la base del capitalismo. Otra forma de expresar el capitalismo es que quien tiene el “oro” hace las reglas. Todo lo que existe debido a la especialización, incluidos los sistemas comunistas y socialistas, es el resultado del intercambio voluntario de bienes y servicios bajo la ley de la selva. Todo es, pues, el resultado del capitalismo.

No tiene sentido estar “en contra” del capitalismo o “a favor” del capitalismo porque el capitalismo es como el éter - siempre y en todas partes se encuentra presente. De lo que la gente está “a favor” o “en contra” es el grado de socialismo en la definición y aplicación de los derechos prácticos de propiedad. Dado que considero los derechos de propiedad como un tratado de paz, los considero maleables. Si uno quisiera ser “justo”, entonces los verdaderos derechos de propiedad son los que se negocian entre personas con igual poder de jungla. Trataremos los derechos de propiedad con más detalle en un capítulo posterior.

Libertarismo

Si deseas una palabra un poco más útil que capitalismo, se podría utilizar “libertarismo” para describir el sistema de comercio voluntario sin responsabilidad limitada y si la personalidad corporativa. Una comunidad libertaria define derechos de propiedad por adelantado (a través de un tratado de paz) y dichos derechos sólo se transfieren por contrato.

Una comunidad libertaria resuelve las disputas devolviendo la propiedad perdida a su a su legítimo propietario en la medida de lo posible. Técnicamente, el proceso de “definir los derechos de propiedad por adelantado” y “resolver las disputas” depende del consenso de la comunidad y, por tanto, es socialista por naturaleza, pero ese limitado grado de socialismo no debería manchar una definición por lo demás práctica del libertario.

Los libertarios siguen el principio de la no-agresión, que establece que nadie debe iniciar la violencia (o la amenaza de esta) contra otro y permite defenderse a sí mismo y a “su” propiedad con violencia. El principal reto de los sistemas libertarios es conseguir que la gente se ponga de acuerdo en la definición inicial de propiedad y en el proceso de resolución de conflictos.

La definición de “agresión” también es muy discutida, especialmente en respecto al ser “puesta en peligro”. ¿Es agresión apuntar con un arma pero no disparar (suponiendo que no hay amenazas)? ¿Es agresión jugar a la ruleta rusa mientras se apunta con el arma a otra persona? ¿Es una agresión conducir ebrio? ¿Es agresión exponer alguien a la gripe? ¿La agresividad depende de que el arma se dispare, de que el coche se estrelle o de que alguien se contamine con la gripe? Los que son muy dogmáticos en sus creencias libertarias se resisten a todo lo que huela a socialismo y, por tanto, les resulta difícil negociar tratados de paz. Mientras que los voluntaristas generalmente apoyan los principios de los libertarios, tienen una mentalidad más abierta hacia los acuerdos socialistas.

Democratismo

Este libro se trata de la verdadera democracia, que según mi opinion es el proceso voluntario por el que un grupo de personas (o un grupo de organizaciones) llega a un consenso para que los miembros del grupo puedan actuar como uno y puedan resolver las disputas sin quitarle poder del pueblo. La democracia es el gobierno derivado del consentimiento permanente de las personas, como lo demuestra el derecho de secesión.

Con una verdadera democracia las personas lo pueden establecer todo, desde una comunidad libertaria hasta cualquier grado de socialismo. La principal diferencia entre el verdadero socialismo democrático y el socialismo DSDN (democrático sólo de nombre) es que bajo el verdadero socialismo democrático el poder realmente está descentralizado mientras que en el socialismo / comunismo DSDN el poder está extremadamente concentrado.

Existe el argumento de que las democracias se convierten en comunismo tan pronto como los ciudadanos se den cuenta de que pueden votar para quitarle a los ricos y darle a los pobres. Es mi creencia que esto sólo es cierto en el caso de las DSDN, que violan los principios de la verdadera democracia al permitir el faccionalismo y activamente resistiendo la secesión.

Si los ricos tienen el derecho a la secesión entonces cualquier democracia que los amenace de una manera que ellos consideren sea injusta, perdería a sus ciudadanos más ricos. Es como intentar matar a la gallina de los huevos de oro. Irónicamente, suelen ser los más ricos los que defienden el socialismo / comunismo porque aumenta su poder relativo y, por tanto, su riqueza relativa.

Un libertario típico argumentará en contra de la democracia en que la minoría no ha dado su consentimiento. Al mismo mismo tiempo, los libertarios argumentarán a favor del arbitraje en el que dos personas se someten voluntariamente a la “regla” de una tercera persona. La clave es que las personas consientan en el proceso y luego se atengan al resultado.

La democracia, unida voluntariamente, no es más que un proceso de resolución de disputas multipartidista. Todo el mundo está mejor posicionado actuando como grupo, incluso si algunos de los miembros no están de acuerdo con la decisión del grupo. La verdadera democracia consiste en coordinarse con otras personas manteniendo la autonomía y el poder personal. Su poder es mejor representado como el derecho y la capacidad de separarse. Los sistemas DSDN dan al pueblo la apariencia de poder político mientras le roban su sustancia y se la dan a una clase dirigente.

Capítulo 10 - El Riesgo Moral

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El Riesgo Moral

El estudio de la economía y la teoría de juego trata de comprender los incentivos que motivan la acción humana. El tipo de incentivo puede tener un gran impacto en el resultado de las personas involucradas. En términos generales, desea estructurar incentivos de manera que las personas estén alineadas con el mismo objetivo y evitar situaciones en las que una persona tenga incentivos o razones para dañar a otra. Llamamos a estas situaciones riesgo moral porque el resultado depende de alguna manera del carácter “moral” de las personas con las que interactúa.

Incluso si todo el mundo es una “buena persona”, los incentivos malos pueden comprometer la forma en que las partes perciben y valoran las cosas hasta el punto de que todavía suceden cosas malas. Si bien se le llama “riesgo moral”, en última instancia, no depende de una definición única de moralidad; en cambio, se trata de que otras personas tomen decisiones que se beneficien a sí mismas a coste de otra persona.

Comprender el riesgo moral es fundamental para las verdaderas democracias porque los incentivos desalineados harán que incluso las personas más honestas y nobles se vuelvan unas contra otras.
Conduce a una corrupción sistemática que no sirve a los intereses de la gente. Si va a negociar un contrato (o tratado de paz) con otros, debe asegurarse de que existan los mínimos riesgos morales que les motiven o les tienten a traicionarlo, ya sea consciente o inconscientemente.

Uno de los mayores indicadores de riesgo moral es cuando una persona elige y la persona otra paga. Suponga que se va de viaje de negocios y su empleador está comprando la cena. Suponga que su empleador cubre el 100% del costo. La tentación sería comprar comida de mayor calidad y mayor cantidad en el mejor restaurante de la ciudad. En este caso, los beneficios de una buena comida se acumulan para usted y los costes para su empleador.

El peligro existe incluso si eres una buena persona y conscientemente trata de comer de la misma manera a como lo haría por su cuenta. Desde la perspectiva de un economista, podemos decir que el valor no se revela hasta que se tome una decisión y quede demostrada por la acción tomada. Puede afirmar que valora la educación más que el entretenimiento, pero si siempre elige ver televisión en lugar de estudiar, se revelan sus verdaderos valores. Del mismo modo, puede afirmar que habría pedido un chuletón por su cuenta, pero sin poder observar la realidad alternativa, nunca lo sabremos realmente.

Ocurre un proceso similar si sale a cenar con un grupo grande de amigos y acepta dividir la cuenta en partes iguales. Todos los que piden una comida por encima del precio promedio se benefician y todos los demás pierden. La tentación es pedir más que la media. Esta tentación empeora cuando te das cuenta de que todos están tentados a pedir más de lo normal. Las cosas empeoran aún más si el grupo es un grupo aleatorio de desconocidos que tal vez nunca más vuelvan a compartir una comida juntos. La tendencia es que el grupo se gaste mucho más que el promedio de lo que habrían gastado si todos hubieran pagado su propia comida.

Ahora imagínese que usted y sus amigos se reúnen para cenar todas las semanas y que las mismas personas siempre piden la comidas más caras. Sucederá una de dos cosas: los que pidan comidas más baratas dejarán de asistir o el grupo dejará de invitar a los que pidan comidas más caras. Con múltiples iteraciones, reputación y membresía voluntaria, el riesgo moral se reduce en gran medida. Sin múltiples iteraciones, la reputación no tiene tiempo para ser descubierta. Sin la membresía voluntaria o la exclusión no hay forma de contrarrestar el abuso.

Imagínese que todos debían asistir a la comida y pagar una parte igual. En la primera comida, algunas personas pueden ser más económicas en sus decisiones y otras más derrochadoras. Después de observar el resultado de la primera comida, las partes económicas se volverán más derrochadores en la segunda comida para que obtengan su “parte justa” y no sientan que están subvencionando a los demás. Esto aumenta el coste promedio de la segunda comida. La tercera comida será aún peor. Este proceso continuará hasta que todos pidan lo que quieran o hasta que algunos miembros no puedan pagar la factura.

Una vez que algunos miembros no pueden pagar la cuenta, la tentación es pedir a otros que paguen su cuenta. Si el grupo decide dividir la factura de acuerdo con la capacidad de pago de cada miembro, entonces el riesgo moral continúa elevando el consumo hasta que no queda nada para consumir o incluso los más pudientes no pueden pagar. Si bien algunos miembros del grupo pueden hablar y decir, “¡esto es un desperdicio!”, Están atrapados con la opción entre subsidiar a todos los demás o recibir su “parte justa”. Por cada dólar que reducen su consumo, solo reducen su parte de la factura en centavos. Cuanto mayor sea el grupo, mayor será el riesgo moral.

Imagine un club comunitario con 100 miembros que cenan todos los domingos en su restaurante favorito. Para simplificar la facturación, el restaurante instala 10 mesas de 10 personas. Cada mesa debe dividir su cuenta de manera uniforme, pero la gente puede optar por sentarse en cualquier mesa. La consecuencia de esta configuración es que los miembros económicos elegirán una mesa y los derrochadores serán rechazados de la mayoría de las mesas y se verán obligados a cenar juntos.

Las personas tienden a agruparse de acuerdo con la cantidad que consideran económica para gastar ellos personalmente. Cada grupo puede incluso llegar a un consenso para poner un límite a cuánto puede gastar una persona. Estos límites funcionarían como un empleador que le da un presupuesto de alimentos diarios mientras viaja. El gasto de cada persona se acercará al límite ya sea que “lo use o lo pierda”. Entonces, si bien los límites pueden prevenir el consumo descontrolado, no fomentan las opciones económicas. Es más, estos límites obligan artificialmente a algunas personas a vivir por debajo de sus capacidades.

Si permitir que las personas se agrupen ayuda a reducir el desperdicio, el desperdicio se puede reducir aún más habilitando más grupos, lo que significa grupos más pequeños con el límite de que todos pagan por su propia comida. Un grupo de personas que sale a comer es más económico cuando la gente asume sus propios gastos. Cuando los gastos se comparten, la gente comienza a “gastar el dinero de otras personas” y el coste se dispara fuera de control debido al riesgo moral.

Un restaurante astuto requeriría que cada mesa dividiera la cuenta equitativamente entre todos en la mesa. Al obligar a la gente a entrar en un sistema con riesgo moral, el dueño del restaurante es el beneficiario. En un mercado con competencia, muchas personas optarían por salir de un restaurante de este tipo en favor de otros restaurantes donde la gente puede obtener comidas más baratas sin subsidiar a los derrochadores. Ahora, imagínese que no pudiera optar por no participar y que en lugar de comida fueran todos los servicios facilitados por el gobierno!!

Seguros

El seguro es una situación en la que un grupo de personas decide hacer pagos iguales para compensar un riesgo que es poco probable que golpee a todos. Si asumimos que las personas se unen para asegurarse contra los rayos y la probabilidad es que 1 de cada 1 millón de personas son alcanzados por un rayo cada año y la indemnización en caso de que le caiga un rayo es de $ 1 millón de dólares, entonces cada persona pagaría $ 1 por año.

Existe un riesgo moral cuando algunas personas eligen vivir en Florida mientras que otras viven en Virginia. La probabilidad de ser alcanzado por un rayo en Florida es mucho mayor que en Virginia. El riesgo moral también existe cuando algunas personas se dan cuenta de que hay una tasa de supervivencia del 90% de victimas de los rayos y que podría valer solo $ 1 millón de dólares, arriesgarse a morir. Estas personas salen bajo la lluvia y vuelan cometas.

Todos los sistemas de seguros deben hacer todo lo posible para agrupar a las personas de acuerdo con los perfiles de riesgo. Aquellos que estén dispuestos a tomar medidas para reducir el riesgo deben agruparse. Cualquiera que sea identificado volando una cometa bajo la lluvia quedaría descalificado para cobrar un seguro contra rayos. Los residentes de Florida estarían en un grupo diferente al de los residentes de Virginia y, por lo tanto, deberían pagar primas más altas. La conclusión es que el riesgo moral prevalece siempre que un grupo reúne recursos para gastar. Se deben implementar contramedidas si no se puede evitar por completo el riesgo moral. Tenga en cuenta que todas las estructuras corporativas sufren de riesgo moral.

En el caso del seguro médico, aquellos que tienen más probabilidades de enfermarse tienen más probabilidades de comprar un seguro con deducibles bajos, copago bajo y coseguro bajo. Aquellos que tienen menos probabilidades de enfermarse elegirán deducibles, copagos y coseguros más altos. La presencia de deducibles y copagos hace que las personas se “auto-clasifiquen” en grupos de bajo y alto riesgo. Alguien que debe pagar la mitad de sus facturas médicas tiene más incentivos para reducir gastos que alguien que solo tiene que pagar el 1% de sus facturas.

Para evitar esta “autoclasificación”, que provocaría un aumento repentino de las primas para los enfermos, las compañías de seguros obligan a las personas en agruparse por otros medios, como un empleador común. Esto sería como la cena comunitaria semanal que asigna personas al azar a grupos de 10 en lugar de permitir la autoselección. El resultado efectivo es similar a tener un grupo global, ya que cada grupo más pequeño tendría una muestra “aleatoria” de derrochadores (o personas enfermas).

Imagínese una cena para dos en la que la pareja decide dividir la cuenta en partes iguales. Debido a que cada persona en última instancia queda responsable de la mitad de sus gastos, es menos probable que aumenten la factura. En un grupo de 100 personas, cada persona solo es responsable del 1% de su gasto adicional, por lo que el riesgo moral se hace cargo y los gastos aumentan mucho más rápido. Los deducibles, copagos y coseguros son formas de minimizar el riesgo moral en los sistemas de seguros al recrear las condiciones económicas de un “grupo más pequeño”.

Ahora considere que las compañías de seguros tienen unos gastos generales y el objetivo de obtener ganancias. Si la compañía de seguros gana el 10% de cada dólar gastado en atención médica, entonces es como el dueño de un restaurante que obliga a las mesas a dividir la cuenta de manera equitativa. Su objetivo es maximizar el número de personas en cada mesa (en cada grupo de riesgo) y luego maximizar el número de condiciones cubiertas.

Para el propietario de la compañía de seguros, lo ideal sería que todos en un grupo y todas las condiciones y tratamientos estén cubiertos. Incluso si la compañía de seguros es “sin ánimo de lucro”, todavía tiene que emplear personas y esos empleados se benefician de la seguridad laboral y salarios más altos. Considere también que no es solo la compañía de seguros la que se beneficia del riesgo moral. Todos los médicos, fabricantes de medicamentos y fabricantes de dispositivos médicos también se benefician al aumentar la demanda de sus servicios.

Para contrarrestar este riesgo moral, la atención médica universal debe dictar todos los precios de todos los servicios y también controlar qué servicios están disponibles y para quién.

¡Esto crea aún más peligros morales! En este caso, la persona que elige es un empleado del gobierno y la persona que paga tanto con dinero como con las consecuencias del tratamiento elegido (o denegado), ¡Es usted!

Una compañía de seguros también tiene un incentivo para fijar precios incorrectos sobre el riesgo, cobrando de más y facilitando una cobertura deficiente. Si la compañía de seguros se queda con la diferencia entre las primas cobradas y las reclamaciones pagadas, entonces tiene un incentivo para pagar menos las reclamaciones. Si es el juez de su propio proceso de reclamación, existe una falta de imparcialidad y la tentación de negar las reclamaciones.

Upton Sinclair tiene una cita famosa: “¡Es difícil lograr que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda!” Este es un ejemplo de riesgo moral y en muchos casos es inconsciente. Nuestros cerebros están conectados para ver lo que queremos ver y ser ciegos a lo que no queremos ver. La presencia de riesgo moral es una de esas cosas que no queremos ver cuando nos beneficiamos de él. No queremos ver nuestra propia corrupción o nuestro propio sesgo. No podemos evitar ser parciales incluso con una vigilancia y un entrenamiento constante. Todos somos inconscientes de todo el sesgo sutil creado por los incentivos de los juegos que configuramos para nosotros mismos.

Riesgo moral y Democracias

Los gobiernos tradicionales son como restaurantes a los que todo el mundo está obligado en asistir y donde todo el mundo se reparte la cuenta. Son como planes de seguro a los que todos están suscritos y que se supone que aseguran contra amenazas a nuestra vida, libertad y propiedad al proporcionar justicia para todos. Se supone que la democracia es el proceso por el cual la gente elige quién dirige la “compañía de seguros”, quién juzga las disputas y qué reclamaciones quedan cubiertas.

El comunismo es un restaurante donde todos pueden pedir lo que quieran y el precio es el 90% de su sueldo - pero hay poca producción, por lo que no hay nada disponible en el menú.

*Socialismo” es un restaurante que cuesta el 50% de su sueldo y usted paga el 50% del precio de su comida, mientras que las comidas básicas son gratis.

El libertarismo es que todos pagan su propia comida y pueden dar comida voluntariamente a aquellos que no pueden permitírselo.

Cuando se ve desde la perspectiva del riesgo moral, está bastante claro por qué el comunismo fracasa y el libertarismo generalmente produce prosperidad.

La razón por la que el arte de la verdadera democracia es sutil es por el riesgo moral y el desafío de diseñar sistemas que lo minimicen o lo contrarresten. Todos los que trabajan en puestos gubernamentales están sujetos a riesgo moral porque gastan el dinero de los demás. Reducir el gasto público significa que los empleados públicos pierden sus puestos de trabajo.

Reducir el conflicto de intereses reduce la oportunidad de recibir sobornos. La eliminación del sistema bipartidista hace que algunas personas pierdan poder e influencia. Decir verdades duras reduce las posibilidades de elección. La paz es un inconveniente para quienes se enriquezcan de la guerra. La salud es un inconveniente para quienes se enriquezcan de tratamientos médicos.

El mismo acto de votar es un riesgo moral si el 51% puede quitarle todo al 49%. Hemos visto que las soluciones al riesgo moral son minimizar el tamaño, la repetición y la reputación del grupo. Además, la membresía voluntaria y la capacidad de exclusión de los grupos es clave para aprovechar la reputación y así mitigar el riesgo moral. La verdadera democracia se estructura para contrarrestar el riesgo moral tanto como sea posible. Los DSDN se estructuran para maximizar el riesgo moral porque aumentar los riesgos morales es para el beneficio de quienes dirigen el gobierno.

El gobierno es como el restaurante que intenta obtener ganancias maximizando el riesgo moral entre sus clientes. Cuanto mayor es el riesgo moral que enfrentan las instituciones sociales, más demanda hay de que el gobierno “resuelva los problemas” creados por el riesgo moral. En efecto, la consecuencia del riesgo moral en el gobierno es la propagación de más y más tipos de riesgo moral.
Un buen gobierno basado en los principios de la verdadera democracia tiene como objetivo eliminar y minimizar el riesgo moral sea donde se encuentre.

Capítulo 11 - El Corporativismo

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El Corporativismo

En la sociedad moderna, casi todo es propiedad de las corporaciones. Hay corporaciones de muchos tipos, incluidas las sociedades de responsabilidad limitada. Son tan comúnes que la gente se olvida que todas las corporaciones son criaturas creadas por el gobierno y no podrían existir en su forma actual sin el gobierno. Entonces la pregunta es, ¿cómo se relacionan las corporaciones con la verdadera democracia?

En capítulos anteriores describí la importancia de mantener reglas de poder relativo junto con un bajo acoplamiento y una alta encapsulación. También presenté el número de Dunbar, que da crédito a los límites naturales en la escalabilidad del poder dentro de las organizaciones.

Presenté el objetivo de diseñar para la independencia y la antifragilidad. Todas estas cosas conducen a diseñar un gobierno alrededor de “países pequeños” en gran parte independientes de unas 50.000 personas, que también se dividen en distritos más pequeños de unas 1.000 personas. Estos “condados como países” pueden formar federaciones para crear los estados y los estados pueden formar federaciones como los Estados Unidos.

En el proceso de modularización del gobierno nos quedamos con un mundo donde las corporaciones individuales todavía emplean a millones de personas. Esto crea una situación en la que una persona, el director ejecutivo, guía eficazmente los esfuerzos de millones. Esto hace que el director ejecutivo sea más poderoso que los líderes de muchos países pequeños. Los ingresos de las principales empresas también son mayores que el PIB de muchos países.

¿Cómo es eso de democrático? Los líderes de las principales empresas se unen a comunidades como el Foro Económico Mundial donde coordinan políticas y agendas. Las principales empresas a menudo son interdependientes entre sí y todas dependen del sistema bancario. Todos se benefician del aumento de la dependencia de la población de sus servicios y de desautorizar a la competencia. El resultado es que los gigantes corporativos gobiernan casi todos los bienes o servicios que la mayoría de nosotros consume.

¿Cómo puede un país de 50.000 habitantes autorizar el funcionamiento de una empresa global de 5 millones de habitantes? ¿Qué pasaría si Walmart tuviera que incorporar una subsidiaria de propiedad total en cada micro-jurisdicción? ¿Imagínese si una sola persona pudiera ser simultáneamente ciudadano de todos los países del mundo? ¿Qué pasaría si cada jurisdicción prohibiera a las empresas de origen extranjera operar en su territorio? ¿Cómo sería la vida sin las corporaciones internacionales gigantes? ¿Podrían los grandes proyectos obtener financiación en algún caso?

Estas son preguntas difíciles que tomarían todo un libro para explorar. Existe una relación de codependencia entre las grandes empresas y el gran gobierno. Cuando las grandes empresas capturan la gobernanza de una sociedad, el resultado es un “capitalismo de amiguísmo”.
En muchos sentidos, las grandes empresas como Apple, Google, Microsoft, Amazon, Walmart, Facebook y los principales medios de comunicación tienen más poder sobre la vida de la gente que el propio gobierno. ¡Considere que Twitter, Facebook y los principales medios de comunicación censuran activamente a un presidente en ejercicio de los Estados Unidos! Como se les considera “privados”, pueden hacer cosas que, en teoría, el gobierno no está autorizado a hacer.

Quizás el aspecto más peligroso para las grandes empresas es que otorgan influencia al gobierno sobre todos sus clientes cuando este presiona al equipo ejecutivo de la empresa. En lugar de tener que censurar a millones de personas con “cargos penales” individuales, los gobiernos simplemente responsabilizan a conjunto de empresas y las propias empresas censuran. Los gobiernos censuran todo, incluido el hablar, los productos y los servicios. Es más, a menudo los ejecutivos de las corporaciones de las que depende la gente empieza a actuar como un gobierno sobre sí mismos.

Persona Corporativa y Responsabilidad Limitada

Comencemos esta exploración revisando la naturaleza de una empresa y su personalidad corporativa. La idea general es que un grupo de personas pueden unirse y ser propietarios de una empresa. Todo lo que queda titulado a la empresa es propiedad indirecta de las personas propietarias de la empresa.
La empresa más pequeña pertenece y es operada por una sola persona. A menudo, estas se organizan como sociedades de responsabilidad limitada, pero casi cualquier estructura empresarial uede ser considerada propiedad y estar gestionada por una sola persona.

Ahora suponga que un multimillonario choca su coche contra tu casa. En teoría, los tribunales harían responsable al multimillonario de todos los daños y porque tiene amplios activos para pagar los daños que a usted le reembolsan. Imagine en cambio que el multimillonario formó una CRL (compañía de responsabilidad limitada) para operar un servicio de entrega y compra su camión bajo la CRL. Un día está haciendo una entrega y choca el camión contra su casa. La CRL no tiene más activos que el camión accidentado, por lo que incluso si usted realiza una demanda y gana, no se le paga nada. En aras del argumento, estoy suponiendo que no se pagó la factura del seguro

En efecto, la creación de la CRL fue una póliza de seguro de bajo costo para el multimillonario, el cual está pagado por cualquiera que se vea perjudicado por sus prácticas comerciales. Ésta es una forma de riesgo moral. En el caso extremo, compañías como BP perforan en busca de petróleo en el Golfo de México y cuando su pozo falla, causa daños por billones de dólares y destruye vastos ecosistemas.

Todas las corporaciones existen bajo el tratado de paz de una sociedad democrática. La pregunta es, si las corporaciones deben obtener una licencia, en qué nivel de las muchas capas de la sociedad democrática se debe otorgar la licencia. Si se otorga una licencia, ¿qué beneficios obtiene “la gente” al permitir que “algunas personas” operen con responsabilidad limitada? ¿Cómo se defiende una sociedad así contra el riesgo moral creado por la responsabilidad limitada? Alternativamente, si una sociedad democrática no reconoce la personalidad corporativa, ¿cómo se formarían las empresas y socavarían el poder democrático del pueblo?

Cara yo gano, Cruz tú pierdes

Cuando la sociedad otorga el derecho de operar una empresa con responsabilidad limitada a algunas personas , se crea un riesgo moral. Todos los negocios conllevan riesgos y algunos de esos riesgos pueden ser daños que excedan el dinero invertido. Esto es más cierto todavía en el caso de la contaminación, que daña a miles de millones de personas en pequeñas cantidades.

Imagine que un especulador crea una empresa de responsabilidad limitada y la financia con 100 dólares. Este especulador tiene un plan de negocios que le hará ganar $ 1000 o le crean responsabilidades extracontractuales de $ 1000 con una probabilidad de 50/50. Sin responsabilidad limitada, la empresa opera al punto de equilibrio porque las veces que gana $ 1000 cubren las pérdidas de las veces que pierde $ 1000. Con responsabilidad limitada, el negocio ahora es rentable porque en lugar de perder $ 1000, solo pierde $ 100. En promedio, ahora gana $ 950 por cada lanzamiento de la moneda. Las pérdidas no desaparecieron, simplemente se trasladaron a otras personas, víctimas de la actividad empresarial. Una empresa correrá riesgos mucho mayores sabiendo que las desventajas de sus apuestas están cubiertas. Estas pérdidas son pagadas por las personas que otorgaron la responsabilidad limitada a la empresa.

Qué beneficio obtuvo la gente? Después de todo, el 70% de las empresas fracasan en los primeros 10 años y, en un plazo suficientemente largo, la mayoría de las empresas fracasan eventualmente. Cuanto más grandes se vuelven, mayor es el fracaso. A veces, las empresas crecen tanto que la gente las considera “demasiado grandes para quebrar”, momento en el que los gobiernos no solo limitan la responsabilidad (traspasando las pérdidas a los acreedores y / o víctimas), sino que crean una “empresa de responsabilidad negativa” en la que el toda la población cubre colectivamente los gastos de operación del negocio con pérdidas. A menudo se las conoce como empresas zombis. Los iniciados pasan años desviando utilidades a corto plazo mientras acumulan riesgos a largo plazo y luego “nosotros, la gente”, pasamos años pagando las pérdidas de esos riesgos a largo plazo. El apoyo político para las empresas zombis proviene de las millones de personas que podrían perder dinero si los dejasen fracasar.

Mientras una empresa está en funcionamiento, las personas se benefician de los servicios de la empresa. La teoría dice que sin responsabilidad limitada muchas personas no iniciarían empresas. Imagina que tienes $ 4 mil millones de dólares en el banco y quieres iniciar una empresa de redes sociales. Imagine que el coste de construir la empresa es de $ 10 millones de dólares. Ahora considere que existen “leyes ambiguas y contradictorias” que potencialmente podrían costarle a la empresa $ 4 mil millones de dólares en responsabilidad extracontractual. Supongamos que el negocio de las redes sociales, si tiene éxito (50% de posibilidades), valdría 100 millones de dólares en cinco años. ¿Inviertes en la empresa y arriesgas los $ 4 mil millones? ¿Qué pasa si solo tiene $ 10 millones de dólares y en el peor caso es declararse bancarrota? ¿Invertirías entonces?

A partir de cierto punto, un individuo acumula suficiente riqueza como para que hacer cualquier cosa con responsabilidad potencialmente ilimitada, no valga la pena la inversión. Cuando eres “pobre” y “no tienes nada que perder”, el cálculo de la inversión es muy diferente. Desde cierta perspectiva, toda persona podría considerarse una sociedad de responsabilidad limitada. Si mueren y no tienen bienes, entonces no hay nada que puedas hacer para cobrar deudas o daños.

¿Deberíamos permitir que las personas tengan múltiples vidas virtuales? ¿Debemos permitir que se multiplique el riesgo moral? Al menos con la responsabilidad limitada natural de una sola persona, su interés en permanecer vivo está alineado con su interés en que le paguen. Cada persona solo obtiene una reputación y cada persona solo es capaz de hacer tanto daño por sí misma. Además, el daño máximo que puede hacer una persona típica es relativamente pequeño en comparación con el daño que podría hacer un multimillonario si le otorgas una responsabilidad limitada.

La pregunta es, ¿debería la sociedad permitir que algunas personas asuman riesgos que podrían causar más daños de lo que son capaces de pagar? ¿Debería esperarse que BP publique un bono de $ 1 billón de dólares antes de perforar en el Golfo de México? ¿Debería un multimillonario estar protegido de la responsabilidad de la contaminación solo porque contaminó bajo una CRL que posee? ¿Debería la gente común poder invertir en acciones de empresas que realizan actividades peligrosas, ilegales, dañinas u otras actividades con fines de lucro sin estar expuesto a más que la pérdida de su inversión?

La responsabilidad limitada es un gran riesgo moral y no está claro cómo se compensa a la sociedad por los riesgos que asume al extender ese privilegio. ¿De qué otra manera podemos obtener los beneficios de la responsabilidad limitada? ¿Cómo sería si en lugar de que se cargue a la población con el coste, los individuos, contratando entre ellos, pudieran intercambiar los riesgos sin crear privilegios especiales?

Una posible mitigación de este riesgo moral es compensar mejor a quienes asumen el riesgo - nosotros, las personas. Todas las empresas tienen una potencial ventaja, que actualmente corresponde a los propietarios, mientras que la desventaja es para los ciudadanos. ¿Qué pasaría si la gente pudiera participar en la ventaja de cada negocio como el “precio” del seguro proporcionado por la responsabilidad limitada? Esto sería parecido a una empresa obligada en emitir acciones anualmente a todos los habitantes del país como “prima de seguro”. En efecto, crearía un ingreso universal para la población a cambio de la responsabilidad limitada.

Contaremos más sobre esto en el próximo capítulo sobre la “Asignación de recursos naturales”. Las personas dispuestas en asumir la responsabilidad y operar sin responsabilidad limitada tendrían una ventaja competitiva porque no tendrían que pagar por un seguro.

Capítulo 12 - La Riqueza vs. El Poder

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La Riqueza vs. El Poder

Ningún debate sobre la democracia y la descentralización del poder estaría completo sin abordar la relación entre la riqueza y el poder. ¿De qué sirve una teoría de la verdadera democracia si el dinero gobierna el mundo? ¿En qué se diferencia la idea de que todos los ciudadanos deben tener un poder democrático igual y que todas las personas deben tener la misma riqueza?

Muchas personas se centran en la distribución de la riqueza en sociedad, ignorando la distribución del poder. Es el poder individual (mano de obra) lo que crea la riqueza, no riqueza individual la que crea el poder. Tener toda la riqueza del mundo no tendría sentido sin la mano de obra para mantenerla. Con todo el poder del mundo se puede crear toda la riqueza del mundo. Toda la riqueza que ha existido fue creada por alguien ejerciendo su mano de obra para producir más valor de la que consume. El poder se deriva en última instancia de la ley de la selva y es la fuerza de trabajo la que permite la producción de riqueza.

Me gustaría introducir una analogía con la física en la que la potencia es igual a la energía durante un tiempo (P = E/seg). La riqueza es la energía potencial, la energía almacenada o los ahorros. La potencia es la tasa de generación de energía o de utilización de la energía almacenada para efectuar cambios en el mundo. Todas las formas de vida pueden considerarse como convertirdoras de materias primas y de energía (calor/solar/etc.) en estados energéticos superiores (energía potencial/ahorros/grasa). Las personas son como paneles solares o turbinas de viento que producen valor (energía) a diferentes ritmos (a lo largo del tiempo) en función de las distintas contribuciones.

Cada uno de nosotros debe determinar cómo utilizar nuestra mano de obra y el flujo de valor resultante (energía) que producimos. ¿La utilizamos para cargar nuestras baterías o las de los demás? ¿La utilizamos para alimentar nuestra casa o la de otros? Podemos utilizar nuestra “energía solar” para “vivir en el momento”, pero si carecemos de reservas suficientes, acabaremos cuando pase una nube o anochezca. Si alguna vez necesitamos un “aumento” de energía para arrancar un motor la energía solar puede que sea insuficiente. Como esto no es un resultado deseable, todo ser vivo gasta parte (¿o la mayor parte?) de su “energía solar” excesiva para cargar sus baterías (construir ahorros/grasa). Con los ahorros hemos aumentado la independencia y podemos sobrevivir a una nube pasajera, una noche oscura, un invierno largo o una demanda a corto plazo de una gran cantidad de energía.

Hay límite en lo que podemos almacenar en nuestras baterías. Finalmente las baterías se desgastan y con el tiempo pierden su carga. Jesús lo destaca cuando dice: “No acumuléis tesoros en la tierra, donde las polillas y el óxido destruyen y donde los ladrones entran y roban, sino que acumulen tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no destruyen y los ladrones no entrar a robar”.

No es necesario tomar esto al pie de la letra para sacarle provecho. Considere que los “ahorros celestiales” es la buena voluntad de tu comunidad, ganada por ser un miembro generoso y confiable de la comunidad. Cuando tus ahorros terrenales te fallan, tus ahorros celestiales pueden sacarte de apuros. Esto es lo que significa ser parte de una comunidad.

Almacenar tesoros en el cielo es como un sistema de energía solar conectado a la red eléctrica. Cuando tus baterías están llenas y tienes un exceso de energía lo vendes a la red y cuando tus baterías están bajas y el sol no brilla, compras de la red. Incluso con la red eléctrica, la gente sigue necesitando sus propios ahorros. La red eléctrica no es siempre fiable y cada persona necesita una ventaja para poder negociar las tarifas.

Sin ahorros individuales, la compañía eléctrica (la sociedad) puede extorsionarte cuando necesites comprar y, sin la capacidad de ahorrar, la compañía eléctrica puede extorsionarte cuando necesites vender. Uno de los objetivos de la verdadera democracia y del dinero sensato es crear una “red eléctrica” social más digna de confianza mediante un tratado de paz verdaderamente democrático.

La energía puede adoptar muchas formas diferentes: calor, cinética, eléctrica, química, etc. Las personas son generadoras y convertidoras de energía. En términos sociales, utilizamos la energía de muchas formas: dinero, capital social, deudas, bienes tangibles, conocimientos, lealtad, armas y salud. Cada día elegimos hacia dónde dirigimos nuestra generación de energía (mano de obra) y nuestro consumo mediante la forma en la que dedicamos nuestro tiempo, los productos que compramos y lo que decidimos ahorrar. Si no tenemos cuidado, podemos convertirnos en generadores que alimentan muchas distintas cargas parasitarias.

El poder democrático consiste en que un gran número de personas den una pequeña parte de su capacidad generadora a una sola persona durante un tiempo. Este poder puede utilizarse directamente para crear un ejército que satisfaga las necesidades de hoy o puede utilizarse para producir y almacenar cosas de valor. Aprovecha el poder en tiempo real de las personas que contribuyen con su tiempo y obediencia para efectuar el cambio en una dirección coordinada. El líder tiene acceso a esta mano de obra en tiempo real. Es como tener un campo masivo de paneles solares para alimentar cualquier carga que se desee. Lo más importante es que no depende de la riqueza de la gente. Existe incluso entre las poblaciones indigentes si están dispuestas en obedecer y servir a sus líderes.

El poder económico consiste en utilizar los ahorros para alquilar la capacidad generativa de otras personas. Das algo de valor relativamente bajo (para ti) para obtener algo de valor relativamente más alto (para ti). Ambas partes creen que están obteniendo algo que valoran más de lo que están cediendo. El poder económico puede utilizarse para invertir, creando así más poder económico. Otra posibilidad es que el poder económico se consuma para disfrutar o para obtener control sobre los demás.

El poder democrático frecuentemente es convertido en poder económico cobrando al pueblo y luego utilizando el valor producido para comprar la capacidad de generación de los empleados del gobierno. La tiranía generalmente depende del uso consuntivo de la energía/ahorro. Si la gente elimina su contribución voluntaria, entonces los tiranos deben depender de sus ahorros para mantener su poder, y todos los ahorros del mundo son insignifcantes al lado del poder generativo de las masas trabajando juntas.

Si un tirano está usando tu poder generativo contra tí mismo, la solución sería hacer caso a la llamada de John Galt y que jures: “Juro que por mi vida y mi amor por ella nunca viviré por el bien de otro hombre, ni pediré a otro hombre que viva por el mío”. El colapso económico es como terminan la mayoría de las tiranías, ya sea la tiranía de una multitud o la tiranía de un rey. John Galt llamó al 4% crítico (Pareto) a ir a la huelga para “frenar el motor del mundo”. Al eliminar la base imponible, de la que el 4% aporta más del 64% de los ingresos, el gobierno pierde el poder económico para comprar el poder humano de mercenarios económicos.

Tenga en cuenta que el concepto de “base imponible” es mucho más amplio que el dinero que le quita su gobierno. Si eres un empleado crítico de la generadora eléctrica local, el gobierno puede quitarte el 50% de tu sueldo, pero tu trabajo y tu creatividad están produciendo mucho más valor para la compañía eléctrica que el equivalente a tu sueldo. Si esto no fuera cierto, usted sería una pérdida neta para su empleador. Si el resto de la sociedad está utilizando esa plusvalía para oprimirte, entonces la verdadera tasa de impuestos que pagas es la diferencia entre el valor que estás produciendo para los gobernantes y el valor que la sociedad te está proporcionando a tí.

Las personas convierten su energía en riqueza a través de su trabajo y la creatividad. La riqueza se concentra cuando un propietario de una empresa paga a alguien 1 dólar por utilizar su mano de obra para crear 2 dólares de valor para la empresa. Una persona que contrata a 100 empleados generará 200 dólares a un coste de 100 dólares. En términos de Pareto, el propietario del negocio tiene ahora tanta riqueza como las otras 100 personas combinadas; el 1% de las personas controla el 50% de la riqueza. Sin el empresario, las 100 personas no habrían tenido el trabajo, y la sociedad sería menos eficaz para convertir la mano de obra en valor. Si esas personas hubieran tenido una mejor oportunidad, habrían empleado su tiempo haciendo otra cosa y ganando menos de 100 dólares.

Sin personas que generen energía, la riqueza (energía almacenada) disminuye. La riqueza es como una batería con una tasa de autodescarga. Imagina por un momento que eres el último hombre en la tierra. Tienes el 100% de toda la riqueza pero sólo una mano de obra. ¿En qué dirección tenderá su riqueza? ¿Podría mantener todo o la naturaleza hará que el óxido y el deterioro destruye casi todo lo que consideras riqueza? En el esquema general de las cosas, ¿qué implica esto sobre lo que es necesario para sacar a la gente de la pobreza? ¿Qué es más importante, la riqueza que la gente tiene hoy en día o dónde y en qué gastan su mano de obra? En cuanto las personas asumen responsabilidad de usar su poder para producir independencia personal, empiezan a ahorrar y a reducir el poder económico del tirano. La independencia aumenta tu capacidad de captar tu propio poder generativo.

La idea que intento transmitir en este capítulo es que el poder democrático (mano de obra) es la raíz de todo poder. Que la riqueza no es una fuente sostenible de poder y que la igualación de la riqueza sólo sirve para agotar las baterías de la sociedad y no hace nada para arreglar el despliegue desajustado del poder generativo de las masas. Si las masas intentan mantener la igualación de la riqueza, entonces es como un cortocircuito gigante. Todo el poder generativo de las masas fluye hacia los líderes y los líderes utilizan este poder generativo contra la acumulación de ahorros, el poder económico y la independencia individual.

Dicho esto, el poder económico es real del mismo modo que la energía en una batería es tan real como la que producen los paneles solares. La clave es que incluso el poder económico está limitado por la capacidad de las personas para agotar las baterías. Toda la riqueza del mundo es impotente sin personas motivadas para hacer la voluntad del propietario de la riqueza. El propietario es impotente para aumentar la riqueza de la sociedad sin la visión creativa y empresarial sobre cómo dirigir la mano de obra de las personas.

Explotación Corporativo de los Trabajadores

¿“Explotan” las empresas a los trabajadores pagándoles menos que el valor que producen? Investiguemoslo. Imaginemos que hay 1000 personas capaces de realizar un trabajo que produce 10 dólares de valor para una empresa. La empresa sólo tiene que pagar tanto como el “ofertante más bajo”. Si la oferta más baja es de 1 dólar, el empleador gana 9 dólares por el trabajo realizado por una persona. ¿Es esto explotación u otra cosa? La incapacidad de las 1.000 personas para coordinarse da lugar a una transferencia de poder al empresario (quien coordina). Si las 1000 personas pudieran cooperar, tal vez podrían extraer 9 del empresario (que sigue ganando 1$). Se trata de un clásico dilema del prisionero. Las preguntas son: ¿si deben y cómo deben coordinarse para captar mejor el valor de su trabajo?

Considere si la situación se invierte. Imagina que todos los productores de alimentos se coordinaran para subir los precios. Imaginemos que todos los productores de ropa pudieran coordinarse. La capacidad de subir los precios mediante la coordinación se deriva de la creación de un monopolio. El monopolio de los trabajadores podría ser una respuesta al monopolio de los empresarios, pero tal vez deberíamos abordar por qué el empresario tiene un monopolio en primer lugar.

Lo primero que debemos considerar es que cualquier empresario capaz de generar una rentabilidad de 10 veces los salarios de sus empleados, tiene unos márgenes enormes. Este debería fomentar la competencia de otros empresarios que producen productos o servicios competitivos. Estos competidores aumentarán los salarios de los trabajadores y reducirán el coste de los productos para los clientes. Esto continuará hasta que el beneficio para el empresario sea proporcional al riesgo asumido. Dicho esto, hay barreras naturales y artificiales de entrada que dan una ventaja a los que tienen capital en la utilización de la mano de obra.

Considere una empresa de excavación que posee la única excavadora de la ciudad. Supongamos que una persona con una excavadora puede cavar tanto en una hora como 100 personas con palas. Si por cavar una zanja gana 100 dólares, el propietario de la excavadora puede pagarle a alguien 1 dólar por operar la excavadora o a 100 personas 1 dólar por para que operen una pala. El propietario de la excavadora gana 99 dólares por cada hora de funcionamiento de la excavadora. ¿Es esto explotación? El propietario de la excavadora tuvo que comprarla, lo que significa que sus costes reales incluyen la mano de obra necesaria para construir la retroexcavadora. Sólo cuando la excavadora gana lo suficiente para pagarse a sí misma, empezará su propietario a ver crecer sus beneficios.

Podemos ver que los mercados parecen equilibrar las cosas mientras haya competencia. La competencia supone que todos los recursos pueden obtenerse de múltiples fuentes independientes. Si se puede restringir la competencia, entonces es como un propietario de una excavadora que impide a cualquier otro operar excavadoras. Los que monopolizan las áreas de negocio ganan la mano de obra. Obsérvese que la propiedad intelectual (PI) no es más que un monopolio legal y la consecuencia es que los propietarios de la propiedad intelectual se imponen sobre la mano de obra. Abordaremos a la PI en un siguiente capítulo.

Anteriormente hemos descrito la medida de una verdadera democracia como la capacidad del pueblo para alcanzar un nuevo consenso, la capacidad de efectuar el cambio. Las DSDN trabajan para socavar el poder del pueblo para así alcanzar un nuevo consenso. Buscan mantener su monopolio sobre el consenso. Todo este libro está dedicado a explorar cómo la gente puede organizarse para mantener su capacidad de alcanzar un nuevo consenso y efectuar cambio. Está dedicado a explorar formas en las que podemos escapar del dilema del prisionero. ¿Puede alguna de las técnicas que hemos aprendido ayudar a los trabajadores atrapados en el dilema del prisionero?

La respuesta típica es que los trabajadores formen un sindicato. Un sindicato permite la negociación colectiva con el objetivo de crear un “monopolio” de las competencias requeridas por la empresa. Para evaluar si los sindicatos son la solución debemos preguntarnos si cumplen con los principios de la democracia y los principios de minimización del riesgo moral. ¿Es voluntaria la afiliación al sindicato? Si no lo es, viola los principios democráticos. ¿Todos los miembros del sindicato ganan lo mismo?

Si es así, el resultado es el mismo que el de una cena en la que se reparte la cuenta, pero a la inversa. En lugar de que cada persona intente comer lo máximo posible a coste de los demás, cada persona trata de hacer lo menos posible por el mismo sueldo. La productividad por empleado caerá mientras el salario aumenta. Los sindicatos tienen los gastos generales y los que dirigen el sindicato se benefician como el propietario de un restaurante que exige que todos se repartan la cuenta. Si fueramos a construir un sindicato, éste debería regirse por los principios de la verdadera democracia.

La explotación es subjetiva y supone que el empresario se beneficia “excesivamente” del trabajo de otros. Es difícil medir el grado en la que un empleado individual se beneficia de la empresa. Podríamos estimar que la relación entre la remuneración y la productividad de los empleados sigue una distribución de Pareto. Lo que significa que algunos empleados son altamente explotados por un lado y otros son gastos netos para la empresa. En general, el propietario de la empresa tiene incentivos para identificar y despedir a las personas que son una “pérdida neta”, excepto en los casos de nepotismo o fraude a los accionistas. Los directivos que defraudan accionistas mediante planes de compensación es otro ejemplo de riesgo moral.

Lo único que sabemos es que toda la riqueza es creada por el poder de las personas y que la consecuencia del dilema del prisionero es la concentración de la riqueza en manos de unos pocos. ¿Es este exceso de riqueza el resultado del trabajo duro y legítimo y de la asunción de riesgos del propietario de la empresa? ¿Realmente asumió el propietario todos los riesgos si se trataba de una empresa con responsabilidad limitada? ¿Se contabilizan todos los costes externalizados de la empresa o se trasladan a la población? ¿Qué pasa con el coste social de la dependencia individual creada por las relaciones laborales de jornada completa? ¿Puede una verdadera democracia sostenerse con una población de empleados dependientes de los jefes supremos de las empresas?

Una cosa es cierta: contratar a la persona dispuesta a trabajar por el salario más bajo es lo más eficiente desde el punto de vista económico. Consumirá la menor riqueza y producirá la mayor riqueza. Esa persona es la que más necesita el trabajo y la que menos oportunidades tiene de producir valor para la sociedad. Sin embargo, la riqueza producida se concentra y la concentración es lo que lleva a la distribución natural de Pareto de la riqueza.

En resumen, los empleados no están siendo explotados sólo porque un empleador gane 10 veces el valor que pagan de salario y cualquier intento de sindicalización acabará fracasando la sociedad debido al riesgo moral. Una sociedad que busque nivelar el campo de juego podría exigir alguna forma de compensación de capital o de reparto de beneficios para los empleados. Esto también es un reto porque los beneficios se derivan de la inversión del propietario de la empresa (en excavadoras) y cualquier reparto obligatorio de beneficios con los empleados equivaldría a convertir a los empleados en propietarios parciales de una excavadora que no han tenido que pagar.

Derribar a la Democracia mediante el Poder Económico

En una sociedad con un orden social y unos derechos de propiedad relativamente estables, el poder económico puede ser utilizado por los prósperos para ganar poder político. Esto se consigue mediante un proceso de creación de dependencia. Una vez alcanzada la dependencia, el poder generativo del pueblo puede ser explotado por otra persona.

Considere una persona que lleva trabajando en el mismo empleo durante 30 años. Se ha vuelto dependiente de su empleador y pueda que sus habilidades ya no son lo suficientemente flexibles como para ser productivas en otro lugar. El empleador carece de incentivos para aumentar el salario y puede captar cada vez más el poder productivo del empleado. Para ganar independencia, el empleado tiene que pasar por un periodo de bajos ingresos y desempleo/subempleo mientras mientras a producir valor sin depender de su empleador de toda la vida. Si no puede acumular suficientes ahorros para sobrevivir a un periodo de desempleo, entonces se verá esclavizado y su propio poder produce la riqueza que da lugar a su esclavitud.

Imagine que tenga la suerte de vivir en una verdadera democracia donde las reglas del poder relativo, el bajo acoplamiento y alto encapsulamiento están en juego y donde el juego político de los partidos políticos impiden que el poder fluya hacia las mismas personas de siempre. ¿Qué pasaría si todo el mundo trabajara para la misma empresa? ¿Qué pasaría si alguien acumulara tanta riqueza que pudiera comprarse un puesto en la cima de los desempates? ¿Qué pasaría si tanta gente se volviera dependiente de una empresa que su dependencia corrompiera su voluntad de independencia? El pueblo podría optar por rescatar a las instituciones que lo esclavizan en lugar de mantener la verdadera democracia.

Está claro que el corporativismo es una amenaza para la verdadera democracia y que cualquier democracia verdadera debe establecer reglas y una cultura que defiende contra este tipo de fracaso. Esto no es tan fácil si se tiene en cuenta que las empresas no son más que un medio alternativo para crear comunidades voluntarias.

Una empresa es un grupo de personas que sigue un proceso de consenso con un líder elegido por los accionistas. Si una persona posee el 51% de las acciones, la empresa es un reino sin tierra (a menos que cuente la propiedad intelectual como tierra virtual). El rey está interesado en hacer crecer su reino y lo hace aumentando el número de personas sobre la que puede influir. Cuanto más productivos sean sus ciudadanos (empleados), más se enriquecerá su reino.

El rey es dueño de todo el terreno (propiedad del negocio) y los empleados trabajan la tierra por un salario. Tanto en su estructura como en sus estatutos son muy parecidos la empresa y el feudalismo, y los empleados y los siervos. La propiedad intelectual y las licencias comerciales son los nuevos monopolios de terrenos, también conocidos como feudos. Quizás lá única diferencia mínima es que los empleados pueden cambiar de empresa; sin embargo, a medida que las empresas crecen, trabajan para minimizar la capacidad de los empleados de trasladarse a la competencia.

Una democracia puede elegir un rey, pero la estructura de la sociedad puede seguir siendo de naturaleza feudal si se permite que las corporaciones crezcan y monopolizan las industrias por su gran tamaño y la dependencia que tiene la gente en ellas tanto para empleo como para productos. Una parte de cualquier tratado de paz deben ser medidas de defensa contra el crecimiento de las grandes empresas.

Esto podría considerarse como un sistema “antimonopolio generalizado”. Si se siguen los principios de la verdadera democracia, entonces cada comunidad tomaría medidas para proteger su propia independencia. Esas medidas pueden incluir tarifas o prohibición de las “importaciones” de las empresas igual que prohibimos las importaciones de un imperio extranjero. Del mismo modo, se limitarían las “exportaciones” de mano de obra a cualquier entidad corporativa que se haga demasiado grande. Una empresa grande podría ser considerada como una comunidad extranjera y sus empleados como miembros de otra comunidad. En este caso, no se puede ser miembro de la comunidad local y a la vez trabajar como empleado de una empresa que no es propiedad de los miembros de su comunidad local.

Los grandes gigantes corporativos no existirían en una verdadera democracia. Esto tiene consecuencias masivas para la gente adaptadas a las cadenas de las comodidades modernas. Las economías de escala permiten procesos de fabricación que requieren decenas de miles de millones de dólares en fábricas. Si impedimos que las grandes empresas crezcan, puede que estas fábricas nunca se creen y puede que nunca tengamos iPhones. Eso no es exactamente cierto. El mundo sólo ganaría iPhones una vez que la capacidad productiva de una pequeña comunidad de 50.000 personas acumulara el capital productivo para patrocinar su propio centro de fabricación de iPhone en gran medida independiente del resto del mundo.

Apple es una de las mayores empresas del mundo (por valoración) y funciona creando un ecosistema muy acoplado y estrechamente integrado. Lo controlan todo, desde la fabricación del chip hasta el método de pago. Una vez que se entra en su ecosistema es relativamente más difícil interoperar con productos de fuera de su sistema. A medida que Apple crece, expulsa a sus competidores de su ecosistema. Los que desean permanecer pagan un impuesto Apple del 30% para acceder a los clientes de Apple.

Apple es un ejemplo para la construcción de una comunidad independiente. Esta comunidad está gobernada por el Rey Cook, que heredó el reino del Rey Jobs. Apple crea incentivos para que la gente permanezca dentro de su “jardín amurallado” y persigue agresivamente a la integración vertical de su cadena de suministro. Este es un ejemplo de una grande comunidad voluntaria no-democrática. La sociedad empodera a las empresas como Apple al concederles los monopolios a través de la propiedad intelectual.

El corporativismo es contrarrestado en gran medida por verdaderas democracias que protegen la independencia de su pueblo. La sociedad puede llegar a proporcionar muchos de los bienes y servicios que proporcionan las grandes empresas, pero tendría que innovar la capacidad de hacerlo de una forma más descentralizada. Ceder a la tentación de hacer avanzar la tecnología lo más rápidamente posible mediante la creación de grandes corporaciones es una de las formas más rápidas de perder una verdadera democracia y quedar esclavizados a los intereses corporativos por nuestro deseo de comodidad.

Capítulo 13 - Asignación de Recursos Naturales

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Asignación de Recursos Naturales

Cuando era niño, mis padres nos enseñaron a mi hermano y a mí como partir una galleta sin disputas. Si mis padres partían una galleta y luego lo distribuían a trozos, entonces pelearíamos por quién se quedaba con que mitad. Era imposible dividirlo “perfectamente”, por lo que siempre había una disputa.

Mis padres se cansaron de tener que resolver la disputa por lo que nos dieron una nueva estrategia. Uno de nosotros tendría la tarea de dividir la galleta, el otro tendría derecho a elegir qué mitad querían. Para decidir quién era el divisor y quién elegía, lanzábamos una moneda al aire o nos turnábamos.

El resultado de este algoritmo es que el divisor sería meticulosamente justo, porque se supone que el que elige puede elegir la mejor mitad. Al aceptar este algoritmo, no habían más disputas y, por lo tanto, no necesitábamos una autoridad superior para resolver nuestras disputas. Se podría decir que teníamos un algoritmo libre de riesgo moral para generar consenso y que evitaba una disputa física bajo la ley de la jungla.

Una de las mayores disputas que enfrenta la humanidad es cómo asignar los recursos del mundo. A diferencia de mi hermano y yo, la humanidad no tiene la opción de dejar que nuestros “padres” lo resuelvan por nosotros.

Creo que es hora de una advertencia. Este capítulo puede provocar fácilmente a los de la perspectiva capitalista, socialista y comunista. El concepto de “propiedad” está muy ligado a nuestra identidad, por lo que cualquier discusión que cuestione nuestra creencia sobre lo que nos corresponde se ve como una amenaza contra nuestra persona. Discutí mucho la exclusión de este capítulo del libro debido a la facilidad con la que las ideas presentadas pueden usarse para agruparme en una categoría preconcebida.

Por lo tanto, les pido tengan en cuenta que mis creencias fundamentalmentes son el comercio voluntario, la asociación voluntaria y la membresía voluntaria en una comunidad y que todas las “reglas” deben limitarse a una comunidad de participación voluntaria. El proceso voluntario basado en el consentimiento debería ser atractivo para los capitalistas. Dicho esto, lo que estoy a punto de presentar sugiere que las personas racionales se someten voluntariamente a algo que podría interpretarse como algo socialista o comunista si uno se adhiere demasiado a sus nociones de propiedad.

Después de pensarlo mucho, me topé con una teoría racional y lógicamente consistente de la asignación de propiedades. Me hice una pregunta fundamental: “*¿Cómo distribuimos los recursos naturales inmerecidos del universo de manera justa entre todas las generaciones?”

La respuesta a esta pregunta es fundamental para las personas que intentan negociar derechos a través de un tratado de paz comunitario. Sin una buena respuesta, sin darte cuenta, podrías acordar un tratado desequilibrado o insostenible. Sería como si mi hermano me engañara para que escogiera el trozo más pequeño de la galleta o como Jacob le ofreciera a Esaú un plato de estofado a cambio de su derecho de nacimiento.

Esta pregunta es un desafío, incluso para los libertarios, porque llega al mismo corazón de los derechos de propiedad. ¿Cómo determinamos qué es tuyo y qué es mío? ¿De dónde provienen estos derechos? Los libertarios sostienen que apoderarse de la propiedad sin permiso es un acto de agresión y de esto concluyen que los impuestos son un acto de agresión; sin embargo, para que sea un acto de agresión, el libertario primero debe establecer una base de su declaración sobre la propiedad.

¿Quién es el dueño de la luna, el océano, la tierra y el aire? ¿Tienen Adán y Eva derechos de propiedad eterna sobre el 50% de la Tierra o es Adán dueño del mundo porque llegó primero? Lo que quiero decir con esto es que ellos pueden elegir cuál de sus hijos se quedará con su propiedad cuando mueran. Sus hijos deciden cómo repartirlo entre sus hijos y así sucesivamente hasta el día de hoy. Si Caín mata a Abel, ¿podrá quedarse con la propiedad de Abel? ¿Y los descendientes de Caín?

¿Para demostrar un demostrar un título limpio de propiedad se requiere documentar todas las transferencias desde la Génesis? Esto, después de todo, es la base de la propiedad de la criptomoneda. Todas las transferencias se registran en un libro mayor públicamente verificable y los bitcoins son solo suyos en virtud de la capacidad de rastrear la propiedad hasta el bloque génesis.

Debería ser obvio que demostrar título claro para cualquier cosa es imposible. Además, uno debe hacerse la pregunta, ¿por qué tienen Adán y Eva derecho a controlar la definición de propiedad legítima para toda la eternidad? ¿Sería cada nueva generación obligada en reconocer los derechos de propiedad asignados por la generación anterior?

¿Es una base adecuada el “primero en llegar, primero en servir” para asignar inicialmente una propiedad sin dueño? ¿Tiene esta generación el derecho a consumir todo el petróleo y las selvas tropicales y luego pasar las ganancias a sus hijos favoritos? ¿Tiene esta generación el derecho a asignar todos los derechos mineros por toda la eternidad? Estas son las preguntas que me llevaron a considerar un enfoque alternativo a los derechos de propiedad.

La mayoría de las personas tiene un sentido innato de la justicia que comienza desde la niñez. Tenemos una idea de lo que consideramos “nuestro”. Esto generalmente incluye cosas que tocamos primero, cosas que creamos o cosas que vimos primero. De ahí fluye a las cosas que compramos a otros. Además de esta base, presentamos contratos que representan acuerdos mutuos entre personas sobre cómo, cuándo y si se transfieren los títulos de propiedad.

Mientras que algunas personas respetan naturalmente la propiedad y los contratos de otras personas, otros optan por seguir el enfoque de la propiedad en el que el poder-hace-el-bien. Esta es la ley de la jungla y es lo que ha gobernado en gran medida cómo se asigna la propiedad a través del robo, las guerras y los impuestos. En la jungla, la posesión es un 9/10 de la ley. En la práctica, la mayoría de los derechos de propiedad se rigen por el respeto del statu quo. Lo que fue tuyo ayer es tuyo hoy. Si puede mantener el control sobre la propiedad durante el tiempo suficiente, la gente olvida cómo la obtuvo y se convierte en suya.

Encuentro que todos los sistemas anteriores son lógicamente inconsistentes. Antes de que uno pueda contratar por una propiedad, debe poseerla. La fuerza, el fraude, el robo y la extorsión no son medios válidos para adquirir bienes en virtud de un tratado de paz. Los sistemas establecidos por consentimiento mutuo en una generación no pueden ser vinculantes para las generaciones posteriores porque los contratos solo son válidos si las partes tienen la capacidad de dar su consentimiento y están negociando como iguales. Las generaciones futuras no pudieron dar su consentimiento y no estuvieron presentes para negociar. Argumentar lo contrario es asumir que el niño es sometido para siempre a la esclavitud debido a los contratos de sus padres.

Es evidente que, en la práctica, la propiedad se asigna por la ley de la selva. Los partidos más fuertes conquistan a los más débiles. Los vencedores escriben los libros de historia y redefinen los derechos de propiedad. Los derechos de propiedad se hacen cumplir mediante la violencia o la amenaza de la misma. Cualquier sistema nuevo de derechos de propiedad debe tener en cuenta esta tendencia natural de la humanidad y debe corregir gradualmente esa “mala conducta” en lugar de agravarla. Dicho esto, clasificar la guerra, el robo y el fraude como “mala conducta” supone un tratado de paz existente y, según la ley de la selva, tal “mala conducta” no es ni más “buena” ni más “mala” que un tiburón comiendo otro pescado.

Desde la perspectiva de una comunidad en la que todos los derechos se derivan de un tratado de paz entre individuos independientes, debemos preguntarnos cómo debemos negociar. El objetivo de negociar es alcanzar la paz y tener una paz duradera sabiendo que negociamos desde una posición teóricamente de fuerza igual.

Apliquemos la lección de los hermanos que dividen una galleta a la tarea de los derechos de propiedad. Imagínese que la humanidad tuviera que diseñar un sistema para asignar derechos de propiedad que represente plenamente a todas las generaciones.

Imagina que te encomiendan la tarea de dividir el universo entre personas de todas las generaciones y que alguien a quien no le gustes tiene que decidir qué porción obtienes y en qué generación naces. ¿Le daría a la primera generación el derecho de asignar a las futuras generaciones? ¿Darías al vencedor el botín de guerra? ¿Quieres dejarlo al azar? Hablando históricamente, las probabilidades de obtener la mejor parte de la galleta no estarían a su favor.

Al reflexionar sobre esta pregunta, se me ocurrió un proceso para la herencia universal. Asumo que cada día es un nuevo día y que cada generación merece una división equitativa de los recursos naturales inmerecidos del universo. Un multimillonario que adquirió sus riquezas extrayendo petróleo del suelo niega a las generaciones futuras esos recursos y la riqueza ganada la transmite a sus hijos.

Toda la riqueza se deriva de los recursos naturales inmerecidos extraídos en el pasado y comercializados entre generaciones anteriores. De acuerdo, la gente mezcla cosas con su trabajo para hacer que los recursos naturales sean más valiosos, pero eso no niega su dependencia de los recursos naturales. Muchos de estos recursos se consumen en el proceso y ya no existen. Lo que queda son otras formas de riqueza acumuladas por el consumo de petróleo, la fertilidad del suelo y las selvas tropicales.

Para que las cosas sean justas entre generaciones, propongo que a cada persona se le preste una parte de los recursos de la tierra durante una larga vida humana. Esto se basa en la premisa de que los miembros de una generación nunca estarían de acuerdo en dar a la generación anterior términos más favorables suponiendo que todas las generaciones estuvieran representadas por abogados competentes.

Desde esta perspectiva, cada año algún porcentaje de los recursos de la Tierra debería redistribuirse a la “generación actual” de modo que a lo largo de una vida los recursos (riqueza) se pasen de manera justa (uniforme) de una generación a la siguiente. Si asumimos que la mayoría de las personas viven menos de 100 años, entonces la tasa de herencia resultante debería ser de alrededor del 5% anual.
Esto redistribuiría el 99,5% de la riqueza inicial durante 100 años. Esta “redistribución” no es más que un “pago de préstamo” por una generación y una emisión de préstamo a la siguiente.

Desafortunadamente, no toda la “riqueza” es fungible y divisible. ¿Cómo se divide la “Mona Lisa”? es más, no hay unidad de valor, ya que todo su valor está en el ojo del espectador. No es posible establecer un valor objetivo para la “Mona Lisa”. Dada la falta de soluciones algorítmicas para manejar todas las clases de riqueza, nos queda el desafío de alcanzar un consenso político imperfecto que respete el principio de que todas las personas heredan una parte igual durante 100 años.

Si un grupo de personas se une y establece un nuevo tratado de paz (también conocido como constitución), ¿cómo sabrían qué sería justo pedir? Armados con la lógica de dividir el universo de manera justa a lo largo de las generaciones, la gente esperaría que algún tipo de herencia universal pasara la propiedad de generación en generación.

Una forma sencilla de implementar un préstamo universal de recursos es emitir la moneda comunitaria de manera uniforme a todas las personas de la comunidad. Cada año, la oferta monetaria aumentaría un 5% y la moneda recién emitida se dividiría entre las partes del tratado de paz comunitaria. Dado que la moneda es efectivamente un derecho sobre los recursos futuros, esta inflación implementaría de manera sencilla y transparente el principio de herencia universal.

Otra forma de aumentarlo sería implementar un sistema de impuestos a la propiedad para bienes raíces y distribuir los ingresos de manera uniforme a todas las partes del tratado de paz. Otra es exigir que todas las empresas subasten el 5% de su capital cada año, lo que podría verse como el precio de la responsabilidad limitada. Ninguna de estas ideas es perfecta, pero son un paso hacia la implementación de una transferencia justa de activos de generación en generación, como si se implementara un impuesto directo sobre el patrimonio del 5%.

Estabilidad Económica

Una comunidad necesita tener un conjunto de reglas que sea estable a lo largo del tiempo o eventualmente colapsará. Una concentración de la riqueza es una forma de poder y se distribuye entre la sociedad a través de una distribución de Pareto. En un mercado libre con comercio voluntario, el capital (y el poder) se concentrarán para obtener mayores economías de escala y eficiencia. Esto hace bajar los precios para todos, pero concentra la riqueza. La riqueza es una forma de poder que se gana con el comercio y no con los votos.

La historia ha demostrado que los intentos de igualar la riqueza a través del comunismo fracasan. Hace que todos menos la clase dominante se empobrezcan por igual y solo puede ser impuesta por una tiranía. La gente volverá a la ley de la jungla en una revolución violenta después de haber pasado suficiente tiempo bajo una clase dominante comunista.

La historia también ha demostrado que cuando la desigualdad de riqueza “capitalista” alcanza proporciones extremas de Pareto (en lugar de 80:20 se acerca a 90:10 o 99: 1), la gente se rebela y la revuelta suele ser liderada por comunistas. Los gobernantes comunistas harán campaña para redistribuir la riqueza para elevar el nivel de vida de todos, pero en el proceso concentrarán más la riqueza (en forma de poder) y no cumplirán sus promesas.

La riqueza y el poder están firmamente unidos. Cualquier tratado de paz debe tomar medidas para asegurar que ni la riqueza ni el poder se concentren más allá de una saludable distribución de Pareto. Esto significa que no se puede concentrar el poder en nombre de la descentralización de la riqueza ni se puede permitir la concentración de la riqueza hasta el punto de crear una concentración de poder que se refuerza a sí misma.

Este juego de ping pong entre la extrema desigualdad de riqueza y la extrema desigualdad de poder impide que la sociedad alcance su máximo potencial porque se autodestruye. La sociedad parece ser más estable con una gran clase media y una distribución de Pareto más conservadora (quizás 70:30).

Cualquier tratado de paz debe tener en cuenta la necesidad de proteger tanto del comunismo extremo como de la desigualdad extrema de riqueza. Es por esta razón que puede tener sentido un “impuesto sobre el patrimonio” fijo cuyos ingresos se distribuyan uniformemente entre la población. La redistribución algorítmica está diseñada para evitar que los ingresos fiscales otorguen poder a intereses especiales y “planificadores centrales”.

Esto no se puede exagerar, porque el comunismo normalmente fracasa porque los gobernantes toman una gran parte de la “riqueza” que gravan, lo que aumenta su poder. Una redistribución algorítmica niega a los gobernantes ese poder y, por lo tanto, reequilibra la riqueza sin concentrar el poder.

Un efecto de dicho impuesto sobre el patrimonio es que existiría un equilibrio en el que la cantidad que paga en el impuesto sobre el patrimonio es igual al beneficio que recibe de una distribución equitativa. Esto significa que la gran mayoría de la gente no pagaría el impuesto sobre el patrimonio neto. También significa que quienes tienen riqueza deben usarla de manera productiva para generar ingresos suficientes para pagar el impuesto a la propiedad o la perderán gradualmente.

Esto maximiza la utilización de activos para aumentar la productividad de la sociedad al mismo tiempo que minimiza la creación de una burocracia gubernamental. Se convierte en un impuesto sobre los activos improductivos.

La implementación de una herencia básica tiene consecuencias que deben reconocerse. Cuando le das a las personas una herencia, es posible que se inclinen a vivir cerca de la pobreza en lugar de trabajar. Existe una utilidad marginal en sus ingresos donde el primer dólar ganado vale mucho más que el millonésimo. También hay una utilidad marginal en su tiempo libre. En un mundo sin ingresos básicos, alguien debe cambiar su tiempo libre para trabajar por dinero. En este caso, están trabajando por su “primer dólar”, que es su dólar más valioso porque sin él mueren. Una vez que han perdido su tiempo, tiene sentido maximizar la productividad. Después de todo, si debe trabajar duro ocho horas al día, tambien podría trabajar duro por 50 dólares la hora en lugar de 10 dólares la hora. De cualquier manera, está pagando el mismo precio: ocho horas de arduo trabajo.

Sin embargo, si obtuvo un ingreso equivalente a $ 5 por hora pero no tuvo que trabajar duro, entonces trabajar duro por $ 10 o incluso $ 50 podría ser menos atractivo que no tener que trabajar en absoluto por solo $ 5 por hora. En efecto, el costo de pasar de $ 5 por hora de herencia gratuita a $ 55 por hora es de ocho horas de arduo trabajo. La utilidad marginal de 50 dólares adicionales por hora podría ser menor que el valor de ocho horas de trabajo duro.

Esto se puede observar en todo el país por la dificultad de encontrar trabajadores especializados que realicen un trabajo arduo en un entorno donde hay un desempleo récord. Una comunidad podría encontrar que la falta de incentivos para hacer el trabajo duro reduce la producción total de riqueza y, en última instancia, reduce la herencia a un punto en el que la gente tiene que trabajar duro para sobrevivir.

Por esta razón, una comunidad sabia debería vincular la herencia a los ingresos del trabajo correspondiente. Debe ganar $ 5 a través del trabajo arduo de tiempo completo antes de poder reclamar $ 5 de su herencia a la comunidad. Cualquiera que no tenga un empleo remunerado no calificaría para una herencia. Desde la perspectiva de la negociación de un tratado de paz entre generaciones, Adán y Eva tuvieron que trabajar muchas horas solo para sobrevivir y mejorar su nivel de vida. Puede que hayan “heredado el mundo”, pero aun así tuvieron que pagar el precio del “trabajo duro”.

De ello se deduce que todas las generaciones deberían tener que pagar el mismo precio de “trabajo duro” para que no obtengan el mejor final del trato. Después de todo, si estuviera partiendo la galleta y tuviera que elegir entre una participación igual de 10,000 a. C. y una participación igual de 2020, ¿cuál elegiría? ¿Cuál te exigiría más trabajo duro solo para sobrevivir?

La realidad es que una sociedad productiva creará de forma natural excedentes que beneficiarán a la próxima generación. Esto es necesario para que la humanidad prospere y crezca. No deberíamos intentar limitar a las generaciones futuras en un intento de hacer a todos “iguales”, del mismo modo no deberíamos intentar hacer a todos “iguales” en esta generación. Si bien es correcto que un cierto porcentaje de la población desaprovechará sus recursos, es igualmente cierto que los ricos también desaprovechan recursos.

Los argumentos basados ​​en la eficiencia tienden hacia algún otro sistema de derechos de propiedad. La presunción es que alguien, en virtud de sus propios valores sesgados, sabe cómo asignar los recursos mejor que los demás. La presunción es que ciertos bienes económicos y experiencias son mejores que otros. La presunción es que los ricos de hoy se lo han “ganado” en virtud de su propia inteligencia y pueden invertirlo mejor. La presunción es que un extremo de la curva de campana que desperdicia los recursos que se les otorga supera al otro extremo de la curva de campana que los usa en medios mucho más productivos. La presunción es que unos pocos planificadores centrales ricos pueden invertir mejor los recursos que los propios empresarios que sirven a las masas quienes votan por los productos y servicios gastando su herencia.

En otras palabras, la eficiencia económica es un argumento sesgado que se utiliza para justificar un statu quo sesgado. Presupone que ciertas metas son más altas que otras. Supone que algunas personas no tienen derecho a participar em influir en los bienes y servicios que se proporcionan. En efecto, una herencia universal se convierte en la democratización de los derechos económicos al voto en el mercado. De repente, los libertarios que abogan por un sistema de derechos de propiedad del statu quo donde no hay “coste para mantener la propiedad” comienzan a sonar como estatistas de planificación central que saben mejor cómo manejar la economía.

La ironía es que un impuesto sobre el patrimonio también es “planificación central”, por lo que todos somos “culpables” de la planificación central. Lo único que no está planificado de forma centralizada es la ley de la jungla, en cuyo caso no hay más propiedad que la que puedas defender físicamente. Cualquier sistema que permita que la desigualdad de la riqueza aumente demasiado, finalmente volverá a la ley de la jungla cuando los pobres se levanten y quemen el lugar. Es probable que una redistribución gradual de la riqueza cree una sociedad más estable y próspera que una que atraviesa una agitación violenta cada dos generaciones. Una sola guerra mundial o un genocidio pueden hacer retroceder a la humanidad siglos de progreso, especialmente si se considera el impacto de los retornos compuestos.

Qué compraría su herencia?

La propiedad inmobiliaria global total tiene un valor de alrededor de $ 217 billones distribuidos entre 7 mil millones de personas, o alrededor de $ 1500 por persona por año. Las existencias globales totales rondan los $ 100 billones o $ 1200 por persona por año. La oferta monetaria mundial total también es de alrededor de $ 100 billones (y está creciendo rápidamente). En total, esto les daría a todos, incluidos los miles de millones de personas pobres y hambrientas en África, India y China, un ingreso total de alrededor de $ 4000 por año o $ 333 por mes. Esto es mayor que el ingreso medio familiar per cápita (por persona) mundial. Es más de cuatro veces el ingreso medio en África. ¡Hablando sobre el impacto de la pobreza mundial!

Obviamente, implementar un proceso de distribución de este tipo a nivel mundial es difícil y no muy atractivo para los ciudadanos de los países industrializados más ricos. Dicho eso, si aplicamos el mismo proceso solo a los bienes y ciudadanos de los Estados Unidos, llegaríamos a un número de alrededor de $ 15,000 por año, lo que colocaría instantáneamente a todos por encima de la línea de pobreza (hasta que se alcance un nuevo equilibrio de precios).

El objetivo de esta discusión es demostrar que usando un proceso derivado de los primeros principios podemos derivar un ingreso básico que está en el mismo rango que lo que se propone a menudo. Además, podemos hacerlo no preguntando cuánto dinero “se necesita”, sino preguntando cuánta riqueza está disponible para “pasar a la siguiente generación” al 5% anual.

En resumen, un “impuesto sobre el patrimonio” del 5% anual daría a todos un ingreso por encima de la línea de pobreza sin violar los derechos de propiedad negociados de manera justa de ninguna generación. Este impuesto sobre el patrimonio en los EE. UU. Significaría que cualquier persona con bienes de menos de $ 300K de valor, en efecto, no pagaría impuestos, ya que su impuesto sería igual a su herencia. Esto significa que casi el 75% de los estadounidenses no pagarían impuestos sobre el patrimonio porque su herencia sería mayor que su obligación tributaria.

Además, aquellos con activos superiores a $ 300K en valor probablemente obtengan más del 5% de los ingresos pasivos de esos activos. Aquellos que no usan sus activos de manera productiva (ganando más del 5%) los perderán lentamente para la próxima generación a lo largo de su vida.

Dado que todo el mundo estaría “por encima del umbral de la pobreza”, ya no habría necesidad de otros servicios de asistencia social, comprobación de medios, etc. La matrícula escolar podría pagarse fácilmente con los ingresos básicos de los niños. Las órdenes de manutención de menores podrían eliminarse.

La Necesidad no es una base para los Derechos de Propiedad

Casi la mitad de los estadounidenses apoyan un ingreso básico universal (UBI - Universal basic income), pero los libros existentes sobre el tema abordan el concepto desde un enfoque basado en las necesidades. El enfoque de la UBI basado en las necesidades naturalmente rechaza a quienes están en contra del estado de bienestar, especialmente a los libertarios. Los argumentos libertarios existentes en apoyo de una UBI tienden a enfocarse en una justificación del menor de los males en lugar de derivar un argumento de los primeros principios, siendo esta, que la UBI es mejor que los sistemas de bienestar de alto costo existentes.

Los filósofos políticos y los economistas han propuesto muchas implementaciones diferentes de la UBI, casi todas las cuales terminarán en hiperinflación y destrucción económica. El argumento basado en las necesidades para la UBI crea una cadena económica insostenible de eventos donde la UBI desencadena aumentos de precios, lo que desencadena aumentos adicionales basados ​​en las necesidades de la UBI.

Es posible sustentar una herencia universal, apoyado por un impuesto sobre el patrimonio y al mismo tiempo ser un libertario lógicamente coherente y económicamente sólido. De hecho, puede ser la única teoría lógicamente consistente de los derechos de propiedad que podría ser ampliamente aceptada por las masas mientras corrige automáticamente el pasado y las injusticias.

Por otro lado, esta posición matizada podría perderse en las masas que no entenderían la razón detrás de su herencia. Sin una comprensión adecuada, las masas pueden simplemente pedir “más” siempre que su herencia no apoye el nivel de vida que desean. A través de su propia ignorancia y deseos egoístas, las masas pueden convertir rápidamente un sistema económico estable (5% por año) en un sistema comunista inestable que obliga a todos al mínimo denominador común. Sólo mediante la educación continua y la afirmación de una generación a la siguiente puede un pueblo esperar crear y mantener tal sistema sin ser víctima de la corrupción filosófica.

Todos los derechos de propiedad se derivan de un tratado de paz acordado por partes independientes capaces de negociar libremente con la capacidad de decir “no”. Una sociedad sabia negocia un tratado de paz que es sostenible a lo largo de muchas generaciones y no se ve socavado a medida que evoluciona con el tiempo el equilibrio de poder entre las partes del tratado.

Capítulo 14 - Los Contratos Inteligentes (1ª parte)

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Los Contratos Inteligentes

¿Qué es un contrato? ¿Por qué son vinculantes? ¿Cómo se hacen cumplir? Firmamos contratos todo el tiempo y pagamos a los abogados una tonelada de dinero en el proceso, pero ¿cuántos de nosotros nos hemos parado a pensar en los principios que respaldan los contratos? ¿Deben ser ejecutables todas las promesas o sólo aquellas vinculadas a una contraprestación? ¿Por qué sí o por qué no? Las respuestas a estas preguntas revelan principios sutiles que son fundamentales para sostener una verdadera democracia.

Murray Rothbard y Williamson Evers desarrollaron la Teoría de la Transferencia del Título del Contrato, del cual creo que contiene conceptos críticos para una verdadera democracia. La derivación de Rothbard de los derechos de propiedad se basa en la teoría del “homesteading” o “primer uso” y es muy diferente de mi derivación de derechos de propiedad como un tratado de paz. Dicho esto, sigue siendo relevante su teoría de los derechos de propiedad definido.

Mientras que otras filosofías reivindican los “derechos” como axiomas fundamentales derivados de posturas morales axiomáticas como el “principio de la no agresión”, yo sostengo que no hay apoyo en la naturaleza para sus principios. En el mejor de los casos, sus filosofías equivalen a una propuesta de tratado de paz. Aunque rechazo sus axiomas como tales, creo que hay amplias lecciones que se pueden aprender de la obra de Rothbard sobre cómo diseñar un tratado de paz lógicamente consistente y aplicable (es decir, una verdadera democracia).

Uno de los aspectos más importantes de un tratado de paz es definir quién es dueño de qué, cómo cambia la propiedad y cómo se resuelven las disputas. Cualquier confusión sobre la propiedad crea conflicto y se supone que el conflicto se resuelve con un tratado de de paz. Por lo tanto, se deduce que el tratado de paz debe definir el proceso por el que los individuos pueden contratar con respecto a su propiedad, de forma en la que se minimice la ambigüedad. Esto plantea a su vez la cuestión de qué constituye un contrato válido y cómo se debe hacer cumplir?

Antes de explicar lo que esto significa, repasemos cómo funcionan los contratos hoy en día. Los contratos son generalmente combinaciones de promesas para “hacer” o “dar” algo. Si compras un café, se contrata verbalmente el título de propiedad del dinero en efectivo, a condición de recibir el título de propiedad de una taza de café. Este contrato no necesita estar escrito para captar la intención de las partes.

Este es un ejemplo de un contrato de “dar”. Un contrato “para dar” podría representarse fácilmente en una blockchain como un contrato inteligente, suponiendo que se crearan “títulos digitales” vinculados a una cosa física. Un contrato “para hacer” podría ser algo así como un contrato de trabajo. Aquí prometes trabajar 40 horas en una fábrica de clavos de herradura la próxima semana y otra persona promete pagarte en efectivo. En el caso de que decidas no trabajar podría considerarse un incumplimiento de contrato. En este caso simplemente no se le paga; sin embargo, en el peor de los casos “podría perderse el reino”. Recordemos el dicho del capítulo sobre el diseño de la independencia:

Por falta de un clavo se perdió una herradura,

por falta de una herradura, se perdió un caballo,

por falta de un caballo, se perdió una batalla,

por falta de una batalla, se perdió el Reino.

Y todo por un clavo de una herradura.

El incumplimiento de una promesa “contractual” puede causar graves daños a otras partes que confían en esa promesa. Cuando estas cuestiones se llevan a los tribunales bajo las teorías contractuales tradicionales, el juez rara vez le obligará a realizar el servicio. En su lugar, el juez suele condenarle a pagar una indemnización por daños y perjuicios a la otra parte. Sin embargo, hay un problema con esto: ¿cuáles son los daños y perjuicios? ¿Cómo se puede saber hasta qué punto las otras partes confían en esas promesas? ¿Aceptaría usted un trabajo que le prometiera pagarle 10.000 dólares por trabajar 40 horas la semana que viene, pero si cambia de opinión le corresponden 10 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios? Y si te pones enfermo o tienes un accidente de coche?

Supongamos por un momento que la otra parte realmente experimentaría una pérdida de 10 millones de dólares sin tu actuación y que no se trata de una penalización enorme e irrazonable. Si supieras que dependen de ti hasta 10 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios, lo más probable es que exigieras una mayor indemnización en primer lugar y que contrataras un seguro que cubriera cualquier acontecimiento ajeno a tu voluntad que pudiera hacerte responsable de 10 millones de dólares.

El Compromiso Matrimonial como Contrato

Todos los contratos “para hacer” son efectivamente promesas sin respaldo. Cuando uno se compromete a casarse, los tribunales consideran que se trata de un contrato. Si se le deja plantado, puede demandar por daños y perjuicios y muchos tribunales se los conceden. Los daños y perjuicios pueden ser cualquier cosa, desde el coste de la boda hasta la pérdida de un trabajo al que se ha renunciado con la esperanza de casarse. Cuando las partes “acordaron casarse”, los términos estaban mal definidos y los daños eran potencialmente ilimitados. En efecto, la mayor parte del “contrato” nunca se acordó y los tribunales lo definen a posteriori.

Muchos tribunales utilizan la teoría de la “confianza” como justificación para hacer cumplir las promesas de “hacer” cosas y conceder daños y perjuicios por el incumplimiento de las mismas. En teoría, sólo se considera válida la “confianza razonable”. Si alguien es “irrazonable” en su dependencia, entonces no se aplica. El problema de este enfoque es que es un razonamiento circular. Sólo es razonable confiar en una promesa si los tribunales van a hacerla cumplir y los tribunales sólo deberían hacer cumplir una promesa si es razonable confiar en ella.

Contrato de Cantante de Conciertos

Imagina que alguien te contrata por 200.000 dólares para cantar en un concierto. Una vez contratado, comercializan y venden entradas por el valor de 1 millón de dólares. Ahora imagina que el día del concierto tienes miedo escénico y optas por no cantar. El organizador del concierto puede verse obligado a devolver 1 millón de dólares en entradas, además de todos los gastos de reserva del local y publicidad. Si hubieras cantado, el organizador del concierto esperaba un beneficio de 200.000 dólares con unos gastos de 800.000 dólares, pero como no cantaste el organizador tuvo unos gastos de sólo 600.000 dólares, pero siguió sin tener ingresos y no consiguió el beneficio previsto. En total, el organizador tenía un retraso económico de 800.000 dólares debido a tu falta de actuación.

Si se le lleva a los tribunales, un juez podría obligarle a pagar entre 600.000 y 800.000 dólares, más los honorarios de los abogados, basándose en la premisa de que su “incumplimiento” causó daños y perjuicios. La cuestión es si era razonable confiar en la promesa de actuar. ¿Habrías accedido a cantar si supieras los daños que tendrías que pagar por no hacerlo? ¿Tiene siquiera la capacidad de pagar esos daños? Si el tribunal ordenara el pago, ¿podría el organizador cobrarlo?

Lo que podemos aprender de este ejemplo es que los tribunales no pueden obligarte a cantar y, aunque pudieran, no podrían obligarte a cantar lo mejor posible. Además, si no te presentas una hora antes de tu actuación, ningún tribunal puede conocer la disputa a tiempo para obligar su actuación y evitar daños y perjuicios. Si no es práctico obligar la actuación, ¿cuál es la alternativa? Los tribunales resuelven todos los conflictos transfiriendo el título de propiedad de la parte que rompe la promesa a la otra parte. Si el que rompe la promesa no tiene propiedades, los tribunales autorizan el embargo de salarios. En algunos casos, los tribunales dan a la persona que rompe la promesa la opción de cumplir o pagar. Esto significa que todos los contratos podrían redactarse de forma que no haya ambigüedad en cuanto a los daños y perjuicios y que todo sea simplemente una transferencia condicional de la propiedad previamente acordada.

El contrato del cantante diría algo así: si una canción se interpreta, entonces 200 mil dólares del organizador se transfieren al cantante, si no, 700 mil dólares del cantante se transfieren al organizador. En caso de litigio, un juez o un jurado sólo tendría que determinar si una canción fue interpretada según lo acordado. Si el cantante no dispone de 700.000 dólares, el organizador tendría que encontrar una aseguradora. Si no se puede encontrar una aseguradora, las entradas tendrían que indicar que no hay reembolso si el cantante no puede o no quiere actuar. El público acabaría financiando el “seguro”.

Contratos Más Inteligentes

Supongamos que no es posible transferir el riesgo a las aseguradoras o a los clientes y que el cantante no dispone de 700.000 dólares. Esto plantea una cuestión interesante: ¿se puede contratar para transferir la titularidad de algo que no se posee? Imaginemos que el contrato dice que si se interpreta una canción, entonces el puente de Brooklyn, “propiedad” del organizador, se transfiere al cantante, si no, mil millones de toneladas de oro, propiedad del cantante, se transfieren al organizador. El organizador no es dueño del puente de Brooklyn y no hay ni de lejos mil millones de toneladas de oro en todo el planeta. Según mi interpretación de la Teoría de la Transferencia de Títulos de los Contratos, un contrato es inválido si bajo cualquier resultado condicional se indica una transferencia de título para la que cualquiera de las partes no tiene el título actual. Cualquier otra cosa equivaldría a un contrato de “hacer” en el que el “hacer” es adquirir la titularidad del bien para poder transferirlo.

Esta interpretación de la Teoría de la Transferencia del Título del Contrato tiene profundas implicaciones para casi todo tipo de contratos. Estamos tan acostumbrados a ver los contratos como promesas que no es intuitivo limitar los contratos a las transferencias de títulos condicionales. Si no se tiene cuidado, es increíblemente fácil caer en una teoría de la promesa de los contratos. Incluso Rothbard cayó en esta trampa en un capítulo titulado “Los Derechos de Propiedad y la Teoría
de los Contratos
”, de su libro “La Ética de la Libertad”.

Afortunadamente, existe un marco que asegura que sea imposible construir un contrato inválido: contratos inteligentes. Un contrato inteligente es efectivamente un código informático que ejecuta de forma determinista un algoritmo basado en las declaraciones firmadas de los individuos. Los algoritmos informáticos deben ser consistentes y no pueden asignar dos propietarios a la misma propiedad al mismo tiempo. Cualquier cosa que pueda ser representado como un contrato inteligente es compatible con la Teoría de la Transferencia del Contrato. Si no puede ser representado por código informático, entonces probablemente no es un contrato válido y lógicamente consistente.

Lo único que tienen que hacer los tribunales para hacer cumplir los contratos inteligentes es asegurarse de que la propiedad física a la que se refiere el contrato inteligente está en control del propietario especificado por el contrato inteligente. Un contrato inteligente no necesita representarse en código de software para ser inteligente. A partir de este punto me referiré a los contratos compatibles con la Teoría de la Transferencia de Títulos de los Contratos como Contratos Inteligentes.

Ahora revisemos cómo Rothbard volvió a caer en la teoría de la promesa del contrato. El error de Rothbard estuvo en su ejemplo de un préstamo de 1000 dólares con la promesa de devolver 1100 dólares en un año. Veamos un extracto de La Ética de la Libertad:

*"Supongamos que López y Pérez hacen un contrato, en virtud del cual el primero entrega al segundo, en el acto, 1.000 dólares, a cambio de un pagaré que obliga a Pérez a devolver a López 1.100 dólares al cabo justo de un año. Nos hallamos, pues, ante un típico contrato de deuda.
Aquí ha ocurrido lo siguiente: López ha transferido su título de propiedad de 1.000 dólares actuales a Pérez a cambio de la transferencia, al cabo de un año, de un título de propiedad de 1.100 dólares de Pérez a López. Imaginemos ahora que, al cumplirse el plazo, Pérez se niega a pagar.

¿En virtud de qué debería ser exigible y ejecutable este pago, según la legislación libertaria? La legislación actual (que luego se analizará con mayor detalle) sostiene unánimemente que Pérez debe pagar los 1.100 dólares porque ha «prometido» hacerlo, y esta promesa crea en López la expectativa de que recibirá esta suma. Pero nosotros sostenemos que una simple promesa no es una transferencia de títulos de propiedad. Puede ser, desde luego, moral cumplir las promesas hechas, pero en un sistema libertario no puede ser función o cometido de la ley (ni de la violencia legal) exigir por la fuerza la moralidad (en este caso el cumplimiento de lo prometido).

Afirmamos que Pérez debe pagar a López los 1.100 dólares porque ha concertado con él transferirle estos títulos de propiedad, y no pagarle significa que es un ladrón, que roba propiedades de López. En resumen, la transferencia original de los 1.000 dólares de López no fue absoluta, sino condicional, condicionada al pago de 1.100 dólares por parte de Pérez al cabo de un año. De ahí que la negativa a pagar sea un robo encubierto de la legítima propiedad de López."*

El error cometido por Rothbard es que el título no puede ser transferido hasta que se cumplan las condiciones; además, Jones no puede aceptar transferir el título de 1.100 dólares que no tiene. Si Jones quisiera gastar los $1000 dólares que recibió condicionalmente de Smith, la condición sería un derecho a retención que siguiera a los 1.000 dólares. Si Jones utilizara los $ 1000 dólares para comprar un ordenador portátil de Alice tendría que revelar que él no tiene título limpio a los $ 1000 dólares porque todavía no ha pagado $ 1100 a Smith.

Alice tendría que aceptar el riesgo crediticio de que Jones no pagara a Smith y, por tanto, condicionaría la transferencia de la titularidad del portátil a que se levantara el gravamen sobre el dinero. Si Jones no paga 1.100 dólares a Smith en un año, entonces Smith conserva la titularidad de 1.000 dólares y Alice la del portátil. Si Jones se queda con el portátil es un ladrón. Si Alice se queda con los $1000 dólares es una ladrona. Los 100 dólares de intereses son una promesa no ejecutable que sólo existe como condición para la transferencia de la titularidad de los 1.000 dólares. Los títulos de propiedad del dinero condicionados a diferentes promesas no son fungibles. Esto significa que no hay una forma eficiente de utilizar los activos gravados como dinero.

¿Entonces cómo funcionaría el préstamo con un contrato inteligente? Tu contrato con el banco será algo así como: si no se realizan los pagos mensuales requeridos, entonces la titularidad de la casa se transfiere al banco. No se hacen promesas, sólo transferencias condicionales predefinidas de activos sobre los que las partes tienen un título limpio. Normalmente, los préstamos bancarios con recurso también te hacen responsable de la diferencia entre el precio por el que el banco puede vender la casa y el saldo del préstamo. Este acuerdo no sería válido porque todos los activos sujetos al contrato tendrían que ser de su propiedad en el momento en que se celebró el contrato para acordar la transferencia de la titularidad de esos activos. Como la prestataria no tiene el dinero para pagar la casa en efectivo, no puede firmar un contrato que transfiera la titularidad del efectivo. Cualquier promesa de pagar en efectivo sería inaplicable porque tal promesa no podría implementarse en código informático como contrato inteligente. Esto significa que sólo los préstamos sin aval-de-recursos son ejecutables a través de contratos inteligentes.

Un contrato inteligente en una blockchain es, en efecto, un agente de custodia automatizado que mantiene la titularidad de todos los activos sujetos a transferencias condicionales. El código informático rige la transferencia de los títulos en función de la interacción de las personas implicadas en el contrato. Un contrato inteligente podría implementarse manualmente con un agente de custodia humano. La aplicabilidad de un contrato en una verdadera democracia debería limitarse a la transferencia de activos gestionadas por el agente de custodia. Las partes de un contrato no necesitan contratar a un agente de custodia de tercera parte siempre y cuando den cuenta personalmente de todos las retenciones sobre cualquier propiedad en su posesión. En caso de disputa, se puede recurrir a un tercero para que interprete el contrato inteligente y evalúe las condiciones. Cualquiera que no transfiera la posesión física después de una resolución de este tipo no sería diferente de un ladrón.

Según la ley de la selva, podrías acordar la transferencia de la titularidad de tu cuerpo en caso de que no cumplieras con los términos del contrato. Esto permitiría que te metieran en la cárcel, que te obligaran en ir a un campo de trabajo o te torturaran hasta que cumplieras. En el caso extremo, podrías contratar para permitir que otros te maten. Como tu cuerpo es prácticamente indivisible, sólo podrías utilizarlo como garantía de un contrato a la vez.

Imagínese lo que ocurriría si contratara la cesión de la titularidad de su cuerpo en caso de incumplimiento de dos contratos diferentes con personas distintas. Una persona quiere extraer tus órganos y la otra quiere meterte en un campo de trabajo. Una vez que alguien tiene un derecho de retención sobre tu cuerpo, no es posible venderlo a otra persona o gravarlo con otros derechos de retención. Aunque un contrato de este tipo podría ser posible, una comunidad dedicada a proteger la independencia de sus miembros haría bien en no reconocer ni hacer cumplir tales contratos.

En general, recomendaría que una comunidad prohibiera la ejecución de cualquier préstamo con recurso más allá de la garantía. Esto incluiría las deudas de tarjetas de crédito sin garantía. Todos los contratos deberían liquidarse mediante transferencias de títulos, por lo que es imposible poner a alguien en quiebra. La quiebra sólo es posible en la medida en que los contratos se redactaron con respecto a bienes de los que las partes no eran titulares en el momento en que se acordó el contrato. Las tarjetas de crédito podrían seguir existiendo, pero el único recurso sería una nota en la calificación crediticia de alguien. Esto puede limitar su capacidad de obtener créditos en el futuro, pero no permitirá a los acreedores reclamar los fondos.

La propiedad puede concebirse en muchas dimensiones. Tiene una ubicación en el espacio tridimensional, pero también en el tiempo. Si usted contrata el alquiler de un coche la semana que viene, no puede hacer una doble reserva porque la titularidad del uso del coche en ese momento ya no es suya. Del mismo modo, no puede transferir la titularidad del dinero del mes que viene hasta que tenga la titularidad de ese dinero el mes que viene. Si un contrato concibe la transferencia de la titularidad de bienes que pueden no existir en el momento de la transferencia, entonces debe tener un respaldo. Una promesa de pagar 1.000 dólares el mes que viene no es vinculante a menos que se tenga el título de propiedad y se grave con una retención. La propiedad puede tener un número infinito de dimensiones dependiendo de cómo se dividan los “derechos de uso”. Los plazos son simplemente un tipo de derecho de uso.

Consideremos otro tipo de contrato, un “acuerdo de confidencialidad”. Un contrato de este tipo tendría que decir: si se divulga la información, se transfiere el título de propiedad. ¿Firmaría usted un acuerdo de confidencialidad que dijera: si se revela la información, se transfiere el título de un millón de dólares? En primer lugar, tendría que tener 1 millón de dólares que no estén gravados por otros contratos. Imagínese que sólo tuvieras un millón de dólares, y que firmaras un acuerdo de confidencialidad con un plazo de 100 años. Con un contrato inteligente, tendrías que bloquear ese dinero durante 100 años y no podrías usarlo para nada que no estuviera sujeto a tu capacidad de revelar información y provocar la transferencia.

Si usted quisiera firmar un segundo acuerdo confidencialidad, tendrías que encontrar otros activos con los que asegurarlo. Si no aseguras un contrato de confidencialidad con el título de los activos que posees, entonces sería un contrato inaplicable. En este caso, el coste de incumplir el contrato de confidencialidad es sólo su reputación (por ejemplo, la calificación crediticia). En la práctica, los contratos de confidencialidad deben reestructurarse como “honorarios por revelación” o tener períodos cortos de tiempo durante el cual los activos estarían gravados.

¿Y las cláusulas de “no-competencia”? Al igual que la cláusula de confidencialidad, se trata de una promesa sin sentido que sólo se puede hacer valer por el daño a la reputación, a menos que se grave la titularidad de otros activos con la condición de no competir. Un empleado sin activos tendría muy poco con lo que respaldar un acuerdo de no competencia; sin embargo, una gran empresa podría respaldar el acuerdo con fondos propios. Los tratados de paz comunitarios que pretenden implantar una verdadera democracia deberían reconocer los derechos de propiedad y los contratos inteligentes con respecto al título de propiedad. Además, las promesas de “hacer” cosas no deberían cumplirse como tales, sino que los títulos de propiedad deberían transferirse sujetos a condiciones “objetivas” previamente acordadas. No es razonable saber cómo otras personas confían en tus promesas y qué daños podrían reclamar; por lo tanto, no es posible consentir en daños abiertos. Sin el consentimiento, no es válido ni un contrato ni la “democracia sólo de nombre” que intenta imponerlo.

Una de las mayores innovaciones de la industria del blockchain es el concepto de contratos inteligentes. Cuando se implementa en una blockchain, un contrato inteligente es un acuerdo “autoejecutable” y determinista entre las partes que se hace cumplir por una comunidad sin depender de una amenaza creíble de violencia. Tradicionalmente, los contratos inteligentes se utilizan con respecto a la propiedad puramente digital porque la blockchain tiene total autoridad sobre su base de datos. Representar todos los derechos de propiedad bajo una mentalidad de “el software es la ley” proporciona un marco útil para construir contratos inteligentes aplicados por medios más manuales. En principio, todos los acuerdos deberían poder representarse en un software que gestione la transferencia de la titularidad de todos y cada uno de los bienes basándose en condiciones relativamente objetivas. Cualquier contrato que no pueda traducirse a un código equivalente debería considerarse inválido.

Capítulo 14 - Los Contratos Inteligentes (2ª parte)

2ª Parte

El Valor de la Confianza

La organización sobre la ley de la selva de comunidades de alto-orden depende de la confianza. Sin confianza, los contratos son mucho más costosos de documentar y hacer cumplir. En entornos de baja confianza, muchas transacciones ni siquiera son posibles porque el coste de crear un contrato es mayor que el valor de la transacción. La reputación es la base de la confianza y el incumplimiento de las promesas dañará la reputación y aumentará el coste de los negocios de todos. El derecho contractual debería reservarse en gran medida a las transacciones de alto valor y todo lo demás debería ser inaplicable en los tribunales. Como mucho, un tribunal o un sistema de arbitraje privado podría emitir una opinión de que ha incumplido una promesa.

Esa opinión, al ser de dominio público, repercutiría a su vez en el resto de tus relaciones comerciales. Esto debería ser suficiente incentivo para mantener tu palabra sin entrar en los daños subjetivos. Una de las ventajas de organizar la sociedad según las Reglas del Poder Relativo (capítulo 4) y la Encapsulación (capítulo 5) es que es más fácil crear confianza en comunidades pequeñas y eso puede hacer que estas comunidades sean más eficientes en muchos sentidos. La confianza es una función de la investigación de Dunbar sobre el número de relaciones que nuestro cerebro puede mantener. La confianza se basa en gran medida en el conocimiento de la gente y sólo hay un número determinado de personas a las que se puede conocer lo suficientemente bien como para confiar directamente. Cuando se depende en gran medida de medios indirectos para confiar en la gente, se corre el riesgo de transferir y concentrar el poder de manera que pueda socavar la verdadera democracia.

En las sociedades en las que podemos “confiar por defecto” en el 99% de las personas que conoces, las cosas prosperan. En las sociedades en las que sólo se puede confiar en los amigos y la familia, las cosas se estancan. El tener que depender en gran medida de un tratado de paz comunitario para hacer cumplir las promesas en los contratos es ya una señal de que la confianza está decayendo. En un mundo ideal, la reputación sería muy valorada y, por tanto, la confianza en la gente sería tan alta que las promesas escritas sólo serían necesarias para recordar el acuerdo a las partes firmantes. En una sociedad así, todos asumen el riesgo sin aval de recursos de que la otra parte incumpla con el acuerdo. Los préstamos se conceden sin que se presenten embargos en el juzgado. Las puertas se dejan abiertas y los niños juegan en la calle.

No deberíamos intentar sustituir la confianza por contratos ni hacer cumplir las promesas mediante tribunales que evalúen los daños subjetivos. La evaluación ambigua de los contratos rompe la confianza en el propio tratado de paz (gobierno) y cede demasiado poder subjetivo y antidemocrático a los tribunales. Dicho esto, los contratos inteligentes y los tribunales comunitarios son un trasfondo necesario sobre el que se puede construir la confianza. Cuanto más predecibles sean las sentencias de los tribunales, menos tiempo pasará la gente luchando en los tribunales y más rápido se resolverán las cosas entre ellos. Las sentencias judiciales predecibles requieren una filosofía contractual igualmente predecible. Por este motivo, creo que todo el mundo (o al menos todos los abogados) deberían esforzarse por comprender en profundidad la teoría de la Transferencia de Títulos de los Contratos para poder redactar contratos más inteligentes.

Ya vivimos en una sociedad en la que el 99% de los contratos son inaplicables. Los abogados cuestan cientos de dólares por hora. Navegar por el sistema sin abogados es propenso a errores y requiere meses de estudio. Incluso si se gana en un tribunal de reclamaciones de menor cuantía, el 80% de las sentencias nunca se pagan. La imposibilidad de pagar una sentencia es otro fallo de la teoría promesa del contrato. Las sentencias de los contratos inteligentes son pagables o la otra parte está sujeta a un robo penal. Entraré en más detalles sobre la justicia penal en el próximo capítulo.

Una vez vamos más allá de los tribunales de demandas de menor cuantía, los honorarios legales aumentan rápidamente. Estuve en una disputa de negocios y me dieron una estimación de 100.000 dólares en honorarios legales para hacer cumplir un caso que yo consideraba abierto y cerrado, y eso era sólo mi parte de los gastos. A pesar de los hechos evidentes, los abogados no podían darme ninguna garantía razonable de ganar. Afortunadamente llegamos a un acuerdo, pero sólo después de incurrir en miles de dólares en honorarios legales. Muchas veces, en los divorcios, el coste de pelear por los bienes es mayor que el valor total de todos los bienes del matrimonio. En la mayoría de los casos, tiene más sentido sufrir una pérdida que perseguir la ejecución de los contratos. Una vez que te das cuenta de esto, te das cuenta de que ya estamos viviendo en un mundo en el que la gran mayoría de los contratos son inaplicables.

Lamentablemente, una de las principales razones para firmar un contrato hoy en día es intentar evitar que los tribunales imputen un contrato implícito en su lugar. La mayoría de los contratos gastan una tonelada de tinta en explicitar que no se ha prometido, representado o adeudado nada. Y aún se gasta más tinta en asegurar que el cliente asume la responsabilidad personal de todos los riesgos asociados a la transacción. En efecto, los contratos se han convertido en todas las responsabilidades potenciales, irrazonables e inesperadas que podrían implicar los tribunales simplemente por interactuar con otras personas. La situación es tan grave que ni siquiera se puede “regalar software” para que lo utilice cualquiera sin que el 50% de la “licencia de software libre” se refiera a la limitación de la responsabilidad. Aquí está la licencia BSD (Berkeley Software Distribution):

ESTE SOFTWARE SE SUMINISTRA POR TAL “COMO ESTÁ” Y CUALQUIER GARANTÍA EXPRESA O IMPLÍCITA, INCLUYENDO, PERO NO LIMITADO A, LAS GARANTÍAS IMPLÍCITAS DE COMERCIALIZACIÓN Y APTITUD PARA UN PROPÓSITO PARTICULAR SON RECHAZADAS. EN NINGÚN CASO SERÁ RESPONSABLE POR NINGÚN DAÑO DIRECTO, INDIRECTO, INCIDENTAL, ESPECIAL, EJEMPLAR O COSECUENCIAL (INCLUYENDO, PERO NO LIMITADO A, LA ADQUISICIÓN O SUSTITUCIÓN DE BIENES O SERVICIOS; LA PÉRDIDA DE USO, DE DATOS O DE BENEFICIOS; O INTERRUPCIÓN DE LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL) O POR CUALQUIER TEORÍA DE RESPONSABILIDAD, YA SEA POR CONTRATO, RESPONSABILIDAD ESTRICTA O AGRAVIO (INCLUYENDO NEGLIGENCIA O CUALQUIER OTRA CAUSA) QUE SURJA DE CUALQUIER MANERA DEL USO DE ESTE SOFTWARE, INCLUSO SI HA ADVERTIDO DE LA POSIBILIDAD DE TALES DAÑOS.

Esta renuncia de responsabilidad no sólo representa el 50% del texto de la licencia, sino que además está en mayúsculas. La licencia del MIT también dedica alrededor del 50% de su texto del mismo modo.

Bajo un contrato inteligente, todas las responsabilidades y condiciones potenciales son explícitas. Los contratos sólo se redactan para artículos de gran valor y son completamente innecesarios en el resto de ocasiones. Eliminamos un gran porcentaje de contratos “económicamente inútiles” cuando todo el mundo sabe que un “contrato verbal” no es ejecutable y que los tribunales no pueden crear “contratos implícitos”. Una sociedad basada en contratos inteligentes elimina por completo la gran mayoría de los “contratos” que se firman y los contratos inteligentes que quedan se simplifican tremendamente.

Esta simplificación de los contratos da poder a las personas y quita poder a los tribunales. Esto hace que todos sean más iguales y, por lo tanto, es un componente crítico de las verdaderas democracias. En un capítulo posterior sobre La Integridad Financiera se verá cómo los contratos inteligentes evitan la mayoría de las formas de fraude financiero “legalizado”. El siguiente capítulo trata de cómo se puede hacer justicia cuando uno se ve perjudicado por alguien con quien no tenía ningún contrato establecido.

¿Es el Tratado de Paz una romesa o un Contrato Inteligente?

Los contratos inteligentes se basan en la suposición de un acuerdo preexistente sobre los derechos de propiedad. Rothbard propone que acordemos que la primera persona que declara quedarse con la propiedad se le asigne los derechos de propiedad. Yo propongo que la propiedad pertenezca a quien pueda controlarla. Ese control está sujeto a la fuerza física y a la fuerza social. Dos personas pueden acordar reconocer los derechos de propiedad, pero este acuerdo no es un contrato, es una promesa mutua construida sobre la confianza y la reputación.

La promesa sólo es ejecutable por la fuerza de la selva natural de las partes. Es teóricamente posible que un tratado de paz defina los derechos de propiedad y el derecho contractual por la teoría de la confianza, por la teoría de los daños, o por cualquier otra teoría del contrato. Al final, lo único que importa es que se mantenga la confianza y que la gente siga acordando vivir en paz y no en guerra.

En última instancia, esto significa que todos los contratos se basan en el cumplimiento de la promesa hecha en el tratado de paz. Utilizamos el poder de la selva para imponer las promesas hechas para alcanzar la paz. Entonces, ¿por qué limitarnos a los contratos inteligentes (transferencias de títulos condicionales) en el tratado de paz? Porque el tratado de paz debe ser claro, sencillo y sostenible. Debe estar diseñado para evitar el conflicto y el riesgo moral. Debe estar diseñado para evitar el abuso bajo el color de la ley.

Cualquier tratado de paz que falle en este aspecto no durará. Todas las demás teorías del contrato tienen inconsistencias lógicas que se evidencian en la incapacidad de representarse a sí mismas como código informático y de hacerse cumplir como un contrato inteligente. Estas inconsistencias lógicas conducen al conflicto y, en última instancia, al fracaso del tratado de paz. El conflicto transfiere el poder a los jueces, lo que en última instancia socava la verdadera democracia, ya que en lugar de la gente los jueces se convierten en los árbitros de quién posee qué.

No todo es igual de vital. No todos los tratados de paz son aconsejables. El propósito de este libro es proporcionar consejo a quienes se enfrentan a la negociación de un tratado de paz bajo la suposición de que todas las partes tienen igual poder de la selva. Es un intento de presentar un acuerdo aceptable para todas las partes y que no favorezca a ninguna. Los contratos inteligentes son la única visión lógicamente consistente de los derechos de propiedad que he encontrado. ¿Cómo le ha funcionado el sistema actual? Si nunca has ido a los tribunales, probablemente nunca has confiado realmente en la aplicabilidad de un contrato ni experimentado la locura creada por el sistema actual. Nosotros Podemos hacerlo mejor y te prometo que vale la pena tu tiempo para interiorizar los principios y el poder de los contratos inteligentes.

Sí, Pero, ¿Qué pasa con…?

He presentado el enfoque de los contratos inteligentes a muchas personas y he recibido muchos comentarios. Estamos tan acostumbrados a ver los contratos como promesas que no podemos imaginar un mundo que dependa sólo de los contratos inteligentes o de la reputación. Las cosas parecen funcionar “tal y como están”, así que ¿por qué debería abogar un libro sobre la verdadera democracia por un cambio tan fundamental en todos los acuerdos comerciales? ¿No podemos mantener una teoría de la promesa del contrato y seguir adoptando los demás principios de la verdadera democracia?

Hacer que las promesas contractuales sean ejecutables (más allá de una fianza), es dotarlas de las características de la propiedad. Mi promesa de pagarle 1 billón de dólares se convierte en un activo en tus libros porque, “por ley”, si no llego a pagar, el gobierno debe hacerme pagar. Todo el mundo debería saber que no tengo 1 billón de dólares ni capacidad para ganarlo y que no hay nada que el gobierno pueda hacer para hacer cumplir este contrato. Los daños que uno busca por las promesas rotas deben venir de alguna parte. Si no hay bienes para respaldar la promesa entonces potencialmente la promesa no tiene ningún valor. Cualquier contable que razonable sabe que no debe contar sus pollos (promesas) antes de que nazcan.

Si la promesa de pagar 1 billón de dólares del que no dispongo obviamente no es un “contrato” válido, entonces ¿en qué momento se convierte una promesa en válida y, por tanto, ejecutable? ¿1 billón de dólares? ¿1 millón de dólares? ¿1.000 dólares? ¿1 dólar? El hecho de que las promesas no deben considerarse ejecutables debería ser obvio para cualquiera que haga negocios con los pobres. No importa qué contrato firme una persona pobre, si no cumple su promesa, no hay nada que puedas hacer para cobrar daños y perjuicios. No se puede sacar sangre de una piedra.

La consecuencia de hacer cumplir las promesas, en contraposición a las transferencias de títulos condicionales, es animar a la gente a construir su casa económica sobre una base de arena. Permite el fraude al transformar algo que no debería tener valor en algo que se presume que lo tiene. Una compañía de seguros promete un nivel de cobertura que matemáticamente no puede cumplir en determinadas circunstancias. Las personas que confían en esa promesa se verán decepcionadas cuando su compañía de seguros quiebre cuando más lo necesiten, porque han calculado mal la frecuencia y la magnitud de los posibles siniestros.

Los fabricantes prometen ofrecer una garantía. Suponemos que estas promesas tienen algún valor porque la gente percibe que las empresas son “grandes” y “ricas” en comparación con sus clientes. El problema es que para que una empresa cumpla sus promesas debe reservar capital para “autoasegurarse” contra los defectos. Este capital debe proceder de los clientes en forma de aumento de precios. Como el fabricante no puede conocer la magnitud de las posibles reclamaciones ni su responsabilidad, acabará cobrando de más o prometiendo de más, y ni el cliente ni el fabricante conocen la realidad hasta el final del periodo de garantía.

Desde esta perspectiva, una garantía de por vida es una promesa no respaldada y, por tanto, potencialmente inaplicable. Una empresa que promete una garantía de por vida le está vendiendo una factura a menos que reserve fondos separados para respaldar la garantía. Debido a la feroz competencia del mercado y a los clientes preocupados por el precio, a las empresas a menudo les resulta más barato ofrecer promesas de garantía sin respaldo y esperar lo mejor. !Intente cobrar una garantía de por vida de un fabricante en quiebra!

Los bancos se comprometen a pagar por encargo, pero si todos intentaran cobrar esa promesa al mismo tiempo, el banco sería insolvente. ¿Cómo puede ser esto un contrato válido? ¿Cómo pueden los gobiernos hacer cumplir ese contrato? No pueden y no lo hacen. Imagínese que ha firmado 1000 contratos para diversas cosas. En cada contrato tienes la posibilidad de pagar los posibles daños, pero sólo si no incumples ninguno de los otros 999 contratos. ¿En qué se diferencia esto de la banca de reserva fraccionaria? ¿Son tus contrapartes conscientes del riesgo de que no puedas pagar los daños si no cumples tus promesas contractuales?

Incluso bajo la “teoría de la promesa de los contratos”, un contrato debe contar con el consentimiento de las partes para ser considerado válido. Para dar el consentimiento hay que tener conocimiento. ¿Cómo se puede saber hasta qué punto el incumplimiento de una promesa “perjudicará” a la otra parte si hay que esperar a que un juez “evalúe” los daños a posteriori? Si no conoce los límites de su responsabilidad, ¿cómo puede dar su consentimiento? Si no tienes la capacidad de pagar los daños y perjuicios tal y como se indica en el contrato o como los concede un juez, ¿cómo lo impone el gobierno? El supuesto “contrato” es inválido para ambas partes, una de ellas no puede dar su consentimiento y la otra no puede cobrar.

Una verdadera democracia debería facilitar el trabajo conjunto de las personas y la creación de confianza. La consecuencia de incumplir las promesas es la pérdida de confianza. Todos debemos asumir la responsabilidad personal de determinar en quién confiar y de asumir el coste de perder nuestra confianza. Si permitimos que los contratos basados en promesas se apliquen con todo el poder de la selva de la comunidad, introducimos el riesgo moral en el nivel más fundamental. Permitimos que una persona asuma el riesgo de confiar en alguien y esperamos que todos los demás asuman el coste de cobrar los daños y perjuicios cuando esa confianza se ha perdido.
La consecuencia de esto es que los miembros de la sociedad conceden la confianza a personas que no la merecen. Esto se debe a que la gente no confía en los demás, sino en la ilusión de un contrato ejecutable.

Nunca hagas negocios con alguien en quien no confíes. Si falta la confianza, entonces un contrato inteligente es la forma en que una comunidad debe documentar un contrato ejecutable. Si se rompe una promesa contractual, el único recurso debería ser advertir a los demás del incumplimiento.

Capítulo 15 - La Justicia Democrática

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La Justicia Democrática

Parte del logro de un consenso democrático es manejar quienes violan el tratado de paz. Una sociedad debe primero acordar las reglas, luego acordar un proceso para la identificación de violaciones y, finalmente, un proceso de restitución o retribución. ¿Cómo deberíamos diseñar este tipo de sistema? ¿Qué negociaría un individuo sabio y completamente independiente al unirse a una verdadera democracia? Recuerde, no debemos permitir que el statu quo influya en nuestro punto de vista o limite nuestra perspectiva.

Antes de firmar cualquier contrato o tratado de paz, siempre debe preguntarse: “¿Cuál es mi peor resultado?” Imagina que eres la persona en la cárcel (o condenada a la muerte) por un crimen que no cometiste. ¿Qué estructura de incentivos desea que motivara a todos los implicados en tu proceso? ¿Qué incentivos deseas para motivar a los demás a demostrar tu inocencia en lugar de tu culpabilidad? Estas son preguntas importantes que hay que tener en cuenta cuando se negocia un tratado de paz en una sociedad verdaderamente democrática en la que debe mantenerse la presunción de inocencia. Al fin y al cabo, ¿firmaría usted un tratado de paz en el que se le presumiera culpable hasta que se demostrara su inocencia? No se puede demostrar una negativa, así que elige sabiamente.

Todo sistema de justicia tiene tres caras: la de víctima, la del acusado y la de todos los demás, que pueden pagar una parte o la totalidad de los costes. Si los incentivos implicados no están alineados, se producen riesgos morales. Lo ideal sería que la misma “persona” o entidad lógica fuera responsable del coste del sistema judicial, de los daños del delito y del coste de los errores de la justicia. Cuando esto es así, esta única persona/entidad puede hacer concesiones prácticas entre comprar un seguro, dejar pasar las cosas, investigar, procesar, y el coste del castigo o la rehabilitación.

Cuando diferentes personas son responsables de los costes y de la toma de decisiones, entonces la delincuencia será demasiado elevada, las penas demasiado caras o las personas inocentes perjudicadas injustamente con demasiada frecuencia. Alguien se beneficiará sistemáticamente a precio de los demás. En el peor de los casos, el riesgo moral crea bucles de retroalimentación positiva que hacen que los gastos aumenten, la restitución disminuya, la tasa de captura de los delincuentes disminuya y el encarcelamiento injusto aumente. Nuestro sistema tradicional se acerca al peor de los casos.

Perspectiva Libertaria del Sistema de Justicia Actual

Antes de considerar un nuevo sistema, echemos un vistazo a la naturaleza injusta de los actuales sistemas de “justicia” desde la perspectiva de un libertario. Cuando la mayoría de la gente piensa en un sistema de justicia se imagina a la policía, los tribunales y las cárceles. Todo el mundo quiere justicia y se nos dice una y otra vez que la justicia es lo que producen la policía, los tribunales y las cárceles. Pero, ¿es realmente así?

Cuando uno se ve perjudicado, quiere justicia. Para ser más específicos, quieres un resultado “justo” y eso suele significar recibir una restitución (indemnización) de la parte que te ha perjudicado (o de una compañía de seguros). El castigo del mal comportamiento tiene un coste y no hace nada para restaurar a las víctimas del crimen. En el mejor de los casos, el castigo actúa como elemento disuasorio de la delincuencia, pero no tiene ningún valor cuando el delito ya se ha cometido y, por tanto, es irrelevante para la justicia. La justicia es algo que no se puede definir en términos absolutos porque cada uno tiene una opinión diferente sobre lo que es justo. En general, sólo hay un medio para establecer lo que es justo: el comercio voluntario. Si no hay comercio voluntario, siempre habrá una persona que se sienta perjudicada y, por tanto, tratada injustamente.

La falta de intercambio voluntario es lo que hace que nuestro sistema de justicia moderno acabe produciendo más injusticia que justicia. Imaginemos que a Alicia, alguien que no conoces, le roban su casa mientras está de vacaciones. Alicia quiere justicia. Quiere que le devuelvan sus cosas y que la persona que se las robó la compense por el tiempo y la angustia que le causó. En este punto tenemos una injusticia causada por el ladrón.

Alicia, en busca de justicia, acude a ti y pide que ayudes a pagar la contratación de un detective para que localice al ladrón. Argumenta que el próximo robo podría ser el tuyo y que no puede permitirse hacerlo ella misma. Te pones a pensar en ello y decides que saldría más barato cerrar las puertas con llave y adoptar una criptomoneda que contratar a un detective para Alicia. Ella va de puerta en puerta y es incapaz de encontrar alguien dispuesto en ayudarla. Frustrada, Alicia vuelve a casa, encuentra una pistola y va de puerta en puerta exigiendo que todos contribuyan con una pequeña cantidad a su causa.

En este punto tenemos ahora muchas injusticias. Alicia se ha convertido culpable del mismo crimen por el que exige justicia. En cierto modo es culpable de un crimen mucho peor porque amenaza con matar a cualquiera que no la ayude. La mayoría de la gente cede ante Alicia, pero un tipo se resiste a pagar y es asesinado mientras se resiste. Alicia cree que es necesario porque, de lo contrario, el crimen se saldría de control y razona que el tipo que se resistió a pagar es culpable de ayudar al ladrón (cómplice después del hecho, albergar a un fugitivo, interferir con una investigación, etc…).

El reto es que el hecho de que Alicia haya sufrido una injusticia a manos de otro no significa que se le conceda el derecho a perjudicar a otros. Por el contrario, debe encontrar una manera de hacer justicia sin causar injusticia a las partes inocentes. Esto podría resolverse con un tratado de paz en el que se definiera la obligación de todos de contribuir, pero ¿cómo debería estructurarse dicho tratado para evitar abusos y riesgos morales?

Desde luego, con el sistema actual el contribuyente se ve obligado a pagar la investigación, juicio, castigo y la responsabilidad por los delitos, independientemente de la calidad o la eficacia del sistema. Los políticos se benefician de parecer “duros con el crimen”, los abogados se benefician de tener más delitos y procesos más complicados, los operadores de las prisiones se benefician de sentencias más largas y los fiscales se benefician de altos índices de condenas en lugar de altos índices de justicia. Ninguna de estas personas sufre el coste de sus errores. Hay una multitud de personas que tienen control sobre cómo se gasta el dinero de otras personas y se benefician de ese control. El riesgo moral está en todas partes.

Asegurar contra la injusticia

Alicia decide resolver su contradicción interna buscando una alternativa a la violencia. Contrata un seguro para que, en caso de que le roben en el futuro, pueda contratar un detective para localizar al delincuente, un tribunal para juzgarlo y una cárcel para detenerlo. Así que Alicia empieza a comparar precios y descubre que los seguros de nuestro sistema actual son extremadamente caros.

Evidentemente, no he hecho los cálculos probabilísticos exactos que haría un actuario, pero supongo que el coste de las patrullas policiales es similar al de las revisiones médicas rutinarias, que el coste de un juicio es similar al de una visita a urgencias seguida de varios días de hospitalización, y que el coste de encarcelar a alguien es similar al de los cuidados a largo plazo en caso de cáncer y que el coste del seguro de mala praxis es similar al del seguro contra el encarcelamiento por error. Además supongo que el riesgo de ser víctima de un delito es similar al riesgo de un gasto médico importante. Si se intentara contratar un seguro médico con un copago del 0% y sin límite, se descubriría rápidamente que el coste es muy elevado. El coste del seguro sería aún mayor dado el riesgo moral creado por la cobertura obligatoria y la imposibilidad de agrupar por perfil de riesgo. Al igual que los seguros médicos modernos, los costes serían más elevados de lo que la mayoría de la gente podría o estaría dispuesta pagar.

El problema de nuestro sistema de justicia es que los gastos están socializados y nadie conoce realmente el coste total del sistema (especialmente cuando se tienen en cuenta los costes de oportunidad y de los errores). Si a la gente le subieran las tarifas del seguro cada vez que llama a la policía y se inicia una investigación, entonces la gente llamaría a la policía con menos frecuencia. Si la gente tuviera que pagar una cuota por perseguir a un delincuente, entonces muchos no se molestarían en presentar cargos por delitos menores. Todo cambia en cuanto alguien paga la factura. La cosa se pone aún peor cuando el gobierno llega a definir los delitos sin víctimas. Sería como conceder a los médicos el derecho a inventarse enfermedades y obligar a someterse a tratamientos a personas que nunca acudieron a verlos, mientras la compañía de seguros se hace cargo del 100% de los costes.

Un estudio descubrió que la gente estaría dispuesta a pagar hasta 12 millones de dólares si eso pudiera impedir un asesinato. Voy a suponer que el estudio utilizó un razonamiento económico erróneo (pidiendo opiniones en lugar de observar acciones) cuando intentaron estimar la demanda individual, pero creo que la gente está dispuesta a gastar 12 millones de dólares del dinero de otras personas para detener un solo asesinato. Y este es el corazón del socialismo y del riesgo moral.

¿Imagina que los que eligen utilizar nuestro sistema de justicia penal fueran responsables del 100% de la factura? Creo que nadie estaría en la cárcel a no ser que fueran enfermos mentales y supusieran una alta probabilidad de una futura amenaza en el futuro. El coste de mantener a la gente en prisión durante décadas puede ser mucho más alto que el coste de la muerte por negligencia descontando el riesgo de dicha muerte por negligencia. El robo, el fraude, las drogas, e incluso muchos asesinatos pueden no acabar en la cárcel. Con la rara excepción de los asesinos en serie que asesinan por el placer de hacerlo, hay poca reforma o disuasión que se produzca realmente al meter a la gente en la cárcel por periodos excesivos.

Hasta ahora mis argumentos han sido casi puramente utilitarios. La gente no pagaría voluntariamente por el sistema que tenemos hoy en día si se financiara con las primas de los seguros. Supongamos que todo el mundo tuviera una prima de seguro mínima para cubrir los daños corporales y que las primas aumentaran en función del valor de los bienes asegurados contra la delincuencia. Llegado un punto, tiene más sentido asegurar el siniestro que perseguirlo. En un momento dado, contratar guardias de seguridad privados es más barato que aumentar las patrullas policiales. Algunas personas prefieren confiar en el seguro médico y no perseguir a su atracador.

La pregunta es: ¿en qué momento reduce la probabilidad de ser atrapado todo el mundo que opta por renunciar a la justicia en favor del seguro de pérdidas hasta el punto de que la delincuencia se dispara? Y en medida que la delincuencia se dispara, las primas de los seguros de pérdidas aumentan y empieza a tener sentido invertir en investigadores para mantener responsable a la gente. Como todas las cosas en la vida, hay un equilibrio. El coste de atrapar a los delincuentes se aproxima al infinito cuando se intenta atrapar al 100% de los delincuentes. El coste de los seguros se aproxima al infinito a medida que los delincuentes no son mantenidos responsables. En un mercado competitivo, las compañías de seguros tendrían incentivos para rastrear a los delincuentes con la mayor eficacia posible. También tendrían incentivos para establecer castigos lo suficientemente altos como para disuadir a los delincuentes, pero lo suficientemente bajos como para mantener sus primas de seguros competitivas en el mercado.

Estudios han demostrado que la probabilidad de ser atrapado es mucho más importante que la severidad del castigo. Si el “beneficio” de un delito puede pagar el “seguro” contra la captura, entonces ya no hay riesgo de cometer el delito. El coste del “seguro” depende en gran medida de la proporción entre los que nunca presentan reclamaciones y los que las presentan. Dicho de otro modo, cuanto menor sea la probabilidad de ser atrapado, más barato será el “seguro” para el delincuente. Si puede robar 100 dólares con un 10% de probabilidades de que le pillen, mientras la restitución y la pena sean inferiores a 1.000 dólares el delincuente seguirá obteniendo beneficios por término medio. Algunos delitos, como la violación de los derechos de autor, tienen una probabilidad tan baja de ser atrapados que millones de personas infringen habitualmente las leyes de derechos de autor.

En respecto a las penas, la utilidad marginal de la disuasión es decreciente. El primer día en la cárcel tiene un enorme valor disuasorio en relación con el 10.000º día en la cárcel; sin embargo, el coste para los que pagan la prisión es el mismo para los 10.000 días. Si todos los delitos se castigan con la pena de muerte, entonces una vez que te saltas un semáforo también podrías intentar matar al policía que te detiene. En otras palabras, las consecuencias que no son proporcionales a los delitos pueden motivar el aumento de la cantidad y la gravedad de los mismos. Para las personas mayores de cierta edad, las largas penas de prisión pueden ser percibidas como algo peor que la muerte. Para las personas a las que les queda un mes de vida, las penas de prisión ya no son disuasorias. El reto al que se enfrenta una comunidad es hacer este análisis de costes y beneficios de forma que no sea víctima de la tragedia de los comunes.

Al fin y al cabo, algunas personas quieren penas largas, pero sólo porque tienen que pagar el 0,0000001% del coste. Si se tiene en cuenta que es más probable que sus impuestos se malgasten en otro sitio antes de que se reembolsen, no hay ningún coste perceptible para el contribuyente por las largas penas de prisión. Otros quieren penas largas porque operan, son empleados o se benefician económicamente del sistema penitenciario.

Si el sistema de justicia funcionara como una competencia entre múltiples compañías de seguros y estas compañías de seguros fueran responsables de indemnizar a las víctimas de los delitos y pagar el coste de encontrar, procesar y fijar las penas de los castigar a los delincuentes, entonces los incentivos se alinean adecuadamente. Cualquier compañía de seguros que fuera demasiado flojo en atrapar a los criminales tendría un aumento de las primas. Cualquier compañía de seguros que gastara demasiado en investigar o castigar vería aumentado las primas. Cualquier compañía de seguros que condenara injustamente a alguien tendría responsabilidad que se reflejaría en el aumento de las primas. Cada individuo tendría la posibilidad de elegir qué compañía de seguros adoptar y esto haría la participación voluntaria y democrática con un riesgo moral mínimo.

Esto es muy diferente al actual sistema de justicia DSDN, en el que los que deciden cuánto gastar en atrapar y castigar a los delincuentes no pagan la factura ni son responsables de sus errores. Las decisiones son tomadas por los votantes que emiten votos que “no les cuestan nada” porque es poco probable que su voto tenga algún impacto estadístico en el resultado. Si se mantiene toda la premisa y la estructura de nuestro sistema judicial y simplemente se elimina la subvención de los impuestos, entonces pocos elegirían pagar para utilizarlo. Usarían una alternativa más eficaz y más barata.

La Justicia Socialista No Puede Funcionar

Un problema que tenemos en nuestra sociedad es que la gente ha adoptado una mentalidad de castigo cuando se trata de la delincuencia. Cuando alguien es robado, el Estado puede atrapar al ladrón, pero rara vez indemniza a la víctima. El ladrón rara vez se hace responsable del coste de su propio encarcelamiento. Incluso si hiciéramos responsables a los ladrones del coste de su encarcelamiento, la mayoría de las veces no tienen capacidad de pago. Es fácil promover el castigo cuando uno mismo no tiene que pagar por ese castigo. ¿Realmente queremos una política de venganza socializada? ¿Acaso la venganza detiene la delincuencia? Es como darse un puñetazo en la cara para fastidiar tu nariz. Acabas haciéndote más daño a ti mismo en la búsqueda de la venganza. Cuando permites que la sociedad socialice el coste de la venganza, ni siquiera sientes el dolor. Todos los demás lo sienten.

Ludwig von Mises, en su artículo “El Cálculo Ecónomico en el Sistema Socialista”, plantea la razón principal por la que las instituciones socialistas no pueden funcionar: carecen de la capacidad de asignar económicamente los recursos. Sin la retroalimentación de los precios, los burócratas que establecen las penas de prisión y los políticos que hacen las leyes no tienen una medida de los beneficios y las pérdidas para la sociedad. Para ellos, más leyes y más sentencias largas casi siempre les ayudan a ser elegidos y a ganar más riqueza y poder personal. Los que presentan cargos o denuncias no tienen ningún problema en llamar a la policía por la pérdida de 1.000 dólares, a pesar de que el coste de la investigación policial, el juicio y el castigo del ladrón supera los 100.000 dólares. Esos 100.000 dólares provienen de otras personas a las que ahora también se les niega el acceso a su dinero y todo ello mientras la víctima original ni siquiera es reembolsada.

Cuando alguien ha sido perjudicado es normal que la gente pierda todo pensamiento racional. En su rabia, están dispuestos a desbordarse y a imponer un castigo muy desproporcionado con respecto al delito, porque eso les hará sentirse mejor. Dale a alguien un arma después de haber sido dañado, robado o violado junto con la oportunidad de disparar a la otra persona sin consecuencias y muchos la tomarán. Cuando se tiene un sistema de justicia socialista, todas las emociones y el comportamiento irracional se expresan mediante un gasto excesivo en juicios burocráticos y castigos excesivos que, en última instancia, hacen poco por reducir la delincuencia.

Una comunidad que está negociando un tratado de paz haría bien en considerar cómo gestiona su sistema judicial. El uso de los partidos políticos para seleccionar a los jueces y generar leyes contribuirá en gran medida a minimizar la corrupción del sistema actual; sin embargo, incluso si tuviéramos personas de mayor integridad dirigiendo nuestro sistema actual, éste seguiría sufriendo muchos problemas de riesgo moral. En el sistema actual, cuando un fiscal, un juez y un jurado cometen un error, son los contribuyentes o el individuo injustamente castigado quienes pagan la factura.

Esto crea un enorme riesgo moral cuando un fiscal intenta maximizar su tasa de condenas en lugar de su tasa de justicia. Después de todo, un contable puede ver fácilmente los costes de todas las “condenas fracasadas”, pero ¿cómo se contabilizan las condenas erróneas? El coste de las condenas erróneas no se descubre hasta años o décadas después y sólo en una pequeña fracción de los casos. Es probable que el fiscal ya no esté o se haya jubilado. ¿Qué incentivo tienes para limpiarte el nombre después de haber cumplido tu condena? Sólo te costará dinero y no te hará completo.

El propósito del tratado de paz es definir el proceso para los juicios justos y las sentencias justas. Una vez definido el proceso, es responsabilidad del pueblo o de las compañías de seguros pagar el coste del funcionamiento del proceso. Esto evita que las compañías de seguros deshonestas busquen sentencias injustas porque aún tendrían que pagar por un juicio justo, juzgado por un representante del pueblo, con un jurado aleatorio de sus iguales. El coste de pagar una restitución por un castigo injusto es a menudo mayor que el coste de dejar que el delito original quede impune. La única persona que está en condiciones de juzgar el riesgo es la que pide el castigo y, por tanto, asume la responsabilidad del encarcelamiento injusto.

Si alguien quiere cobrar la restitución y aplicar un castigo, entonces la fuerza del gobierno se está utilizando en su beneficio y, por lo tanto, debería ser responsable de pagar la prima del seguro de encarcelamiento indebido. Curiosamente, es probable que una compañía de seguros quiera evaluar los hechos del caso antes de comunicar a la víctima el coste del seguro de enjuiciamiento por error. Cuanto más ambiguo sea el caso y más graves sean el castigo y la restitución -según la opinión de la compañía de seguros-, mayor será la prima del seguro. La víctima podría pedir presupuesto a varias compañías de seguros para mantener los costes bajos, pero esto también aumentaría los costes, ya que cada compañía de seguros tendría que cubrir el coste de la revisión de los hechos para presentar una oferta.

Para ser castigado por un delito ahora se requiere ser condenado por un jurado de sus iguales, una compañía de seguros y la capacidad y voluntad de la víctima de pagar un seguro. Si un delito es especialmente grave y la víctima no puede o no está dispuesta a pagar, el pueblo tendría que recaudar donaciones para pagar las primas del seguro de privación de libertad. Con toda probabilidad, una compañía de seguros (o un grupo de compañías de seguros) pagaría el coste de encarcelar a quienes probablemente vuelvan a delinquir, incluso si la víctima no estuviera asegurada. Después de todo, las compañías de seguros son responsables de reembolsar a las futuras víctimas, atrapar los delincuentes y de volver a perseguirlos.

Tal vez el factor más importante de este acuerdo es que sin una víctima no hay nadie que lo declare culpable y que pague las primas del seguro y, por tanto, no hay delito. Además, no tendría ningún sentido que el legislador elegido por el pueblo a través de la repesca política aprobara una ley de delitos sin víctimas. Incluso si aprobaran una ley “sin víctima”, el pueblo tendría que financiar la aplicación de esa ley con fondos personales (o del seguro) y no con los impuestos de la comunidad. La voluntad de financiar la aplicación de la ley es una prueba de que alguien considera que la acción ha causado suficiente daño como para justificar el gasto personal. Poner fin a los delitos sin víctimas contribuiría en gran medida a reducir los costes.

Cuando se trata de castigar, suele ser necesario dejar un incentivo para detener una ola de crímenes. Si tu primer asesinato te condena a muerte, entonces cometerás tantos asesinatos como sea necesario para evitar que te atrapen. Entregarse debería ser recompensado. No hay un enfoque único que sirva para todos, por lo que necesitamos incentivos de mercado debidamente alineados.

Resumen de una Propuesta de un Sistema de Justicia Democrático

El riesgo moral debe evitarse en la medida de lo posible para evitar que el sistema de justicia se convierta en una espiral de la corrupción. Hay que hacer concesiones entre el aseguramiento contra las pérdidas, la investigación del delito, el coste del castigo y el riesgo de castigos erróneos. El propósito del gobierno debe ser definir un proceso justo para autorizar el uso de la fuerza y de la transferencia de propiedad, pero los costes asociados de ese proceso y las responsabilidades por los errores cometidos deben recaer en las personas que utilizan ese proceso y se benefician de él.

Cuando alguien o sus posesiones sufren daños, presentan una reclamación a su compañía de seguros. La compañía de seguros hace una rápida verificación de los daños y les indemniza de acuerdo con las condiciones de la póliza. La compañía de seguros tiene ahora una reclamación contra el delincuente y puede elegir el medio más rentable de perseguir al delincuente o incluso puede optar por no hacerlo. Una vez que la aseguradora la compañía de seguros identifica al culpable, realizarían un arresto y desde entonces comienzan a acumular el riesgo de privación de libertad.

Una vez realizada la detención, comienza el juicio. El tribunal está gobernado por tres jueces elegidos al azar entre los principales líderes de un proceso de desempate político. El coste del juicio lo paga la compañía de seguros. El detenido puede defenderse a sí mismo o ser defendido por un abogado designado por su compañía de seguros. La compañía de seguros del demandante pagaría una fianza a favor del abogado/compañía de seguros del acusado en caso de que el juicio no obtenga una condena. Este requisito de fianza es la forma en la que se compensa a los “defensores públicos” y la magnitud de la fianza debería ser proporcional a la pena solicitada. Pedir la pena de muerte requeriría una fianza enorme. Si se pide una multa, la fianza debe ser proporcional a la multa.

La teoría de juego puede utilizarse para evitar que la acusación solicite penas excesivamente largas. Imagínese que la pena solicitada por el demandante debe ser declarada de antemano y no puede ser reducida por los jueces. Los jueces deben considerar a la persona culpable y la pena razonable. Si la pena es demasiado dura, como pedir la pena de muerte por robar en una tienda, entonces, aunque el acusado sea declarado culpable de robar en una tienda, el caso se desestima y no puede volver a presentarse.

Esto es como pedir al demandante que reparta la galleta (castigo frente a libertad) y al juez que elija qué lado es más justo. Además, el coste de la pena debe depositarse en un depósito cuando se presentan los cargos. Así que si se pide una pena de cinco años de prisión, entonces el dinero necesario para financiar cinco años de prisión debe pagarse por adelantado. Todas estas cosas en conjunto crean un sesgo sistemático hacia la presunción de inocencia y en contra del sistema de justicia creando más injusticia.

En el caso de una condena injusta, la víctima puede presentar un caso contra la compañía de seguros acusadora. Este caso seguiría las mismas reglas que cualquier otro delito. Sería como si un criminal te secuestrara y te encerrara en un sótano durante años. Desde la perspectiva del inocente no hay ninguna diferencia.

Las Corporaciones Criminales

La sociedad está compuesta por personas, y sólo las personas pueden actuar o cometer delitos. Bajo una verdadera democracia, todas las empresas no son más que un conjunto de personas con contratos entre ellas. Estos contratos pueden transferir la responsabilidad, pero no pueden limitarla ni convertirla en una multa. Por lo tanto, si una “empresa” es condenada por un delito digno de la pena de muerte, entonces alguien recibirá la pena de muerte. Ese alguien se determinará en función de los contratos implicados.

Los contratos de trabajo y los acuerdos de accionistas determinarán quién tiene la responsabilidad. Supongamos que una empresa farmacéutica contamina conscientemente el suministro de agua y como resultado mueren 100 personas. Esto no es diferente a si un grupo de criminales envenenara conscientemente a otras personas. Todos los cómplices de la contaminación son potencialmente responsables y la existencia de contratos entre estas personas no transforma el acto criminal a “por la empresa” en lugar de “por los co-conspiradores”. No es posible protegerse de la pena de muerte o de la prisión mediante un contrato.

Una empresa criminal no es más que crimen organizado. ¿Deberían el líder y los empleados de la mafia transformar todas las penas en multas por contrato? Eso socavaría por completo el sistema judicial. Del mismo modo, si a un ladrón común se le exige que cumpla condena en la cárcel por robar un par de miles de dólares, ¿cuánto tiempo en la cárcel debería cumplir alguien que opera en nombre de una empresa que roba miles de millones? ¿Es suficiente con que sólo el director general cumpla condena? Imaginemos que un ladrón opera durante años y reparte el botín entre 1000 personas. Un día el ladrón es atrapado, pero ya no tiene el botín. ¿Basta con meter en la cárcel al ladrón o hay que meter en la cárcel a las 1.000 personas? ¿Debe el gobierno conceder a los accionistas una responsabilidad limitada que les permita conservar los dividendos de los años de robo? ¿Por qué la pena para un accionista debe limitarse a una multa, pero un “empresario individual” va a la cárcel? ¿Invertiría usted en una empresa si el tiempo de cárcel que gane la empresa tuviera que ser cumplido a prorrata por los accionistas?

Un desequilibrio en la responsabilidad penal entre los accionistas que invierten en una empresa delictiva y los ciudadanos ordinarios socava la verdadera democracia al crear un desequilibrio de poder. Este desequilibrio favorece al crimen organizado. Una persona sensata que negocie un tratado de paz bajo la ley de la selva debería pensárselo dos veces antes de aceptar estos términos.

El Dilema del Prisionero de Rescate

Un sistema de justicia justo requiere un proceso en el que la gente confíe, pagado por quienes tienen incentivos para equilibrar todas las compensaciones que deben hacerse. Los riesgos morales y los dilemas del prisionero (sin juego de palabras) abundan a la hora de diseñar el proceso.

Consideremos la cuestión del rescate. Los delincuentes se benefician robando bienes valiosos o seres queridos y pidiéndoles un rescate. El delincuente tiene un incentivo económico para fijar el precio del rescate de forma que sea probable que se pague y lo suficientemente alto como para compensar el riesgo de ser atrapado. Si nadie pagara nunca un rescate, este tipo de delitos no se producirían. En la medida en que algunas personas pagan ocasionalmente un rescate, los delincuentes tienen más probabilidades de intentarlo. Pagar un rescate es como ponerse en contra de sus conciudadanos en el dilema del prisionero.

Una sociedad que quiera acabar con los rescates haría ilegal el pago de los mismos. Pagar el rescate le convertiría a uno en cómplice del crimen, en co-conspirador. Esto podría convertirte en cómplice de un secuestro o de un posible intento de asesinato. Usted podría intentar organizar un pago en un esfuerzo por atrapar al criminal, pero esto requeriría denunciar el intento de rescate y tomar medidas para asegurar que el secuestrador no reciba el pago. Cuanto más severa sea la pena por pagar el rescate, más difícil será que tanto el criminal como la víctima completen con éxito el delito.

La presencia de dilemas del prisionero es la razón por la que una sociedad necesita reglas y cooperar para formar un tratado de paz. La necesidad de reglas y de encargados de hacerlas cumplir es la razón por la que se requiere un verdadero proceso democrático. Sin una verdadera democracia, algunas personas no consienten en hacer las reglas y todos sufren el riesgo moral resultante.

Nada es perfecto

El sistema de justicia propuesto en este capítulo es incompleto y seguro que tiene sus propias deficiencias. Lo importante es que el statu quo está roto a un nivel fundamental debido a riesgo moral sistémico y al desajuste de incentivos. El principio de alinear el coste del delito, el coste del seguro, el coste de la investigación, el coste del enjuiciamiento y el coste de errores en una organización debe ser un componente de cualquier sistema que pretenda minimizar la corrupción y costes. Los principios de la verdadera democracia pueden aplicarse para seleccionar a los jueces y a los jurados de forma que se impida que nadie convierta los tribunales en legisladores que gobiernen desde el banquillo.

El sistema de justicia propuesto se basa en los principios de los contratos inteligentes. En un capítulo posterior plantearé los principios de los seguros bajo contratos inteligentes, con los que cualquier seguro de justicia debe ser compatible.